lunes, 22 de noviembre de 2010

Eucaristía: Milagro de Amor

Mis hijos, que mi paz esté con ustedes y con sus familias.

Soy el Cordero inmolado que se convierte en vida en ustedes. Soy la Resurrección. Todo aquel que coma mi cuerpo y beba mi sangre, lo resucitaré en el último día.

Mis hijos, ovejas de mi rebaño, ni carne, ni sangre, entrarán en el Reino de los Cielos; cuando llegue el juicio final, reviviré los huesos secos, y les daré vida en el espíritu; cuando hablo de huesos secos, no aludo a su condición humana, sino más bien a su condición pecaminosa. Serán transformados en seres espirituales de naturaleza divina como mis Ángeles.

Todo aquel que cena conmigo está muriendo al pecado; todo aquel que come mi cuerpo y bebe mi sangre dignamente, purifica su mente, cuerpo y espíritu. Si supieran el gran significado que está contenido en mi comunión... Entonces cenarían conmigo más a menudo y con fe, sentirían el amor y la humildad de su Dios, que se convierte en vida en ustedes, ¡en la sencillez de cada hostia consagrada!

Yo habito en cada tabernáculo personal que me recibe con amor; al habitar en ustedes, me uno a ustedes, para la gloria de mi Padre y la alegría de su espíritu. Si estoy con ustedes, cualquier cosa que pidan al Padre, él se la dará; porque quien me recibe, recibe a quien me envió; mi Padre, Yo, y mi Espíritu Santo, habitarán en él en completa comunión. Así se cumple lo que dice Pablo en mi palabra: "Ya no soy yo quien vive, sino Cristo Jesús quien vive en mí". Recuerden:

Mi Padre, Yo, y mi Espíritu Santo, somos uno.

En la sencillez y humildad de cada hostia consagrada, se encuentra la Santísima Trinidad. Padre: amarte. Hijo: salvarte. Espíritu Santo: fortalecerte en amor y fe. Si meditan sobre esto mis hijos, entonces no deben temer, ni deben tener ninguna preocupación, porque el Dios que habita en ustedes, hará todo por amor a ustedes. Pídanle con fe y seguridad, para que vean grandes maravillas.

Cuando pidan al Padre, digan: QUERIDO PADRE, SEÑOR DEL CIELO Y DE LA TIERRA: TE AMO, ALABO Y BENDIGO. EN EL NOMBRE DE TU HIJO MÁS AMADO, NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO, QUE HABITA EN MÍ. TE PIDO QUE ME CONCEDAS GRACIA GRACIOSAMENTE.... (Hagan la petición). SI ES PARA MI BIEN Y LA SALVACIÓN DE MI ALMA. AMÉN. El Padrenuestro se reza en agradecimiento.

Mi Padre es infinitamente bondadoso y misericordioso. Él los ama y siempre está esperando que le hablen. Por lo tanto, no teman; pídanle con fe, y con confianza, y mi Padre que ve y oye en el silencio, los colmará con su bendición. Aprendan de mi siervo David, quien cantó y bailó para Dios al sonido del arpa y el salterio, y su canción y alabanza fueron un dulce aroma a la vista de Dios. Mi Padre bendijo sus empresas y le concedió la victoria sobre sus enemigos.

Ustedes también hagan lo mismo: recíbanme con alegría en sus tabernáculos personales, para que puedan unirse a mí, y la paz, el amor y mis bendiciones, los llenen y permanezcan siempre. Los bendigo mis hijos. Que mi bendición permanezca en ustedes y en sus familias. Los amo. Soy su Padre: Jesús en el Santísimo Sacramento.

Hagan conocer mis mensajes a todas las naciones.