Mensajes para Marcos Tadeu Teixeira en Jacareí SP, Brasil
sábado, 8 de julio de 2017
Mensaje de María Santísima

(María Santísima): Queridos hijos, ¡hoy os invito de verdad a todos a la oración de amor! Rezad con amor hasta que la oración se convierta en alegría y amor en vosotros para irradiar Mi Llama de Amor a vuestro alrededor.
Para rezar la oración de amor, primero debéis
- Vaciar vuestros corazones de todo apego, afecto por las cosas mundanas y también por las criaturas.
- Después, abrir vuestro corazón a Mí, es decir, desear Mi Llama de Amor y querer hacer Mi voluntad con todas las fuerzas de vuestra voluntad y de vuestro corazón.
- Finalmente, hacer muchas oraciones de amor, pueden ser actos de amor, oraciones personales de amor o incluso el Rosario, pero poniendo en cada Ave María el acento, el signo propio del amor, el deseo de Dios, el deseo de Mí.
Entonces, verdaderamente vuestra oración será una oración de amor que hará crecer Mi Llama de Amor en vuestros corazones y el Amor Divino os llevará a convertiros en llamas incesantes de amor por Dios y por Mí.
Rezad la oración del Amor, rezad con amor, tratando cada día de tener más intimidad, unión con Dios y Conmigo en la oración, aumentando vuestro deseo de estar con Dios, de estar Conmigo, de estar en Mi presencia, de sentir Mi amor, de amarme, de consolarme, de escucharme, de obedecerme y de estar Conmigo calentándome con vuestra oración de amor.
Hijos míos, cada día mi Corazón Inmaculado sufre porque me acerco a mis hijos pero sólo encuentro en ellos frialdad, dureza de corazón e indiferencia, insensibilidad a mi amor. Por eso, mi Corazón está herido y helado por la presencia de estas almas.
Necesito amor para calentar de nuevo Mi Corazón y curar las heridas de Mi corazón dolorido. Este amor lo busco en vosotros, mis hijos a los que más amo, los hijos a los que he llamado para que estén aquí, en mi aparición, en mi fortaleza invencible de amor y de oración, en mi trono de gracia y en mi hogar.
Es en vosotros donde mi Corazón Inmaculado busca la oración de amor para calentarse de nuevo y así volver a latir de amor por los hombres y derramar gracias sobre la humanidad.
Oh, cómo reconforta Mi alma llena de amor por Mí, ardiendo de amor por Mí y calentando Mi Corazón con el calor de tu amor.
Acércate a Mí y su alma Me calienta, su calor calienta Mi Corazón, su corazón con su amor calienta Mi Corazón y derrite el hielo con el que Mis hijos se recuperan con su indiferencia, insensibilidad y el desprecio con el que Me tratan.
Oh, cuántas almas Me desprecian, cuántas deshacen Mi amor, negándome su amor, cerrando la puerta de sus corazones, negándose a escuchar Mis Mensajes, Mi voz, Mi palabra de amor dada aquí.
Por eso busco en las almas de Mis hijos fieles la oración de amor que calienta Mi Corazón, que cura las heridas de Mi Corazón y lo hace latir de nuevo rápida y poderosamente de amor por el mundo derramando sobre él Mi Llama de Amor.
Sed hijos Míos estas llamas ardientes de amor que calientan Mi Corazón cada día con la oración de amor que he venido a enseñaros y que he venido a buscar en vosotros.
Sed amor, vivid de amor, pues el amor es Dios, Dios es amor, y quien viva de amor y para el amor vivirá eternamente en Dios.
Continuad rezando cada día Mi Rosario, rezad poniendo en cada Padre Nuestro, en cada Ave María, en cada oración el deseo de Dios, el deseo de Mí y buscando cada vez más uniros a Mí fundiendo vuestras voluntades con las de Dios y las Mías. Para que así nuestra unión se realice verdaderamente y seamos uno en el amor verdadero.
Os amo a todos y rezo cada día a Mi hijo Jesús por vosotros, pidiendo Su perdón, Su gracia y Su Misericordia para vosotros. Pero, convertíos en Mis hijos porque sólo queda media hora del día de Dios para el glorioso regreso de Mi hijo.
Entonces será demasiado tarde para arrepentiros en ese momento, será demasiado tarde para tener remordimientos, pues no habéis escuchado Mi voz de amor, Mi palabra de amor dada aquí. Pues en ese momento en que los cielos y la tierra serán sacudidos y simplemente desaparecerán será demasiado tarde para clamar por Mí.
