martes, 5 de mayo de 2009

Martes, 5 de mayo de 2009

Jesús dijo: “Mi gente, quiero que recuerden la oración de un sacerdote que testificó ante ustedes que el agua que vertió en el cáliz en la Consagración era para bautizar a un alma no bautizada que estaba muriendo ese día. Ustedes recibieron una confirmación de otra visionaria de que Mi Santísima Madre y Yo usamos la oración de este sacerdote para salvar a una persona no bautizada justo antes de que muriera en un accidente automovilístico. De la misma manera, quiero que bauticen espiritualmente a todas esas almas que tienen un Bautismo de deseo, especialmente a aquellos que están cerca de la muerte. Los he animado a salvar almas de todas las maneras posibles para acercar almas a Mí. No obligo Mi amor o el don de la fe a nadie, pero si realmente desean el Bautismo y les resulta difícil llevarlo a cabo físicamente, sus oraciones pueden traerlos a Mí. Oren la oración: ‘Bautizo a todas las almas que desean el Bautismo en el Nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.’ Muchos niños de padres tibios no reciben el Bautismo por ninguna culpa propia. Estas son las almas que necesitan esta oportunidad de gracia para tener el pecado original perdonado en sus almas. Algunos han bautizado secretamente a estos niños porque temían que sus parientes se perdieran en el infierno. Esto no viola el libre albedrío de los padres, pero les da una oportunidad de gracia a aquellos que lo desean. Sigan orando por esos padres de corazón endurecido que no quieren bautizar a sus hijos. Esto es un rechazo de Mi salvación que ofrezco a cada alma. Esperemos que a través de la oración estos niños encuentren su camino hacia Mí en el Bautismo formal. Tienen muchas almas en juego, en peligro de perderse si nadie ora por ellas, así que extiendan la mano todos los días para hacer lo que puedan para acercar almas a Mí. Ya saben que por cada alma que se convierte a la fe, todo el cielo se regocija por esa alma que puedo amar y que esa alma puede amarme.”