Mensajes de Jesús Buen Pastor a Enoc, Colombia
domingo, 8 de agosto de 2010
¡Urgente Llamada a la Humanidad!
Ni la Cremación, ni la Comunión en la Mano, ¡Vienen de Mí!

Mis hijos, que mi paz os acompañe y la luz de mi Espíritu os guíe.
Ni la cremación de los cuerpos, ni la comunión en la mano vienen de Mí.
De nuevo os digo, polvo sois, y al polvo volveréis. Tierra a tierra y espíritu a Dios (Eclesiastés 12.7).
Mis hijos, cuando hablo de tierra incluyo toda mi creación y en ella a vosotros; repito: el cuerpo después de la muerte terrenal debe regresar a la tierra de donde vino y el espíritu debe regresar a Dios que es de donde vino.
La descomposición de vuestro cuerpo debe ser llevada a cabo por el proceso de la tierra, y no por el fuego. Que esto os quede claro: no sigáis pasando a vuestros familiares por el fuego; esta práctica es detestable a mis ojos. Las tribus paganas no solo inmolaban a sus hijos como ofrenda al dios Baal y Molech, sino que también creaban a sus muertos y los ofrecían a estos mismos dioses; por lo tanto, les dije a Moisés y a Josué: Mi pueblo no debe imitar las costumbres de estas tribus paganas cuando ocupen la tierra que les daré por herencia, pues todas estas prácticas incluyendo la adivinación, la magia, la consulta de espíritus, etc., son abominables a la vista del Señor vuestro Dios. (Deuteronomio 18.9.10).
En estos últimos tiempos la masonería eclesiástica bajo la dirección de mi adversario, ha estado implantando entre mis hijos estas prácticas detestables de la cremación y la comunión en la mano; os digo que esto en ningún momento ha sido aprobado por mis vicarios; estas prácticas paganas vienen como os estoy diciendo de la masonería eclesiástica que quiere a través de un supuesto Plan Maestro, socavar las directrices de la fe y doctrina de mi Iglesia; su objetivo es destruir mi Iglesia. Recordad lo que dicen mis palabras: Mi Iglesia está construida sobre la Roca firme que soy Yo, y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella. El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán.
Comunión en la Mano
Mis hijos: Mi Cuerpo, Mi Sangre y Mi Divinidad, solo pueden ser dados por manos consagradas; os lo repito; solo por las manos consagradas de Mis sacerdotes y ministros. Me hiere y entristece ver cómo profanáis Mi Divinidad, tomándome por la mano; vosotros, Mis hijos laicos, no sois dignos de ejercer este ministerio de la Eucaristía; esto pertenece solo a Mis sacerdotes y otros ministros de Mi Iglesia. Vosotros, mis pequeños, debéis ocuparos de otras tareas dentro de mi Iglesia, pero nunca dando la comunión. No ultrajes Mi Divinidad, porque soy Yo, el Viviente y Real, quien me convierto en Vida en vosotros en la sencillez de cada Hostia Consagrada! Vuestras manos no son dignas de tomarme. Todos vosotros hijos de Adán traéis cargas intergeneracionales por pecados de vuestros ancestros en la línea paterna y materna, que entran en vosotros en el momento de la concepción; maldiciones de ancestros que la mayoría de las veces os hacen actuar en contra de vuestra voluntad. Entenderéis por qué no sois dignos de dar Mi Cuerpo y Mi Sangre; entonces diréis que mis sacerdotes también llevan estas cargas; tenéis razón en esto, pero con la diferencia de que ellos son mis consagrados y solo a ellos les di el poder para ejercer el ministerio de la Eucaristía.
No me toques, no me toques! Despertad entonces, mis hijos, y dejad que mis sacerdotes ejerzan este ministerio. No ultrajes más Mi Divinidad y no hagáis llorar más al Cielo con vuestra actitud. Porque en verdad os digo: Como tratéis a Mí, así seréis tratados cuando vengáis ante Mí. No os hagáis culpables, para que no tengáis nada de qué arrepentiros mañana. Soy vuestro Padre, Jesús en el Sacramento. El Amado que no es Amado.
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