Hija mía. Mi querido hijo. Di hoy a Nuestros hijos lo siguiente:
Rezad, hijos míos, porque en la oración encontraréis la fuerza.
La oración os quita las preocupaciones, os fortalece y os da esperanza.
Os hace ligeros, os libera y os fortalece.
Así que rezad, hijos Míos, y no interrumpáis nunca la oración.
Yo, vuestra Madre amorosa del Cielo, os lo pido, porque se necesita vuestra oración, se os necesita a VOSOTROS . Amén.
Con profundo amor y gratitud, vuestra amorosa Madre del Cielo.
Madre de todos los hijos de Dios y Madre de la salvación. Amén.
(Jesús va a buscar a Su Madre lleno de amor: Buenas noches, hija mía).