Mensajes para Marcos Tadeu Teixeira en Jacareí SP, Brasil
jueves, 3 de junio de 2021
Mensaje de Nuestra Señora Reina y Mensajera de la Paz comunicado al vidente Marcos Tadeu Teixeira
Lleva El Conocimiento De Mis Apariciones, De Mis Lágrimas, A Todos Mis Hijos

Solemnidad de la Fiesta del Corpus Christi
(Marcos) : «Sí, mi Reina, haré sí...
Sí... Sí, haré sí».
(María Santísima) : «Queridos hijos, hoy os invito de nuevo a todos a la conversión.
A lo largo de los años, la humanidad ha seguido caminando por la senda de la desobediencia a Dios y a mis mensajes. Las familias han seguido quitando mi Rosario y poniendo en su lugar tantos programas de televisión dañinos, tantas cosas y aficiones dañinas, que han destruido en los niños y en los jóvenes todo amor a Dios, todo respeto a Dios, han destruido en los niños toda bondad, toda inocencia. Y estos niños crecieron hasta convertirse en los jóvenes y adultos perdidos que ves ahora.
La sociedad siguió desterrando a Dios, siguió apartando totalmente los Mandamientos de su vida social. La humanidad siguió dándome la espalda y despreciando mis apariciones, mis mensajes y mis lágrimas.
Siguió persiguiendo implacablemente a mis videntes, intentando silenciarlos y destruyendo sin descanso las obras de salvación que yo realizaba en los lugares de mis apariciones.
Y a causa de esto, se han perdido tantas almas que podrían haberse salvado, y tantas se han alejado de mí en gran número, se han perdido y ya están condenadas.
Oh, ¡qué grande es la desolación de este mundo!
Las guerras, las injusticias, la maldad siguieron extendiéndose. Los vicios siguieron propagándose como un bien. Y hoy, esta humanidad completamente enferma y lisiada agoniza y muere espiritualmente.
No hay paz y nunca la habrá hasta que la humanidad vuelva a Dios, hasta que las familias vuelvan a mi Rosario como antes. Sólo entonces las familias volverán a producir los santos y las almas nobles que una vez fueron.
Mis lágrimas de dolor han caído en un inmenso desierto, y no ha habido nadie que se haya levantado para secarlas con su vida de amor, de oración, de entrega total a mí llamando a los hombres a la conversión.
Sí, ¡por eso llegará el castigo! Por eso el castigo será peor que el diluvio y que el castigo de Sodoma y Gomorra, porque si hubieran visto los signos que visteis en mis apariciones, se habrían convertido y habrían hecho penitencia. Por eso, mi hijo también será implacable a la hora de impartir justicia.
Reza, reza mucho por las almas que aún pueden salvarse, que están en la ignorancia, que aún no conocen ni a Dios ni a mí, que no conocen la verdad. Éstas aún pueden salvarse, ¡ayúdame!».
Lleva mis mensajes a ellos, lleva mi amor, lleva el conocimiento de mis apariciones, de mis lágrimas a todos mis hijos.
Mientras el pecador siga pensando que el pecado, que los placeres son mejores que yo, no podré salvarle, no podré ayudarle.
El pecador sólo podrá ser ayudado por mí y salvado cuando llegue a conocerme, cuando reconozca que soy más grande y mejor que todos los placeres del mundo.
Entonces se enamorará de mí, y entonces podré ayudarle, renunciará a los placeres, se entregará a mí, me dará su sí. Y entonces podré conducirle por el camino de la conversión y de la santidad.
Toda alma que me ha conocido y me ha cambiado por los pecados del mundo, lo ha hecho porque empezó a considerar los placeres del mundo mejores que a mí. Empezó a encontrar alguna criatura mejor que yo. Por eso me cambió tan fácilmente por los placeres y las criaturas.
A éstas, ya no sé qué puede salvarlas. Sólo un milagro, un gran milagro, que no se obtendrá sino con una profunda penitencia y muchas oraciones.
