Mensajes para Marcos Tadeu Teixeira en Jacareí SP, Brasil
viernes, 13 de diciembre de 2019
Mensaje de Nuestra Señora Reina y Mensajera de la Paz y Santa Lucía

Queridos hijos, ¡soy la Rosa Mística! Deseo una vez más llamaros a la santidad.
Sed las santas «rosas místicas» de la oración, del sacrificio y de la penitencia.
Rezad cada vez más, sacrificaos cada vez más, haced cada vez más penitencia expiando vuestros pecados y los del mundo entero.
Sed las rosas embalsamadas de amor, que cada día regalan al Señor el perfume dulce y suave del amor verdadero.
Sed las rosas embalsamadas de amor, despreciando las cosas mundanas, despreciando vuestra propia voluntad y haciendo siempre la voluntad del Señor, que es amor, misericordia y salvación para vosotros.
Sed las rosas embalsamadas de amor, tratando cada día de agradar más al Señor, de agradar a mi hijo Jesús con todas vuestras fuerzas. Busca más y más intimidad con mi hijo Jesús a través de la oración de intimidad, ¡hasta que tú y él seáis uno en la llama del amor!
Sed las rosas embalsamadas de amor, muriendo cada día por vosotros mismos y por vuestra propia voluntad y viviendo sólo por la voluntad del Señor.
¡Convertíos sin demora! Rezad para alejar los Tres Días de Tinieblas o, al menos, para aliviarlos. ¡Con la oración se pueden aliviar!
Reza para eliminar el castigo de Astro Eros, con tus oraciones puedes eliminarlo, con la oración y el ayuno puedes anular cualquier castigo, puedes conseguir cualquier gracia.
Reza tres horas al día. Quiero esas horas de oración de todos, desde los niños pequeños hasta los agonizantes. Así podré uniros verdaderamente al Señor y hacer que viváis y reinéis de verdad en vuestros corazones.
Rezad todos los días el Rosario de las Lágrimas, porque grandes gracias daré a los que recen este Rosario. Mi hijo Jesús no puede resistirse a quien reza este Rosario y concede todo lo que se le pide a través de él.
Llevad la medalla que revelé a mi hijita Pierina en Montichiari, a través de ella alejaré a los demonios de vosotros y de vuestras casas, y cada día 13 derramaré sobre vosotros, a través de esta medalla, ¡grandes gracias!
Regala cinco medallas que revelé en Montichiari a cinco de mis hijos que no la tienen. Regala también cuatro películas de mi Aparición a mi hijita Pierina como Rosa Mística para cuatro niños que no lo conozcan esta semana. Para que pueda tocar cada vez más el corazón de mis hijos, hacerles rezar más y para que estas oraciones generen nuevas conversiones. Y así, en un ciclo siempre creciente, podré aplastar cada vez más a Satanás, salvar a mis hijos y conducir así a toda la humanidad a la conversión y a la salvación.
Regala también dos Rosarios de mi hija Luzia meditados por dos niños que no la conocen, especialmente los jóvenes, para que luego la conozcan, se enamoren de ella y a través de ella de mi hijo Jesús y así levante un ejército de nuevas «Luzias», de jóvenes hechos de puro amor como ella para el triunfo del Señor.
A todos bendigo con amor ahora: desde Montichiari, desde Pellevoisin y desde Jacareí».
Mensaje de Santa Lucía de Siracusa
«Queridos hermanos míos, yo, Luzia, vengo del Cielo para bendeciros y deciros:
¡Sed Luces, sed luz para este mundo envuelto en tinieblas!
Sed Luces, sed luz para este mundo envuelto en las tinieblas del mal y del pecado. ¡Brillad en medio de las tinieblas cada día más por una vida de intensa oración y amor a Dios!
Sed Luces, luces, despreciando todo lo que el mundo os ofrece, aceptando todo lo que os ofrece nuestra Reina Santísima, todo lo que el Señor os da. Para que así, verdaderamente, la luz de Dios brille en vosotros y a través de vosotros para disipar las tinieblas de este mundo.
Sed Luces, luces, teniendo un corazón pobre de deseos terrenales, pero rico como el mío de los tesoros del Cielo. Para que todos vosotros, al ver estos tesoros en vosotros, veáis también la belleza de la santidad, la belleza del amor a Dios y queráis también como vosotros: amar a Dios, vivir en santidad, que es infinitamente mejor y más feliz que la vida de pecado.
Sed Luces, luces, vivid verdaderamente en gran intimidad de corazón y de alma con el Señor y con nuestra Santísima Reina.
