Mensajes para Marcos Tadeu Teixeira en Jacareí SP, Brasil

 

sábado, 8 de agosto de 2020

Mensaje de Nuestra Señora Reina y Mensajera de la Paz comunicado al Vidente Marcos Tadeu Teixeira

No puedo ayudar a los que no rezan el Rosario y no obedecen mis mensajes

 

(Marcos): ¡Que Jesús, María y José sean alabados por siempre!

Sí... ¡Sí, lo haré! Sí, lo haré, mamá...

Sí, mamá, sí.

Lo haré... Sí».

(María Santísima): «Mi querido hijo Marcos, ¡aquí estoy una vez más para amarte! ¡He venido del cielo para amarte, bendecirte y llenarte de las gracias de mi corazón!

Sí, ¡aquí estoy, tu tesoro, vida y amor!

¡Preferiste la mejor parte y nunca te será arrebatada!

¡Me preferiste a mí y por eso yo también te prefiero a ti!

¡Quiero tanto a mis hijos! No sé lo que hace falta para que sean felices y puedan amarme.

He dado tantas pruebas de mi amor a lo largo de la historia.

He hecho tantas curaciones.

He liberado a tantos de mis hijos de la pesada cruz de la enfermedad, el dolor y el sufrimiento.

He estado presente en la vida y en la historia de mis hijos con mi amor y mis gracias de muchas maneras.

Y ya no sé qué falta para que crean en mi amor, en mi bondad y para que se decidan por mí.

Sí, a lo largo de la historia, en mis múltiples apariciones por toda la tierra, he mostrado a toda la humanidad, a todos mis hijos, cuánto les amo, cuánto quiero ayudarles, beneficiarles, enriquecerles y hacerles felices no sólo en el cielo, sino también aquí en la tierra, transformando sus vidas ya en un anticipo del Paraíso.

Vidas llenas de alegría, paz y amor. Pero no quieren y me desprecian y me rechazan de sus vidas. Por tanto, ¡no puedo ayudarles! No puedo ayudar a los que no rezan el Rosario y no obedecen mis mensajes.

No puedo llevar a cabo un plan de amor en la vida de aquellos que no son dóciles a mí y que no se dejan conducir, modelar y llevar en brazos por mí.

Por eso, en la vida de tantos hijos míos no pueden llover mis gracias y mis esfuerzos son estériles, infructuosos y totalmente frustrados, porque ellos mismos me impiden actuar en sus vidas.

Que me abran sus corazones para que pueda realizar en ellos mi plan de amor y hacer llover por fin mi gracia maternal sobre todos ellos. Para que entonces pueda transformar el desierto de sus vidas en un hermoso, verde, exuberante y fragante jardín de mis gracias amorosas.

¡Oh, sí! Mis apariciones en Lourdes, en Fátima, en La Salette, en Heroldsbach, en Pontmain, en Craveggia y aquí y en todas partes donde me he aparecido, quieren decir una cosa: ¡Amo a todos mis hijos y quiero salvarlos a todos!

Pero necesito el «sí» de todos para poder actuar y realizar mi plan de salvación y de amor. Así que, hijitos, dadme todos vuestro «sí».

Y en este mes santo, disfrutad de las gracias que descienden de mis manos y de mi corazón con tanta abundancia sobre vosotros. Para que con estas gracias podáis responder a mi inmenso amor, que sólo espera vuestro «sí» para empezar a actuar y a hacer maravillas en vuestras vidas.

¡Rezad mi Rosario! Porque quien reza mi Rosario ciertamente se salva y quien no, se condena.

Es el arma infalible de salvación que di a mi hijo Domingo, cuya fiesta celebráis hoy.

Con el Rosario, mi hijo Domingo se elevó a un grado tan alto de santidad que solo, incluso con muchos esfuerzos y virtudes, no llegaría.

Para él, el Rosario era verdaderamente no sólo un medio cierto de salvación, sino también un medio cierto para alcanzar la suprema santificación. Hasta el punto de hacerlo ascender a las más altas moradas del Cielo e incluso habitar una de las moradas que los ángeles caídos dejaron vacías.

Sí, el Rosario elevó a mi Domingo a esa altísima posición en el Cielo, y si sois fieles a rezar mi Rosario todos los días, también os elevará a vosotros a las más bellas moradas que preparo para mis hijos que más me aman.

