sábado, 16 de mayo de 1998

Mensaje de Nuestra Señora

Hijos Míos, les agradezco el sacrificio de estar aquí, a pesar del frío y la lluvia. Ofrezcan esto a Mí por las almas en el Purgatorio y por la conversión de los pecadores.

Mi presencia con las almas de los fieles en el Purgatorio es una presencia de dulzura y paz. Cuando visito las almas en el Purgatorio, ellas sienten un gran alivio de sus duros tormentos.

Las almas en el Purgatorio necesitan sus oraciones. Sus oraciones no tienen efecto para liberarlas del Purgatorio por sí mismas, pero las suyas sí, especialmente la Santa Misa, que es el mayor medio para liberar las almas que están allí, y luego el Rosario.

Les prometo que todos aquellos que rezan el Rosario con amor, sacarán una alma del Purgatorio por cada cuenta bien rezada, con el corazón. Que sus oraciones alivien a sus hermanos y hermanas que están en el Purgatorio, y cuando vengan a Mi lado, libres y felices para siempre en el Cielo, intercederán por ustedes ante Mí, para que puedan venir más rápidamente a la santidad, y así poseer la gloria eterna y la felicidad del Cielo.

Les bendigo en el Nombre del Padre, del Hijo, y del Espíritu Santo."