domingo, 25 de julio de 2010

Mensaje de Dios Padre a la Humanidad.

¡No Tomo Placer en la Muerte del Pecador!

Hijos de Dios, hombres de buena voluntad, que mi paz reine en vosotros y la luz de mi Espíritu os acompañe siempre.

Ya estáis en los tiempos de Dios vuestro Padre, Creador de todo lo visible e invisible; vuestro tiempo ya se ha acabado; la inmensa mayoría de la humanidad, sigue corriendo desenfrenadamente hacia su propia muerte y perdición.

El pecado del hombre hoy asusta a los mismísimos infiernos; los matrimonios entre homosexuales y lesbianas, los abortos, los hogares mal vividos, la juventud perdida y toda la degradación de esta humanidad ingrata y pecadora, rompen con el equilibrio de mi creación y son una afrenta a mi Espíritu Santo. Os digo, que ni siquiera en Sodoma y Gomorra, con todo su pecado, se ha visto jamás lo que se ve hoy en esta humanidad de estos últimos tiempos. Si destruí estas dos ciudades con fuego caído del cielo, ¿cuánto más no haría hoy con tanto pecado que hace llorar al cielo?

Mi creación ya no puede soportar tanta osadía y pecado; todas mis criaturas mantienen el equilibrio con el que fueron creadas; es decir: armonía, equilibrio, paz y unión común con el Creador. Pero el hombre de hoy con su arrogancia, soberbia y autodeidad, está rompiendo el código del amor que gobierna la creación, destruyendo el ecosistema, lo que traerá como consecuencia su propia autodestrucción.

Entended, habitantes de la tierra, que Yo, vuestro Padre, no tomo placer en la muerte del pecador; pero deseo que viváis y tengáis vida eterna. No soy el Padre Justiciario que acumula vuestros pecados y luego os hace pagar por ellos; eso no soy Yo; si lo fuera, ya habría desaparecido de la faz de la tierra hace mucho tiempo. Pero no, soy más Padre que Juez, espero pacientemente la última palabra para cumplirse, a ver si volveréis en vosotros mismos y regresáis a Mí, sin que Mi justicia tenga que castigaros.

Os he enviado a mis profetas y no los habéis escuchado; os he enviado a mi único Hijo, y lo habéis crucificado. Hoy os envío a vuestra Madre y de nuevo a mis profetas, esperando que me escuchéis, a ver si mi Divina Justicia no tiene que sentenciaros.

Vosotros hijos de Adán, sois obstinados; debéis conocer el dolor y la muerte para poder pensar de nuevo; ¡oh, cómo sois necios y fatuos! Si tan solo pudierais comprender la desolación, muerte y caos que se avecinan sobre vosotros, quizás volveríais en vosotros mismos y regresaríais a Dios, sin tener que conocer su justicia. Pero no, está escrito, que esta humanidad busca a Dios solo con labios y oídos, pero su corazón está lejos de Él.

Repito, no tomo placer en la muerte del pecador, hasta el último segundo os estaré esperando, tontos hijos míos, a ver si despertáis y regresáis al camino de vuestra salvación. Os anuncio que mi Milagro y mi Advertencia están cerca; esta será mi última puerta de mi Misericordia abierta para todos aquellos que deseen entrar por ella. Después de esto la oscuridad envolverá mi tierra y mi Divina Justicia purificará toda mi creación.

Soy vuestro Padre Celestial: Jesús Yahweh, Señor de las Naciones.

Haced conocer este mensaje a todos los habitantes de la tierra.