Convierte ahora que puedo ayudarte, ahora que es un tiempo de gracia, este maravilloso tiempo de gracia te ha sido dado por un gran acto de amor de Dios. Y también por un gran acto de amor e intervención Mía, pues fue a petición Mía y por amor a Mí que Mi hijo dio este tiempo de Gracia para tu salvación.
Convertíos sin demora y orad, orad, orad para que vuestros corazones no caigan en la tibieza.
Amado y amadísimo hijo Carlos Tadeo, gracias por quedarte aquí un día más. Gracias, hijo mío, por el testimonio que me has dado hoy en mi Radio Mensajero de la Paz.
Gracias, gracias por todas las palabras que dijiste exaltándome, glorificándome, llevando Mi Palabra, Mi amor a tantos miles de Mis hijos que me escuchaban a esa hora.
Gracias hijo Mío, porque Me glorificaste tanto y todo el tiempo que hablabas Yo lloraba, las heridas de Mi Corazón se cerraban y cada palabra que salía hoy de tu boca se llevaba una espina en Mi Corazón.
Durante ese momento los Santos Ángeles paralizaron a muchos demonios y tocaron a muchas almas convirtiéndolas y enamorándolas de Nuestro Señor.
Por todo ello, os agradezco la alegría dada a Mi Corazón y al Corazón de Mi hijo Marcos. Te doy las gracias y te bendigo generosamente. Eres Mi caballero, Mi hijo más amado que junto con Mi hijo Marcos hablará a las naciones y proclamará la verdad, Mi voz, Mi palabra de amor a todos los hombres.
Y entonces, Mi Corazón liberará por fin con poder Su Llama de Amor, Mi Llama de Amor que ha estado represada durante tantos años porque no había nadie que la quisiera, que quisiera de verdad luchar Conmigo, vivir Conmigo y por Mí, sufrir Conmigo y luchar Conmigo para salvar al mundo.
Y entonces las almas se convertirán, amarán y se enamorarán del Señor, de Mí, y finalmente proclamaré Mi Triunfo de todo el universo, diciendo, gritando: ¡Por fin ha triunfado mi Corazón Inmaculado!
Adelante, Caballero Mío, ¡no temas nada! Mi Corazón triunfará, y tú y mi hijito Marcos triunfaréis conmigo.
A vosotros, que sois mi bendición de amor, y a todos mis hijitos aquí presentes y a los que me escuchan desde lejos, bendigo ahora a Montichiari, Fátima y Jacareí».
(San Gerardo): «Amado hermano Carlos Tadeo, yo Gerardo, me alegro de venir hoy con la Madre de Dios y nuestra Reina.
Te amo, te amo mucho como ya te he dicho, estoy siempre a tu lado para bendecirte y guardarte.
Cada 16 de cada mes vendré a enseñarte una pequeña oración, a través de tu hijo Marcos, te daré una oración privada que deberás rezar para llegar a ser una gran santa como yo.
A través de estas oraciones haré que te eleves a un alto grado de amor a Dios y a Nuestra Reina Inmaculada y haré que realmente te parezcas más a Mí, convirtiéndote así en un verdadero siervo, ángel e hijo obediente de la Inmaculada.
¡No temas nada porque Yo estoy contigo! De cada dificultad tuya tengo conocimiento y tomo providencia, aunque a menudo nadie se dé cuenta.
Yo estoy siempre a vuestro lado y quien os hiera Me herirá a Mí, quien os ofenda Me ofenderá a Mí, quien os hiera Me herirá a Mí, quien os haga algún daño Me lo hará a Mí. Y Yo mismo ejecutaré la santa y justa Justicia de la ira de Dios.
Así como la mujer de David fue castigada por criticar, por hacer sufrir a su marido con sus palabras. Así también, a quien te ataque, a quien te denigre, a quien se burle de ti, a quien te haga cualquier clase de ofensa, Yo mismo lo tomaré como hecho a Mí mismo y clamaré venganza ante el Señor por esa alma.
Por eso, amado hermano, no temas nada, tienes en el Cielo un abogado exclusivo tuyo y que está durante todas las horas del día cuidando de ti, cuidando de tu vida y de todo lo que es necesario para ti.
