sábado, 18 de octubre de 2025
Primero, Tomaré Conmigo a Aquellos Que Me Sigan, Luego Regresaré y Traeré a Mí Todos los Desheredados, los Perdidos, y Los Transportaré a la Casa de Mi Padre Donde Recuperarán Sus Fuerzas
Mensaje de Nuestro Señor Jesucristo a Christine en Francia el 15 de Octubre de 2025

[EL SEÑOR] El cielo está descendiendo, pero los hombres no se dan cuenta. Todos continúan su camino y la tormenta retumba a lo lejos. ¿Por qué sus oídos permanecen sordos y sus corazones cerrados? ¿Por qué Mis llamadas no son escuchadas?
Gente que es sorda, gente que es muda, gente que está ciega, ¿cuándo saldrán de sus surcos? ¿Cuándo oirán, escucharán el grito del Corazón que ha sido traspasado por ustedes? Ustedes sueñan con historias, pero niegan la Historia y Me niegan a Mí.
¿Es tan pesada para ustedes el Amor? El amor les muestra sus defectos y su ceguera, pero precisamente porque están ciegos y se niegan a ver, caen en decadencia y muerte. ¿No he dicho que regresaré? ¿No he anunciado Mi regreso? Los veré entonces, privados de toda identidad, pueblos aturdidos, pueblos sin voz, privados de caminos! Vengan a la Luz, los llamo! Llamo a todos a seguirme, a venir e ingresar a Mis cortes, pero sus oídos no oyen, se han vuelto sordos a las llamadas, a las leyes del cielo. Su mirada es opaca y sus pupilas están vacías. Han aprendido a cultivar el vacío y se han convertido en vasijas vacías, sin fe, sin alegría, sin cultura, sin espacio, pero con un vacío, un gran vacío que los devora, que los rodea, que les quita todo verdadero deseo por el Fuego y los arrastra al fuego de los sentidos, de la carne, el fuego del inútil, las apetencias del Infierno! Todos ustedes están tomados desde adentro por lo impuro, cultivan lo impuro, abrazan a lo Impuro. No sobrevivirán a lo Impuro, hijos, el gran Día del fin se acerca y la nada, si la adoptan, los envolverá.
Abran sus ojos, abran sus corazones a Mis llamadas y encontrarán vida en abundancia y se alegrarán y serán renovados! Vengan, entren a Mis cortes, Yo soy la Fuente y Soy el Río que desciende del cielo para ungirlos y liberarlos de mentiras y mentirosos. Soy la Fuente que desciende para regar sus jardines con Mi Presencia. Soy el Fuego que ha descendido del cielo que, dentro de ustedes, viene a encender con Su Llama viviente sus corazones sin alegría, sin espacio, sin dirección, perdidos en los meandros del vacío, del Rebelde.
Hijos, vengan y aprendan a orar conmigo, vengan y prueben la dulzura, la embriaguez de la oración que los transporta al cielo de Mi Padre y su Padre. Atrévanse a desafiar el mundo, este mundo de decadencia, y entren en Mis huertos donde espero a cada uno de ustedes para colocar sobre sus cabezas la corona de Mi Fuego que nunca cesa y trae gozo. En silencio, lejos del mundo, vengan y establezcan sus moradas. Yo soy el Que espera por ustedes, abro mis brazos para abrazarlos cerca de mi Corazón. Espero al hijo perdido, vengo no a juzgar sino a salvar, pero si se niegan, serán ustedes quienes se juzguen a sí mismos.
Mis pequeños, Mis amados, Mis hijos, porque todos sois Mis hijos, vengo a tomaros bajo Mi manto. Primero tomaré conmigo a los Míos que Me siguen, luego volveré y traeré a Mí a todos los desheredados, los sin hogar, y los transportaré a una Morada de Mi Padre donde recuperarán sus fuerzas. No vengo por los poderosos, sino por los pequeños, los sin voz, aquellos que son llamados inútiles, y los pongo bajo las alas de Mi manto para que puedan volar y ser alimentados por el calor de Mi Corazón. Y digo a los poderosos de este mundo: continuad vuestro banquete, porque el fin está cerca. En Mi Cielo, los pequeños serán ricos y los ricos pobres; la inversión de valores que siempre habéis buscado se volverá contra vosotros.
Ahora, hijos, es tiempo de orar, de entrar en la Morada de Mi Corazón, que también son Mis iglesias y Mis catedrales, y es también el momento para que enderezéis vuestros caminos y hagáis penitencia, a fin de que el Fuego del Cielo dentro de vosotros arda con un nuevo Fuego y no seáis barridos por el fuego de la decadencia, aquel de los perdidos, de aquellos que niegan y se rehúsan a abrir sus corazones a la Luz de la vida.
Fuente: ➥ MessagesDuCielAChristine.fr