jueves, 10 de febrero de 2022

¡No te dejes utilizar por él y por los que pretenden ser de Mí!

- Mensaje nº 1338 -

Oh, hija Mía. Estoy sufriendo mucho. Vuestro mundo se ha enfriado, los corazones de los hombres lo han enfriado, y Mi luz divina no les interesa, Mi sufrimiento en la cruz no les interesa, y Mi amor por ellos, por todos los hijos de los hombres -pues sois criaturas de Dios- no les interesa.

Vuestro mundo es frío e ingrato, es despiadado y está gobernado por el demonio. Sólo unos pocos se levantan y luchan por lo que es justo. Para ellos, más importante que Mi amor es el dinero, el poder y el reconocimiento. Todos quieren ser «quién» -os habéis alejado de Mí y no puedo guiaros.

Vuestros corazones deben calentarse de nuevo y debéis buscar Mi amor. ¡Ningún dinero del mundo puede compraros la eternidad! Vuestra caída será profunda y despiadada, si no cambiáis y Me encontráis a Mí, vuestro Jesús.

Y vosotros , vergonzosos sacerdotes, obispos, eruditos e hipócritas, sois los que más herís Mi corazón. ¿Cómo podéis apartaros de Mí y traer tanto desastre sobre los fieles de vuestras comunidades? Sabéis demasiado bien que el que pretende ser de Mí no lo es, así que ¡alejaos! ¡Guardad Mi Santa Palabra y no la cambiéis! ¡Guardad Mis santuarios y no los abandonéis al mundo y a las prácticas paganas! ¿Qué os permitís? ¡Vuestro castigo será justo y Mi misericordia os será concedida sólo si os arrepentís y dejáis de traicionarme a Mí, Vuestro Jesús!

No sigáis el ejemplo de Judá, sino permaneced fieles a Mí. ¡Quien Me traicione estará perdido! Quien se preocupe más por el dinero que por su eternidad, ¡también se perderá!

Os lo advierto, Mis hijos consagrados, pues sois vosotros los que debéis seguirme Honradamente en la Tierra.

¡Mis enseñanzas son Sagradas! ¡Quien las falsifique no es digno de ser Mi siervo!

Os amo mucho, y aún así podéis convertiros . Así que encuentra tu camino de vuelta a Mí, a tu Jesús, y no te dejes utilizar por él y por los que pretenden ser de Mí , y no lo son.

El demonio se ha colado en Mi Santa Iglesia, y ¡bien por el que resiste, bien por el que defiende Mis enseñanzas, bien por el que Me defiende a Mí, a Su Jesús que tanto Le ama y sufre por Él y por vosotros! Bienaventurado el que Me ama honesta y sinceramente, y bienaventurado el que permanece fiel y devoto a Mí. Amén.

Amados sacerdotes, hijos Míos, os llamo: Manteneos firmes y no os ceguéis, pues el que vendrá no seré Yo. Yo vendré tras él, pero no habitaré entre vosotros. Amén.

Vuestro y vuestro Jesús de la Santa Cruz. Amén.