Mensajes de Jesús Buen Pastor a Enoc, Colombia
lunes, 13 de diciembre de 2010
Llamado Urgente a la Humanidad
Yo Soy Tu Madre: la Rosa Mística

Mis pequeños hijos, que mi amor y mi protección maternal te acompañen siempre.
Mis pequeños hijos: los días ya están muy cerca; la humanidad no ha querido escuchar la voz de mi Padre; la justicia divina muy pronto se encargará de juzgar a esta humanidad pecadora.
¡Oh cuánto sufro!, mis lágrimas son ríos corriendo silenciosamente por mi rostro; el cielo está agotando todos los recursos tratando de salvar al mundo; pero el hombre hoy, ha dado la espalda al Dios de la vida. Qué ingratos y necios son ustedes. Prefieren continuar en su loca carrera de libertinaje y pecados, no quieren acoger mis llamados y el llamado de mi Padre.
Su pecado desatará la Justicia Divina y ustedes no saben, mis pequeños hijos, lo que van a enfrentar.
La justicia de Dios es recta, clara y justa; solo sus buenas obras serán pesadas; les pregunto: ¿Qué mortal podrá resistir la justicia de Dios? Todavía les queda poco tiempo, ya muy corto, hasta el último segundo Dios estará esperando que vuelvan en sí, pequeños hijos rebeldes.
Regresen al camino del amor y del perdón; regresen al camino de la justicia; de lo contrario el castigo vendrá como está escrito en la Sagrada Palabra de Dios.
Días de oscuridad lamentarán la tierra; fuego, llanto, desolación y muerte, serán el pago recibido por la humanidad, por no querer aceptar el llamado de mi Padre. Ustedes no saben, pequeños hijos, cuánto sufro y lloro al ver la multitud de almas que se perderán. El abismo está abierto y muchas almas caerán en él. ¡Qué dolor y tristeza abruman mi corazón!
Su Rosa Mística está triste; los amo y no quiero que nadie se pierda para Mí. ¿Qué madre que ama no sufre con el dolor de sus hijos? Si ustedes, madres terrenales, sufren con la pérdida de un hijo, cuánto más sufro yo, su Madre Celestial, viendo caer a tantos de mis pequeños hijos en el fuego eterno? Mis lágrimas entristecen el cielo, mi corazón como Madre de la humanidad está de luto; todo está a punto de comenzar y ya no habrá marcha atrás.
El reino de Dios con sus Ángeles y Santos, interceden conmigo ante el Padre Celestial, esperando que la humanidad vuelva en sí y retome el sendero estrecho que conduce a la vida eterna. ¿Qué están esperando, mis pequeños hijos, para enderezar su camino? Vuelvan en sí lo más pronto posible, para que no sean sorprendidos por la justicia de Dios sin estar preparados. Porque les digo, que ningún mortal, sin la gracia de Dios, puede ser justificado.
No me hagan sufrir más. Vamos, pequeños hijos, si se arrepienten de corazón y cesan de ofender a Dios, y si obedecen y ponen en práctica sus preceptos, mi Padre que es amor tendrá compasión de ustedes. Les suplico, mis pequeños hijos, no quiero verlos morir; no lamenten más mi corazón; ya soporto suficiente dolor cada día viéndolos pecar; viéndolos profanar la obra de Dios. Mi corazón como Madre de la humanidad está atravesado por su ingratitud. Los amo pequeños. Vuelvan en sí y abran de una vez sus ojos y sus corazones a Dios, para que su santa justicia no los castigue. Yo soy su Madre, la Rosa Mística, que llora, que sufre, viendo cómo llega la hora de Dios y ya no puedo con el brazo de mi Padre.
Pequeños hijos: Que mi llanto y mi corazón atravesado por el dolor los conmuevan.
Yo soy su Madre, la Rosa Mística.
Hagan conocer mis mensajes mis hijos, a todas las naciones.
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