Mensajes a Edson Glauber en Itapiranga AM, Brasil

 

sábado, 2 de junio de 2018

Mensaje de Nuestro Señor a Edson Glauber

 

Después del rezo del Rosario, la imagen de Cristo Crucificado cobró vida. La cabeza de la imagen se movió y se volvió hacia mí y apareció Jesús clavado en la cruz con las heridas y llagas. Irradiaba una luz muy fuerte, más brillante que el sol. Jesús me miró y dijo

Hijo mío, mira mis heridas, heridas de amor y de dolor. Mi cuerpo ha sido herido y corneado a causa de los pecadores, pero los pecadores no quieren arrepentirse. Sufro, lloro a causa de sus pecados, pero muchos corazones están endurecidos y son insensibles a mis lágrimas y a las lágrimas de mi Santísima Madre.

El pueblo brasileño se ha vuelto ingrato, desobediente y frío hacia mi Corazón Divino. Esto es lo que os digo: Purificaré Brasil intensamente, porque Brasil me ofende constantemente con tantas infidelidades, impurezas, crímenes y ultrajes.

Gente rebelde y deshonesta, que desea maltratar, robar, mentir y explotar. Personas que no se doblegan, que no se purifican y que no me escuchan a mí ni a mi Santísima Madre. A través del dolor, de la sangre y de las lágrimas purificaré al pueblo brasileño que sólo vive de alegrías pasajeras, igual que el pueblo necio, descuidando la salvación de su propia alma.

Reza, reza y haz rezar, para que los corazones se abran cuanto antes, para que el pueblo tenga hambre de la Palabra de Dios, de lo contrario el hambre pasará hasta que me busquen y me deseen con amor.

Recibid mi bendición y mi llamada en vuestros corazones y mi misericordia os envolverá. Muchos desearán venir a este lugar en el tiempo de las penas y la desesperación, pero no podrán, porque han sido rebeldes, incrédulos y duros de corazón.

En ese momento vi que aparecían muchísimas personas al pie de la cruz de Jesús. Lloraban, estaban afligidos y angustiados. Estas personas eran de muchos lugares que el Señor me hizo ver allí al pie de la cruz en aquel momento, pero estaban en sus casas y le decían al Señor: Perdóname, Señor, por haber dudado, por haber sido incrédulo, por no haberte escuchado? Querían ir a Itapiranga, ¡pero no podían!

Reza, reza, pues sólo yo puedo evitar los dolores y sufrimientos que pronto llegarán. Os bendigo: en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Orígenes:

➥ SantuarioDeItapiranga.com.br

➥ Itapiranga0205.blogspot.com

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