miércoles, 6 de octubre de 2010

Yo Soy José, el Padre Adoptivo de Jesús y el Esposo Fiel y Casto de María

Soy José Padre Adoptivo de Jesús y esposo fiel y casto de María. Que la paz de Dios esté con ustedes, mis hijos adoptivos.

Todo aquel que escucha y sigue la doctrina de mi Hijo Adoptivo Jesús, también es mi hijo. Les llamo, mis hijos adoptivos aquí en la tierra, a permanecer unidos al Uno y Trino Dios. Pidan mi intercesión, para que mi Padre Celestial y mi Hijo, nunca desatiendan mis súplicas en favor de mis devotos.

Cuando sientan a mis hijos atacados por el maligno, digan: San José, terror de los demonios, ven en mi ayuda. Y yo con gusto alejaré de ustedes toda fuerza del mal. No teman; vengan a mí, soy José su Padre Adoptivo y quiero que sean mis devotos; Dios me ha enviado para ser su protector amoroso y eficaz en estos últimos tiempos. Mis hijos adoptivos; oren por la Iglesia de mi Hijo y por su Vicario; invóquenme; Dios me ha concedido la gracia de velar por la Iglesia y salvaguardarla de los ataques de los espíritus malignos y sus agentes. Hijitos, la gracia de mi humildad destruye el orgullo del maligno; pídanme con fe, el don de la humildad, y mi Padre por Mí, se lo concederá.

Quiero ser su protector y ayudarles a preservar su fe, de las herejías y falsas doctrinas de los emisarios del mal. Les pido, mis hijos adoptivos, que tengan confianza en Dios y pidan mi valiosa intercesión, tan necesaria en estos tiempos de tanta apostasía. Rebaño de mi Jesús: los amo, y también quiero darles mi protección, así como la di al Niño y a mi Santa Esposa María. Déjense guiar por este Padre amoroso, que más desea para todos Sus hijos aquí en la tierra, es la salvación de sus almas.

Les doy mi Llama de Humildad, para que puedan cegar a Satanás y permanecer firmes en la fe. Adelante entonces mis hijos: que nada y nadie los separe del amor de Dios.

ORACIÓN DE LA LLAMA DE HUMILDAD.

(Armadura Espiritual para estos tiempos).

Patriarca Amadísimo San José, humilde Padre Adoptivo de Jesús, y humilde Esposo de la Virgen María; derrama sobre la humanidad los rayos de: La Llama de Humildad de tu Justo y Casto Corazón, para cegar el orgullo de Satanás, que por su luz nos reconozcamos como muy pecadores, y que con tu ayuda nos convirtamos de corazón a Dios Padre, Dios Hijo, y Dios Espíritu Santo. Ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

Soy su padre adoptivo, José de Nazaret. Hagan conocer mi mensaje a todos mis hijos y devotos.