miércoles, 25 de noviembre de 2009

Dioses de Arcilla: ¡Vuestros días están contados, pesados y medidos!

La noche de mi Justicia cubrirá muy pronto mi creación y mis criaturas; el celo por mi herencia me devora; no permitiré la destrucción de mi creación; pues será asolada y casi destruida por el hombre y su tecnología de muerte; mi Divina intervención no permitirá que esto suceda. Mi adversario encarnado y su doctrina de muerte causarán que la inmensa mayoría de la humanidad intente contra mi creación; el orgullo, la apostasía, el egoísmo, la envidia y la arrogancia del hombre de hoy desatarán la desgracia. Muy pronto los dioses de carne y hueso, como ídolos de arcilla, rodarán por el suelo y con ellos sus obras, y ya no serán recordados. Os digo dioses de arcilla, vuestros días están contados, pesados y medidos; así como el del Rey Baltasar, vuestro reinado llegará a su fin.

Después de la desolación y la desaparición de todos los malvados, restableceré mi creación y será el nuevo paraíso para mis supervivientes; mi tierra será heredada por los hijos de Dios; aquellos que permanecieron firmes y fieles en las pruebas; brillarán como crisoles, yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo; me llamarán y yo responderé a su llamada; seremos una gran familia en Amor, Paz y Armonía.

Por lo tanto os digo: no desfallezcáis, pueblo mío, pues la hora de vuestra emancipación se acerca; permaneced fieles a vuestro Dios y os concederé la alegría de una nueva vida. Mis nuevos cielos y mi nueva tierra os esperan; la Gloria de Dios os aguarda, no temáis, los días están cerca cuando veréis al Rey en todo su esplendor.

Bienaventurados vosotros, pueblo mío, pues lo que el ojo no ha visto y el oído no ha oído, lo veréis y oiréis mañana. Mi reinado está cerca, está cerca; permaneced perseverantes y fieles a vuestro Dios y la corona de vida os concederé. ¡Ánimo, pueblo mío! No perdáis el corazón, porque muy pronto descubriréis el verdadero significado que está encerrado en la palabra alegría.

Que mi paz esté con vosotros y permanezca con vosotros siempre. Soy vuestro Padre. Jesús Yahweh, Señor de las naciones. Haced conocer mis mensajes, pueblo mío.