Llevad, pues, a todos mis hijos mi conocimiento, el conocimiento de mí. Por eso es tan importante y es tan valioso y precioso a los ojos de Dios y a mis ojos la obra de la vida de mi hijo Marcos. A través de las películas, de los Rosarios meditados, de las Horas de Oración, y especialmente de las Horas de Paz que él grabó, me dio a conocer en toda mi belleza, en toda mi grandeza, en toda mi gloria y perfección por mis hijos.
Y muchos de ellos, viendo, conociendo, reconociendo mi grandeza y mi belleza, vieron que yo era mejor y más grande que todos los placeres y bienes del mundo, y renunciaron a ellos, los dejaron y me prefirieron a mí.
Sólo cuando las almas hagan esto podré ayudarlas y conducirlas por el camino de la salvación, pero antes tienen que conocer toda mi belleza y toda mi grandeza, de lo contrario seguirán prefiriendo los pecados y los placeres del mundo.
Por eso es tan importante y valioso todo lo que hizo mi hijo Marcos durante toda su vida, el trabajo de toda su vida, para darme a conocer y hacerme amar en toda mi grandeza, en toda mi bondad, en todo mi esplendor en mis apariciones y en mis horas santas de oración.
Sí, esto es lo que debes hacer: ayudar al justo, a mi hijo más obediente, trabajador y dedicado a hacerme más conocida y amada por todos mis hijos, pues sólo cuando conozcan y reconozcan, comprendan toda mi belleza, toda mi dulzura, toda mi grandeza, toda mi gloria, me preferirán y renunciarán a los placeres mundanos e incluso los verán como sucios, basura, polvo y ceniza.
Entonces triunfaré y entonces venceré a Satanás en la vida de todos mis hijos, en la vida de las familias, de la sociedad, de Brasil, de las naciones.
Ayuda al justo que hizo lo más grande, correcto, meritorio y agradable, valioso a los ojos de Dios y a mis ojos, y yo te agradeceré también en el Cielo por haber ayudado a mi hijo más justo, dedicado y obediente a salvar a todas las almas por mí.
Seguid rezando mi Rosario todos los días.
Os bendigo a todos: desde Pontmain, desde Lourdes y desde Jacareí».
NUESTRA SEÑORA Después de tocar los OBJETOS religiosos
«Como ya he dicho, allí donde llegue uno de estos rosarios, allí estaré viva con mi hija Margarita María Alacoque y también con mi hija Santa Gertrudis, portadoras de grandes gracias del Señor.
Os bendigo a todos, y especialmente a ti, hijo mío Carlos Tadeu.
Ya ves, te di el hijo que ante los ojos del Señor y ante mis ojos hizo la obra más cierta, más eficaz, más meritoria y valiosa para la salvación de las almas, para mostrarte cuánto te considero, te aprecio, te aprecio y lo precioso que eres para mí.
El rosario que toqué con mi hija Gianetta para ti y también el rosario tocado en mi vestido y en el vestido de mi hija Rita, que emanan el suave perfume del Paraíso para ti, fue una gracia que te di porque te amo y también porque el hijo que te di ofreció sus méritos, de las películas de mi aparición de Caravaggio y de la vida de mi hija Rita, pidiendo esta gracia para ti, para conseguir esta gracia para ti.
Y la ha conseguido, y muchas más gracias conseguirá, porque mucho más digno de otras gracias es. Así pues, ¡alégrate! Alégrate por el hijo que te he dado, en el que he manifestado signos que no manifesté ni siquiera en los hijos más santos que he tenido en la tierra.
Os he dado un hijo en el que incluso manifiesto signos en sus pinturas, en sus imágenes, incluso antes de que subiera al Cielo conmigo, todo para mostraros cuánto os amo y cuánto os he dado un tesoro valioso, que si sabéis amar, cuidar, conservar y preferir, también recibiréis muchas más gracias, riquezas y tesoros del Cielo y de mi Corazón a través de él.
Ahora os bendigo a todos con amor: desde Pontmain, desde Lourdes y desde Jacareí.
¡Que seáis felices!
Alegraos, exultad de gozo por mis muestras de amor a mi hijo Marcos y a todos vosotros que os he dado aquí.
Shalom!»
Enlace de vídeo: https://youtu.be/XhYZo04Gubk
Orígenes:
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