lunes, 17 de abril de 2023

El 24 de marzo de 2023 en el Lugar Santo

- Mensaje nº 1400-26 -

Mensaje de Juan

Hija mía Yo, tu Juan, estoy aquí, vengo a decirte hoy lo siguiente:

Mi libro debe ahora ser escrito y revelado a los hijos de la tierra, y esta misión tan grande el Padre te la ha confiado a ti, hija Mía. Por favor, di a los hijos de la tierra que Mi pequeño libro está siendo escrito para su salvación. Por favor, díselo de Mi parte, de su Juan.

Hija Mía. La advertencia que vi fue un gran regalo de Dios para toda la humanidad. Los hijos de la tierra recibieron este acontecimiento tan misericordioso, la iluminación de su conciencia, al final de los tiempos, hija Mía. Cada hijo de la tierra experimentó ahora la «criba» de su alma, tal como yo, tu Juan, la vi. Aquí nada permaneció oculto y todo salió a la luz y a los 'ojos' de cada hijo. Pero cada niño, hablando por sí mismo, sólo veía su propia alma. Vi a muchos niños fascinados y llenos de alegría. Se propusieron vivir sin pecado de ahora en adelante. Estaban radiantes, aunque también tenían un gran dolor de alma por cada pecado que habían cometido y del que no se habían arrepentido, pero su alegría era tan grande que corrían al encuentro de Jesús con los brazos abiertos, es decir, querían orientar su vida completamente según Su beneplácito a partir de ahora. Fue hermoso para Mí ver esto. ¡Este amor tan grande y profundo y genuino por el Señor, Jesucristo, que tanto había sufrido en la cruz y durante toda la Pasión por todos estos niños!

Pero también vi a muchos cuya conciencia estaba desgarrada, es decir, que sufrían una terrible agonía del alma. Eran los niños que no se habían preparado, y eran los que iban por caminos completamente equivocados. Esta agonía del alma que sufrieron tantos niños asustó a algunos y se convirtieron en creyentes, pero en muchos encendió un odio grande y feroz contra Dios y Jesucristo. Estos niños no tenían remedio. Todos se perderían más tarde, así me lo dijo y mostró el Santo Ángel del Señor y Padre, vuestro Juan.

Muchos niños, al ver por primera vez cuánto daño y dolor habían causado sus pecados cometidos, se avergonzaron profundamente y suplicaron perdón al Señor y Padre. Estos niños no se perdieron, pues en adelante se esforzaron por vivir una vida justa para Dios. Volvieron atrás y centraron su vida por completo en el Señor.

Muchos niños, sin embargo, fueron verdaderamente «asesinados» al ver y sentir su culpa por el pecado. Su remordimiento les desgarraba por dentro, y morían en el acto de este don misericordioso. También ellos eran niños que no se habían preparado y muchos, muchos no llegaron a Jesús. Eso me entristeció mucho.

Pero otros se convirtieron en «shock», y en su muerte, al fallecer, el Señor les regaló Su misericordia tan grande, y no se perdieron. Tuvieron que arrepentirse, arrepentirse mucho, hija mía. Pero su alma no estaba perdida.

Los niños que se habían preparado ayudaron a los demás que estaban totalmente confusos e incapacitados después de este acontecimiento. Muchos rezaron. Muchos explicaron. Muchos ayudaron.

Es importante, amados hijos, que estéis preparados para este acontecimiento y para el Señor Jesucristo. Este acontecimiento misericordioso es único y seguirá siéndolo, me dijo el Santo Ángel. No se repetirá.

A la advertencia le sigue un tiempo verdaderamente terrible. Pero los niños creyentes saben ahora que Jesús les ama.

Sin embargo, hija Mía, hubo de nuevo muchos que simplemente vivieron con indiferencia e incredulidad. Esto Me resultaba completamente incomprensible. Pero lo que sucedía tan a menudo después de los milagros del Señor y Padre se repetía, y Su pueblo se apartaba de Él.... Es triste que el hombre caiga tan rápidamente en su «vieja rutina» y esté más cerca de sí mismo.

Vi lo que ocurrió, y vi lo que les ocurrirá a estos niños, pero ahora ellos mismos tienen que responder de ello.

La «visión del alma», así quiero llamarla, la iluminación de la conciencia, la criba del alma, ¡debería haber ayudado a cada niño a arrepentirse!

Es triste haber visto que también este acto de amor tan maravilloso se aceptó tan poco, o se «olvidó» de nuevo.

Hijos, hijos, ¡estáis paleando vuestra eternidad en el reino del infierno del diablo!

Yo, vuestro Juan, os lo pido: ¡Acepta este acto de misericordia y cambia! ¡Encuéntrate con Jesucristo y no te pierdas con el Anticristo! ¡Vuestra salvación está en juego!

Creed, hijos Míos, creed, pues Yo vi lo que ocurrió, y estáis en aquel tiempo que Yo, vuestro Juan, vi hace tanto tiempo.

He venido a ti, hija Mía, para que lo difundas en el mundo.

Los niños deben aceptar este acto de misericordia del Señor, de lo contrario se perderán para siempre.

Díselo de Mi parte y de parte del Padre, pues el Padre cuida de Sus hijos.

El ángel Me mostró cosas terribles, ¡pero vuestra oración, vuestro arrepentimiento y vuestra súplica os preservarán!

¡Utilizad los dones del Señor, pues os han sido dados, para que no os perdáis, no erréis, no os extraviéis y podáis entrar en Su Nuevo Reino!

El tiempo apremia, hijos Míos, el tiempo apremia.

El ángel me dijo que Mi librito se revelaría al final de los tiempos. Así pues, ¡mira en qué tiempo vives y reacciona!

Yo, vuestro Juan, os ruego: ¡volved atrás y rezad e implorad al Padre!

Hija Mía. Da este mensaje a los hijos de la tierra. Deben darse cuenta de que no queda mucho tiempo. El Anticristo mostrará su rostro, pero mantendrá oculto su verdadero rostro.

Yo, vuestro Juan, vendré de nuevo a vosotros. La segunda parte terminará pronto. La tercera aún está por llegar. Espera.

Tu Juan. Apóstol y «favorito» de Jesús. Amén.

Un ángel del Señor

da a conocer esto. Es uno de los últimos mensajes de la 2ª parte. Venid cuando os llamemos. Amén. Tu ángel del Señor con Jesús, María, el Padre presente y muchos santos y santos ángeles. Ahora vete. Amén.

Dios Padre

Hija mía. Mi ángel ha hablado. Es importante que los niños estén preparados. Ahora id.

Tu padre que está en los cielos. Amén.