miércoles, 15 de septiembre de 2021

¡Este acto tan grande de amor al Señor!

- Mensaje nº 1318 -

Hija mía. No queda mucho tiempo. Escribe y escucha lo que Yo, tu Madre amorosa del Cielo, tengo que decir hoy a los hijos de la tierra:

Mis hijos. Mis hijos tan amados por Mí. Daos prisa , pues os queda poco tiempo. El aviso está cerca y debéis prepararos. Será muy duro para todos los que no os hayáis preparado, y muchos sufriréis en lugar de experimentar este acto de misericordia en el mayor amor.

Hijos míos. Sólo un alma que esté completamente con Jesús experimentará este acontecimiento por lo que es: un momento tan amoroso en intimidad con Jesús. Sólo vosotros, los que estáis verdaderamente entregados a Mi Hijo, no sufriréis dolor. Tu alegría será grande, tu alma se regocijará, reconociendo este acto tan grande de amor del Señor.

Pero a los que no han confesado a Jesús, que se os diga:

La advertencia es vuestra última oportunidad para convertiros y encontrar completamente vuestro camino hacia el Señor, Jesucristo. Os daréis cuenta de lo que habéis hecho mal, porque se os mostrarán vuestros pecados. Tendrás la mayor angustia del alma, pero éste es el momento de dar tu Sí a Jesús. Repasarás cada uno de los pecados que has cometido, es decir, tu alma experimentará un gran sufrimiento, pero suplica al Señor, a Jesús, que te perdone y confiésate a Él. También te darás cuenta de lo que ha resultado de tu pecado, y te entristecerás y horrorizarás y llorarás, ése es el momento de mostrar tu arrepentimiento y suplicar al Señor que te perdone. Experimentaréis la ausencia de Dios, y éste será el peor de los momentos, pero vosotros no lo habéis querido de otra manera por vuestra falta de voluntad, por no querer arrepentiros, por no querer escuchar y por vuestra falta de respeto hacia el Señor, ahora suplicad al Padre, caed de rodillas y suplicad misericordia y confesad, hijos míos, confesadle a Él, a vuestro Creador, arrepentíos y suplicad perdón.

El Señor es un Dios misericordioso, y este acto de misericordia os abrirá el camino de la gloria a muchos de vosotros, pero debéis confesaros y suplicar penitentemente de rodillas , porque habéis pisoteado al Señor, habéis preferido las cosas terrenales, mundanas, pasajeras al Señor, y ahora, a pesar de todo lo que habéis hecho y/u omitido, se os ha dado esta última oportunidad de arrepentiros por parte de vuestro Padre que tanto os ama.

Aprovecha esta oportunidad, porque si no lo haces, no habrá más , y tu eternidad estará sellada en el reino de las tinieblas del maligno, que sólo espera atormentar tu alma (¡a ti!) por toda la eternidad.

Vosotros tenéis la elección, amados hijos, ¡sólo vosotros!

Yo, vuestra Madre del Cielo, os lo pido desde el fondo de mi corazón:

Preparad vuestro corazón, vuestra alma, a vosotros para la eternidad. Cuando estéis preparados para presentaros ante el Señor, estaréis preparados para la advertencia. Y lo viviréis como un acontecimiento incomprensiblemente bello, pues un alma preparada reconocerá el amor del Señor, y exultará y se alegrará y dará gracias y alabará que el Señor le conceda este acontecimiento de perfecta purificación y entrega, pues cada uno reconocerá sus faltas, pero un alma arrepentida y preparada se alegrará de que a partir de ahora sólo puede dar alegría al Señor.

Esta es la diferencia , Mis amados hijos : .

Un alma preparada se alegra aún más de venir a Jesús, de amarle más íntimamente, de darle más y más alegría, de estar muy cerca de Él, ¡de vivir para Él!

Un alma no preparada lo tendrá tanto más difícil, porque no ha aprendido qué alegría es para ella servir al Señor con alegría.

Hijos míos. ¡Preparaos! ¡Estad preparados! ¡Permaneced preparados!

Permanezco en el mayor amor por vosotros,

Vuestra Madre del Cielo.

Madre de todos los hijos de Dios y Madre de la Redención. Amén.

¡Prepárate! ¡La advertencia está cerca!