Sabed que todo lo que os sea necesario lo obtendré del Señor y os lo daré. Sigue rezando Mi Rosario siempre que puedas. De vez en cuando rezadlo también en vuestros Cenáculos, para que los jóvenes principalmente Me conozcan, Me amen y quieran entregar y dedicar su vida a Dios como Yo, conociendo así la alegría perfecta que sólo tienen los que se entregan totalmente a Ella y viven por Ella, para Ella y en Ella.
Quiero que sepas que cuando estaba en el bosque, donde me retiré a vivir como ermitaño, fui favorecido con muchas Apariciones de la Madre de Dios. Y en estas apariciones me habló de una gran sierva suya que vendría en el futuro, en el siglo XX, y que sería elegida por Ella misma, junto con otra alma suya privilegiada, para llevar a cabo grandes y divinos planes de amor, salvar a muchas almas y hacer finalmente que el imperio infernal fuera roto y derrocado.
La Madre de Dios me dijo que yo no vería este triunfo de Ella y del Señor sobre el enemigo, pero que en el siglo XX esta victoria de Ella se produciría a través de estos dos servidores.
Y un día preguntando a Mi Divina Reina y Princesa quiénes serían estos siervos Ella me reveló los Nombres de vosotros dos: Marcos Tadeo y Carlos Tadeo. Y Ella Me encomendó que ofreciera el ayuno y sobre todo la penitencia que hice, el sacrificio que hice al flagelarme en sangre y ofrecer este pequeño sacrificio por vosotros, para que pudierais llevar a cabo el plan de la Madre de Dios y conducir a todas las almas, a todas las naciones a la conversión y a Su gran victoria.
Por eso, amado hermano, recé tanto por ti, muchas veces tomé la disciplina, es decir, el látigo por amor a ti. No debes temer nada porque lo ofrecí todo por ti y por tu hijo y estos sacrificios tuvieron un gran mérito ante Dios y la Madre de Dios.
Así pues, alegraos porque tenéis en el cielo un gran defensor, tenéis en el cielo un rico benefactor muy lleno de méritos, de monedas de oro para poder comprar para vosotros todas y cada una de las gracias.
Por tanto, ¡debes sentirte feliz!
Recibe ahora mi bendición y mi abrazo afectuoso, Mi amado hermano.
«¡Ora, ora, ora! ¿Por qué la Madre de Dios te habla tanto de Tibieza? Porque Ella es el mayor enemigo de Su Llama de Amor. El alma que cae en la tibieza difícilmente podrá salir de ella, salvo por un milagro de Dios.
Así que rezad mucho, expandid vuestros corazones hacia la Llama de Amor de la Madre de Dios haciendo algo extra por Ella cada día, ya sea en la oración, en el trabajo o en el sacrificio.
Para que de este modo podáis ser verdaderamente preservados de la Tibieza que siempre se ha conocido como: La Muerte Silenciosa De Los Sommes.
A todos bendigo con amor Materdomini, Muro Lucano y Jacareí».
(Marcos): «Madre del Cielo, ¿tú, y San Gerardo y San Rafael podéis tener la bondad de tocar estos Rosarios, pinturas que hicimos para la protección de tus hijos?
Gracias».
(María Santísima): «Como ya he dicho: Donde quiera que lleguen estos Rosarios u objetos que toqué, allí estaré viva portando abundantes gracias del Señor.
Mi amadísimo hijo Carlos Tadeu, estos Rosarios de Lágrimas que te di, debes darlos a las familias, a las casas donde vayas por primera vez.
Debes difundir el Rosario de Mis Lágrimas como se te ha pedido que hagas por Mis hijos durante todo el año.
Y a cada alma que aún no conozca esta fuerte oración debéis darle este Rosario y junto con el Rosario debéis darle también una grabación de este Rosario Meditado por Mi pequeño hijo Marcos.
Así, verdaderamente conquistaréis muchas almas para Mí y finalmente el Imperio de Mi enemigo en muchas almas será derrocado.
Gracias, Mi Caballero y Mi Apóstol, con quien siempre puedo contar.
Quiero que sepas que también Me diste gran alegría y consuelo el día que fuiste a difundir Mis Mensajes allí en otras ciudades.
Sí hijo Mío, ¡verdaderamente Mi Corazón se alegró! Por todo esto sé bendecido por el Señor y por Mí.
Hasta mañana, buenas noches».
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