domingo, 14 de enero de 2018

Mensaje de María Santísima

Queridos hijos, hoy, cuando ya estáis celebrando aquí el Aniversario de Mis Apariciones a Mi Pequeña Hija Mariette Becco quiero deciros que Yo soy la Virgen de los Pobres.

Soy la Virgen de los Pobres que viene del Cielo para llamar a todos Mis hijos a la conversión y a la oración.

¡Rezad, rezad mucho!

Sólo a través de la oración podéis cambiar el corazón de las personas.

Sólo a través de la oración puedes alejar el mal.

Sólo a través de la oración puedes alcanzar las Gracias.

Sólo a través de la oración podéis agradar a Dios y obtener las Gracias para tener una vida santa.

Deseo que confíes en Mí, que hagas lo que te digo y entonces te daré Mis Gracias. Eso es lo que quise decir en Banneux cuando dije: «Cree en Mí y Yo creeré en ti».

Cuando creáis en Mí, creed en Mis Mensajes, confiad en que lo que os digo es lo mejor para vuestra Salvación, es el único camino para la Salvación de la humanidad y la Paz del mundo.

Sólo así las Gracias de Mi Llama de Amor descenderán sobre ti y sobre toda la humanidad renovándola y transformándola. Entonces Mi Llama de Amor irradiará desde aquí, de nación en nación, transformando y convirtiendo todos los corazones y almas de Mis hijos en ardientes e incesantes Llamas de Amor.

Mi Llama de Amor debe actuar ahora poderosamente para salvar a Mis hijos. Por eso, hijitos, abrid de par en par vuestros corazones para que Mi Llama de Amor pueda actuar, obrar en vuestras almas y a través de vosotros: convertir, salvar y transformar a tantos hijos Míos que vagan por el mundo perdiéndose y endureciendo cada día más sus corazones.

Si encuentro aquí a los apóstoles ardientes que necesito, que renuncien a su voluntad, que renuncien a su comodidad, que renuncien a su voluntad para ayudarme a salvar las almas de Mis hijos. Entonces verdaderamente Mi Llama de Amor podrá actuar con poder para salvar a las almas de Mis hijos, y hacer que verdaderamente triunfe Mi Corazón y sea aniquilado el reino de Satanás.

¡Necesito apóstoles! Necesito almas que tengan corazón de apóstol y de santo como mi hijo Luis María Grignion de Montfort, mi hijo Domingo de Gusmão y también mi hijito Marcos, que aunque estuvo enfermo esta semana, hizo nuevo el Rosario de la Misericordia* con estas hermosas meditaciones para ayudar a salvar las almas de vosotros Mis hijos.

Eso es lo que debéis tener: Una llama de amor ardiente en el alma, un celo ardiente por la Salvación de las almas y renunciar a vuestra comodidad e incluso a vuestro descanso para que las almas se salven.

Así es como triunfará verdaderamente Mi Corazón, por la respuesta pronta, profunda, verdadera y ardiente de Mis apóstoles, triunfará Mi Corazón Inmaculado. Y entonces transformará el mundo entero en el Reino de Amor de mi Corazón.

Rezad el Rosario todos los días y sed los pobres de espíritu, es decir, los que no tienen vanidad, los que no tienen sed de los honores y las glorias de este mundo, los que no tienen sed de los placeres de este mundo, los que no tienen la concupiscencia de los ojos y los que tienen como único tesoro y como único todo: a Dios, Su Amor y Su Gracia.

A todos bendigo con Amor desde Banneux, Montichiari y Jacareí».

(Marcos): «Madre del Cielo, ¿puedes tocar estos santos Rosarios y objetos para la oración y protección de tus hijos?

(María Santísima): «Como ya he dicho, allí donde llegue una de estas imágenes y rosarios, allí estaré yo viva, llevando las grandes gracias del Señor. A todos bendigo de nuevo y dejo mi paz».

* Rosario de la Misericordia n.71