domingo, 20 de septiembre de 2009

Mensaje de Nuestra Señora Reina de la Paz a Edson Glauber

¡La paz esté con ustedes!

Queridos hijos, los invito a rezar por la conversión de los pecadores, por el mundo y por la paz. Satanás desea mostrarse poderoso y victorioso destruyendo a los elegidos de Dios y sus obras santas, pero ustedes, si me escuchan y viven lo que les digo, destruirán todo su poder y orgullo rezando mi rosario con amor cada día como les he pedido y les pido siempre. Oren el rosario. El rosario no debe ser un adorno en su hogar, sino que debe ser rezado con fe, fuerza y poder, pues es la oración que destruye todo mal.

Hijos míos, aún no me escuchan y no viven mis llamados con fe y amor. Tengan fe. La oración hace milagros y destruye tantos males.

No permitan que el mal triunfe, dejando la oración de lado. Que la oración viva en cada hogar. No permitan que el mal triunfe, pecando. Que todos los hombres, mujeres, jóvenes y niños abandonen la vida de pecado y regresen a Dios.

No permitan que el mal triunfe por no acercarse a los sacramentos a diario. Confiesen sus pecados, reciban a mi Hijo Jesús en la Sagrada Eucaristía y adórenlo profundamente pidiendo su infinita misericordia por ustedes y por el mundo.

No permitan que el mal triunfe por ser desobedientes a Dios y a mí su Madre. Vivan mis llamados ahora. Decidan por Dios. Él los está llamando, a través de mí. Regresen a Él. Él los ama y quiere su bien. Amen a Dios con todo su corazón y encontrarán la verdadera paz. Los amo y los bendigo: en el nombre del Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. ¡Amén!

Nuestra Señora nos invita una vez más a la oración. Muchos tienen el rosario en su hogar solo como un adorno. Nuestra Señora, como Madre, nos guía y corrige, y nos pide que lo recemos con fe, fuerza y poder, pues es una oración poderosa que destruye todo mal. Pero ¿quién realmente, en estos tiempos, cree en el poder de esta oración? Muchos sacerdotes no rezan el rosario y así dan un mal ejemplo de fe y amor hacia la Madre de Jesús. Si los fieles ven que los sacerdotes no lo rezan, también harán lo mismo. Hagamos entonces nuestra parte y oremos.