Mensajes para Marcos Tadeu Teixeira en Jacareí SP, Brasil
domingo, 2 de mayo de 2021
Mensaje de Nuestra Señora Reina y Mensajera de la Paz comunicado al vidente Marcos Tadeu Teixeira
Toda Alma Que Tenga Buen Carácter Reconocerá Mi Presencia Aquí

Actualizado: 12 de Mayo
(Marcos) : "¡Por siempre alabados sean Jesús, María y José!
Estoy bien, Madre, sólo un poco cansado por tantas noches sin dormir y con dolor de cabeza, pero estoy bien, ¡estoy feliz! Estáis aquí, estáis conmigo, lo sois todo para mí, todo lo bueno, todo lo que quiero.
Dime, ¿qué quieres que haga hoy por ti?
Sí, lo haré. Ya he hecho una esta semana, faltan once, con las que me has pedido, ya son dieciséis. Sí, lo haré... Sí, lo haré, Señora.
Sí, lo haré, mi Reina.
Si te ha gustado éste, haré más, muchos más, ¡todos los que quieras!
Sí, lo he entendido, he meditado mucho sobre ese mensaje durante esta semana.
Sólo me quedó una pequeña duda: si el plan del enemigo era quitarme la vida para que la Señora no se me apareciera y yo no dijera que sí, y así se perdieran las almas que se convirtieron gracias a ese sí, y él hizo un plan tan bueno, ¿qué falló? ¿Cuál fue la parte de su plan que falló?».
(María Santísima) : «Amado hijo Marcos, hoy vengo una vez más desde el Cielo para decirte: ¡Adelante! ¡Ánimo, guerrero mío!
Continúa valientemente tu camino llevando Mis mensajes a todos Mis hijos, incluso cuando no respondan y tengan el corazón duro, y cuando prefieran al mundo, al pecado y a Satanás.
¡Sigue adelante! Aún debes salvar muchas almas para mi hijo Jesús, llevarlas a él y a mí, para que podamos llevar estas almas al Cielo.
Así pues, ¡adelante, guerrero mío! Y no temas nada, pues estoy contigo y nunca te abandonaré.
Sí, has comprendido correctamente mi mensaje. Y debes saber que, en verdad, mi enemigo quiso quitarte la vida cuando eras niño ante mis apariciones, porque sabía que tú serías el instrumento utilizado por mí para derribar todos sus malvados planes y su imperio infernal.
Tú serías el instrumento mediante el cual yo haría caer realmente, todas sus maquinaciones y reduciría a cenizas su imperio infernal.
Por eso quiso quitarte la vida de niño, pero como acabo de decirte, no contaba con tu valor heroico. Al enfrentarte a ese momento de peligro, al enfrentarte al peligro y salvar no sólo la vida de tu madre, sino también la tuya, con valor y sin desmayo, demostraste realmente que eras digna, digna de la elección que el Cielo ya había hecho sobre ti, digna de mi elección.
Demostraste tener el valor heroico necesario para enfrentarte a todos los contratiempos que vendrían para intentar impedir que mi obra de salvación, que mis mensajes llegaran a todos mis hijos.
Sí, fue una gran prueba y una gran prueba que superaste y superaste con creces, porque demostraste: fuerza, valor y coraje. Un valor verdaderamente heroico, raro para un niño de tu edad, y por ello fuiste el gran elegido por mí.
Sí, tu valor en aquel momento conquistó mi corazón, y por eso también te elegí a ti, y se lo dije a mi hijo Jesús: ¡Éste es el que necesito! Tiene el valor, la fuerza y el coraje que necesito para que me ayude en mis planes de salvar a la humanidad. Él es mi elegido, tiene que ser él, ¡y no quiero a ningún otro!
Y mi hijo Jesús me lo dijo: Sí, Madre mía, elegido, ya fue elegido desde el vientre de su madre, pero ahora es elegido por el valor y la fuerza que ha demostrado en esta gran prueba por la que ha pasado.
Por eso, hijo mío, ¡nunca debes desanimarte! Y debes mostrar siempre la fuerza y el valor que siempre has tenido para ayudarme a salvar las almas de mis hijos que han pasado de las manos de Dios a las de Satanás por el pecado.