¡Oh, sí! Rezad el Rosario y todas las asechanzas de Satanás, no sólo en vuestras vidas, sino también en vuestras familias, en vuestro país y en el mundo, serán totalmente aniquiladas y Satanás perderá totalmente su poder y, finalmente, ¡triunfará mi Corazón Inmaculado!

Rezad mi Rosario y entonces tomaréis fuerzas para ayunar y del ayuno tomaréis fuerzas para creer y para amar al Señor con todas vuestras fuerzas. ¡Y entonces, triunfaré con seguridad y certeza en todos vosotros, hijos míos! ¡Y el plan del Señor se hará finalmente realidad y el mundo se convertirá en un mundo de paz y amor que mi corazón espera ansiosamente que llegue a todos vosotros!

Reza el Rosario de la Paz nº 6 durante dos sábados seguidos y regala también a 5 de mis hijos esta hermosa película que hizo mi hijo Marcos, Lourdes 7, y a 4 de mis hijos regálales la nueva que hizo ( Lourdes 9).

Para que mis hijos vean mi amor, mi bondad, y se entreguen a mí con toda confianza, para que finalmente, mis planes iniciados en Lourdes, aquí alcancen su plena realización.

Regala también a todos mis hijos 3 Rosarios Meditados 129 para que mediten sobre los mensajes allí grabados y los pongan en práctica.

Os amo a todos y nunca os abandonaré.

Os bendigo a todos y especialmente a ti, mi querido hijito Carlos Tadeu.

Sí, sé, hijo mío, que un día después de mi nacimiento, tuve una visión muy elevada dada por la Santísima Trinidad y el Señor me mostró a ti, te mostró a mí, y vi sus actos futuros, obras y trabajos de amor por mí, sus esfuerzos y Rosarios rezados con tanto amor y confianza.

Y entonces mi Corazón Inmaculado se consoló, porque justo antes de esta visión tuve otra, en la que vi a tantas almas que a lo largo de los siglos no aceptarían a mi hijo Jesús como su Redentor y Señor.

No aceptaban su amor y despreciaban el sacrificio que haría como Redentor para salvarlas a todas.

Esta terrible ingratitud de las almas hirió tan profundamente mi corazón que lloré sangre, vista sólo por mi Madre Santa Ana y oculté estas Lágrimas a mi padre San Joaquín y también a las demás personas que estaban cerca.

Tales lágrimas, yo también las derramaba constantemente en la casa de Nazaret donde vivía con mi hijo Jesús y San José. Estas lágrimas sólo las veían él y mi hijo Jesús y se ocultaban a las demás personas.

Esas lágrimas de dolor que derramé tú las secaste y consolaste. Cuando te vi en aquella visión, desaparecieron inmediatamente y se convirtieron en lágrimas luminosas de oro que bajaron de mis ojos.

Gracias por el consuelo que me diste en aquella ocasión y por el que me sigues dando hoy, hijo mío.

En verdad te digo: cuando te veo rezar mi Rosario y realizar los cenáculos por todas partes, siempre descienden de mis ojos cuatro lágrimas de oro muy luminosas, se quitan de mi corazón las espinas del dolor y en su lugar brotan rosas de oro puro que me dan alegría, consuelo, contento.

¡Adelante! ¡No te desanimes nunca! ¡Sigue adelante con todas las oraciones, porque aún te tengo reservadas innumerables gracias que haré llover más y más en tu vida como una abundante lluvia de amor!

Alégrate, porque te he dado lo mejor de lo mejor, ¡mi hijito Marcos! Sí, este hijo en el que he manifestado signos que ni siquiera en los hijos más santos que han pasado por la tierra he mostrado. Para que entonces, de verdad, sepas y sientas cuánto amor te tengo y cuánto en mi corazón eres verdaderamente grande, especial y nunca, ¡nunca dejaré de quererte!

A ti y a todos mis queridos hijitos, os bendigo con amor ahora: desde Lourdes, Pellevoisin y Jacareí.

¡Yo reino en el Cielo! Yo reino sobre el Corazón de mi hijo. Él me ama y no puede negarme nada».

Vídeo de la Aparición y mensaje en Youtube: https://www.youtube.com/watch?v=NA8uw2DCBWs

Vídeo del Cenáculo completo en la plataforma oficial del Santuario: https://www.apparitionstv.com/apptv/video/1396

Orígenes:

➥ MensageiraDaPaz.org

➥ www.AvisosDoCeu.com.br

➥ www.AparicoesDeJacarei.com.br

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