Rezad la oración de intimidad todos los días, al menos un poco, para que crezca en vosotros el germen de la vida sobrenatural, de la gracia, del amor a Dios y de la santidad, y así, a través de vosotros, el mundo entero conozca el dulce y amoroso rostro del Señor y de nuestra Santísima Reina, y así todos se entreguen a ellos con amor y por amor.
Reza mi Rosario todos los días, si es posible, y si no, al menos una vez a la semana. Daré grandes gracias a todos los que lo recen.
Tened mi imagen en vuestras casas, porque en las casas donde esté, los demonios no podrán entrar, especialmente en los Tres Días de Tinieblas, porque el Señor me dio el poder de expulsar a los demonios con el poder de mis méritos, virtudes y santidad, y donde yo esté, no les llegará ningún mal.
Rezad el Rosario todos los días, porque a través de él siempre seréis más: luces, Luces de amor en este mundo.
¡Amo este lugar y especialmente a ti, mi amado hermano Marcos!
Hoy, en el día de mi Fiesta, tú más que todos mis devotos del mundo tienes derecho a muchas gracias especiales, por los méritos de la película que has hecho de mi vida, que sigue tocando y quemando de amor nuestros corazones por Jesús, por nuestra Santísima Reina y también por mí.
A vosotros, por tanto, os doy hoy 13 bendiciones especiales y como ya sé lo que queréis, para vuestro padre Carlos Tadeo doy ahora 13.000 bendiciones que recibirá a lo largo de los años, una al día.
¡A ti no puedo negarte nada! ¡Y todo lo que me pidas por los méritos de la película que has hecho te lo daré como te he dado curaciones y gracias maravillosas en el pasado!
Pedid siempre al Sagrado Corazón de Jesús mis méritos y los méritos de la película que habéis hecho y todo os será dado.
A ti y a todos estos queridos hermanos míos, especialmente a ti, mi querido hermano Leandro, a quien también protejo y guardo como a un protector muy especial. Y a todos aquellos a los que he curado aquí, a todos aquellos a los que he devuelto la salud y dado más vida, y a todos los que me aman, les bendigo con amor.
Especialmente también a ti, mi amado hermano Carlos Tadeu. Hoy recibes las bendiciones especiales de los méritos de la película que tu hijo hizo de mi vida y que tocó tantos corazones, quemó tantas almas de amor y realmente hizo que tantos rezaran más y decidieran seguirme en el camino de la santidad.
Sí, así como yo acudí a mi madre Eutíca para que me concediera su gracia, su curación, su curación milagrosa, así como por mis méritos mi madre Eutíca fue curada y también salvada, llevada al Cielo, así tú recibirás siempre grandes gracias por los méritos de tu hijo, ¡recibirás grandes bendiciones!
Has recibido grandes gracias en el pasado hasta hoy por sus méritos. La curación de la hemorragia que tuviste hace años, cuando bebiste el agua de la Fuente de nuestra Reina Santísima, fue una gracia de la Madre de Dios, pero también por los méritos de tu hijo, como anticipo de que en el futuro serás destinado a ser su padre espiritual.
Así que alégrate, porque grandes son las gracias que aún te esperan en el futuro por los méritos de tu hijo.
Y todo lo que pidas por los méritos de la película que hizo de mi vida, que tanto agradó a Jesús y a María y que ofreció gracias (de curaciones) incluso de enfermedades incurables en este lugar, lo recibirás todo, ¡todo! Y yo también estaré siempre contigo protegiéndote en todo momento.
Ya te he revelado que cuando me arrancaron los ojos los ofrecí por ti.
También sabes, querido hermano mío, que cuando el soldado me atravesó el cuello manteniéndome aún con vida, ofrecí ese cruel dolor por ti hasta el momento en que finalmente me decapitaron.
Todo esto, porque te amo con todas mis fuerzas y nunca jamás dejaré de amarte. Así pues, pídeme lo que quieras. ¡Pídemelo y te lo daré para mayor gloria y triunfo del Amor del Señor!
Os bendigo a vosotros y a todos estos mis queridos hermanos ahora: de Catania, Siracusa y Jacari.
Paz!»
(María Santísima después de tocar los objetos santos): «Como ya he dicho, dondequiera que llegue uno de estos Rosarios, allí estaré viva con mi hija Luzia y también con mi hijo Santo Anselmo, llevando conmigo copiosas gracias del Señor.
Os bendigo de nuevo a todos para que seáis felices y dejéis mi paz».
Orígenes:
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