Debes liberar a todas estas almas y traerlas a mí con tu trabajo, con tu oración, con tus valientes sacrificios de cada día, afrontando dolores que ya habrían vuelto locos a otros y que ya habrían hecho que muchos otros se desanimaran y tiraran la cruz.
Y tú aceptas valientemente estos sufrimientos, los soportas y los ofreces por toda la humanidad, por la salvación de tantas almas.
Debes continuar con la palabra, con el sufrimiento y con la oración para salvar a tantas y tantas almas por mí. Con las obras y empresas que hagas por mí, debes seguir luchando por la salvación de todas las almas, incluso de las más endurecidas en el mal.
¡Tú eres mi esperanza! ¿Y comprendes ahora por qué te elegí no sólo como mi mensajero, sino también como mi guerrero, porque sólo tú tenías la fuerza, el valor, la tenacidad y la fortaleza para ello?
Muy bien, mi plan de salvación para toda la humanidad consiste precisamente en eso: en que mis apariciones se extiendan por toda la Tierra, para salvar a mis hijos en los cuatro rincones del mundo.
Sí, mi enemigo ha extendido su humo por toda la humanidad, las fuerzas del mal que trabajan para él en el mundo han extendido la apostasía, la iniquidad, la corrupción moral y espiritual, y esto ha cubierto la Tierra como una gruesa capa de hielo.
Para evitar la destrucción total del mundo y salvar a las almas, he decidido aparecer de una forma nueva y extraordinaria, no sólo de vez en cuando y con pocas apariciones como en el pasado, sino aparecer en varios lugares a la vez, con apariciones largas, prolongadas y frecuentes, para combatir yo mismo a mi adversario, en persona.
Y contra esto, ni él ni sus secuaces pueden hacer nada, porque aparezco donde quiero, como quiero y cuanto quiero, ¡y nadie puede detenerme!
Por eso, mi obra de salvación se extiende por todas las naciones. Y a través de mis apariciones, he reunido a mis hijos de los cuatro rincones del mundo, para ponerlos a salvo en el refugio de mi Corazón Inmaculado y ayudarme a preparar al mundo para el mayor acontecimiento después de la primera venida del Verbo a la tierra: ¡Su retorno, que ya está cerca!
Por eso, hijo mío, tú que formas parte de este gran plan de salvación eres verdaderamente muy importante, de hecho, eres una pieza muy valiosa y fundamental en mi gran obra de salvación para el mundo entero. Y sin ti mi plan no podría haberse realizado, ni podría haberse realizado mi triunfo.
Así pues, ¡adelante, estoy contigo! Y toda alma que escuche tu voz, escuchará la mía. Los que desprecien tu voz se despreciarán a sí mismos, y los que acojan y digan sí a mi voz en su voz, recibirán de mí la gracia de la paz, mi llama de amor y todas mis bendiciones, y serán proclamados mis verdaderos hijos y los benditos hijos de Dios.
Sí, toda alma que tenga un buen carácter en ella reconocerá mi presencia aquí y también que soy yo mismo quien a través de vosotros obra, actúa y atrae aquí a todos mis hijos a la salvación.
Yo atraigo a mis hijos a la salvación en mi hijo Jesús, así que ¡adelante, hijo mío! ¡No tengas miedo de nada! Gracias a ti, gracias a tu sí, mis mensajes se difunden por toda la tierra, y aún haré muchas más maravillas.
Sigue tu camino sin desanimarte nunca por culpa de ningún Judas traidor que traicione mi amor, deja a estas almas a la justicia divina, porque será a la justicia divina a la que tendrán que rendir cuentas el día de su muerte.
En cuanto a ti, piensa sólo en mí, vive sólo para mí como lo has hecho, y no apartes nunca tus ojos de mí.
Imprimí tantas veces mi imagen en tus ojos en el momento de mi aparición, me reflejé no sólo para que mis hijos me vieran, sino principalmente para que tú, mirando este signo, mantuvieras siempre tu mirada fija en mí, en mi luz, para que nunca te cansaras, nunca te desanimaras.
Y así, como yo vivo en ti y tú vives en mí, porque eres todo mío y moriste a ti mismo totalmente hace treinta años para que yo pudiera vivir en ti, sigue luchando para que todos mis hijos mueran también al mundo, a su propia voluntad, para que yo pueda vivir en ellos, reinar en ellos, y a través de mí reine mi hijo Jesús.
