sábado, 14 de agosto de 2010

Llamado Urgente a la Humanidad (Caída del Dólar).

¡El Reinado del Gran País del Norte Está Llegando a Su Fin!

Hijos míos, que mi paz esté con ustedes y permanezca para siempre.

Estén listos y preparados porque mi Advertencia está a punto de comenzar. El reinado del gran país del norte está llegando a su fin, y con él la caída de su ídolo, el dios dólar; sus días están contados, pesados y medidos. ¡Ay de ustedes, insensatos que depositan su confianza en este dios, porque rodarán por el suelo junto con él! Recuerden mis palabras: no acumulen tesoros en la tierra, donde los ladrones los roban y las polillas los comen; sino acumúlenlos en el cielo, donde ni las polillas los comen ni los ladrones los roban. Porque donde está su tesoro, allí está también su corazón (Mt 6.19,20).

Los corazones de muchos quedarán atrapados con la caída de este dios hecho por el hombre; las economías de muchas naciones caerán y el hecatombo financiero se sentirá en los cuatro rincones del mundo. El dios dólar está muerto, no les servirá de nada lamentarse, ya no se levantará. Escuchen: "Todos los reinos de la tierra pasarán, como pasan las generaciones, solo la palabra de Dios perdura para siempre".

Oh dios de barro, obra de la mano del hombre, cuántas naciones esclavizaste; cuánta sangre se derramó por ti; cuánta miseria y degradación trajo tu reinado. El que una vez fue poderoso hoy yace en el suelo. ¡Ay de ustedes los que lo sirvieron; su poder se ha desmoronado como castillos de arena; sus riquezas no valen nada; su fe se ha ido con su dios; ay de ustedes!

Nada es eterno, todo es fugaz en este mundo pasajero; tanto trabajo y preocupación; tanto desperdicio y desprecio, y al final solo quedan cenizas. Más bien, depositen su confianza en el Señor, en el único Dios verdadero que puede salvarlos y darles libertad. No sean necios ni insensatos, no sea que sean como el hombre rico que se sintió seguro en sus riquezas terrenales y esa misma noche perdió su alma. ¿De qué le sirve a un hombre ganar el mundo, si está perdiendo su alma, y qué daría un hombre a cambio de su alma? Reúnanse en oración y depositen su confianza en Mí; Yo soy su tesoro; quien Me encuentra, encuentra la vida eterna. No teman a los que matan el cuerpo; más bien teman a quien puede matar tanto el cuerpo como el alma. Mi paz esté con ustedes; lo digo de nuevo. Yo soy su Padre, Jesús el Buen Pastor de todos los tiempos.