A ti, hijo mío, te digo Te doy mi gracia, te doy mi plena bendición.
En ti he manifestado signos que ni en los más santos de mis hijos que han estado en la tierra he manifestado para decirte: tú eres la última gracia que doy al mundo y a esta generación antes del regreso de mi hijo.
Te he elevado, te he levantado y te he enviado para que llames a toda la humanidad a la conversión. Si ahora se niegan a entrar por la puerta de la conversión y te desprecian, tendrán que entrar por la puerta del castigo y la justicia.
Así pues, ¡adelante! ¡No tengáis miedo!
A ti, a quien tanto te he dado, te pido cada vez más confianza y entrega total a Mí.
Y, también, a ti, mi amado hijo Carlos Tadeu, a quien di este hijo, que fue sometido a una gran prueba y pasó por ella con un coraje heroico raro para un niño de su edad.
A ti, a quien di un hijo tan valiente, tan valeroso y que por mí soportó tantos sufrimientos, tantas injusticias, dolores y angustias, te di el mejor de los mejores hijos para demostrarte cuánto te amo.
No sólo fui yo quien ganó de mi hijo Jesús un tesoro valiosísimo, que es este hijo mío: tan valiente, ardiente en mi servicio, fiel y obediente a mí, sino que también fuiste tú quien ganó este gran regalo de mi hijo Jesús y de mi Corazón, para que puedas comprender y sentir cuánto te estimamos, cuánto te apreciamos y cuán valioso eres para nosotros.
Si después de la gracia de verme la mayor gracia es vivir con un vidente mío, como siempre dice mi hijo Marcos, ¿qué gracia no será la tuya? ¿La de ser elegido para ser el padre de una vidente mía, y no de una vidente cualquiera, sino de la más valiente, la más entregada, la más obediente de todas?
Sí, has sido elegido para ser el padre del más duro de mis servidores, de mis videntes. El que ha demostrado el mayor valor, amor y coraje por mí. Por tanto, debes sentirte honrado y feliz, porque a través de este digno hijo, tantas y tantas bendiciones te he dado ya, y aún más te daré.
Espera y verás, y quien viva verá también cuántas gracias te daré y con cuántos honores te coronaré.
Alégrate, pues, hijo de mi corazón, alégrate con el hijo que te he dado y hazte uno con él: por el amor, por la confianza, por la amistad, por la intimidad, por la unidad y la santa complicidad en mis planes. Para que, de este modo, cumpláis verdaderamente el plan de amor que he trazado para cada uno, y mi Corazón triunfe sin demora aquí, en esta Tierra de la Santa Cruz y en el mundo entero.
Y a vosotros, hijitos míos, os digo:
Dejaos guiar con confianza por mí en mis apariciones aquí a través de mi hijito Marcos, pues quien le escucha a él me escucha a mí, quien no le escucha a él no me escucha a mí y me desprecia. Y seguiré conduciéndoos por el camino de la penitencia, de la oración, del sacrificio, de la santidad hacia el Cielo.
Rezad, rezad el Rosario todo lo que podáis, rezad las Mil Avemarías todo lo que podáis por Brasil, por la salvación del mundo entero, porque sólo el Rosario puede salvar a la humanidad no sólo de esta plaga que ahora pasa, sino de todos los problemas.
Sólo a través de la oración podréis abrir la puerta del Cielo, sólo a través de la oración podréis sentir, conocer, vivir, guardar y mantener la llama del amor de Dios en vosotros.
Ahora os bendigo a todos con amor: de Fátima, de Caravaggio y de Jacareí.
Regalad a mis hijos 3 Rosarios meditados nº 46 y rezad este Rosario durante 3 días seguidos.
Regala también el nuevo Rosario de la Misericordia hecho por mi hijo Marcos #123 a 4 de mis hijos que no lo tienen y reza este Rosario durante 6 días seguidos.»
NUESTRA SEÑORA Después de tocar los OBJETOS Religiosos
(María Santísima) : «Como ya he dicho, allí donde llegue uno de estos rosarios estaré viva llevando conmigo las grandes gracias del Señor.
Mis Ángeles Nadiel y Nariel irán conmigo, trayendo grandes gracias del Señor.
Os bendigo a todos una vez más para que seáis felices y os dejo mi paz».
Vide enlace: https://youtu.be/1IYcleNEEkY
Orígenes:
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