Mensajes para Marcos Tadeu Teixeira en Jacareí SP, Brasil
viernes, 7 de julio de 2017
Mensaje del Sagrado Corazón

(Marcos): Sí, lo haré, lo haré.
Lo haré mami, lo haré. ¡Me alegro mucho de que te hayan gustado!
¿Puedo hacer más grabando en ellos los Mensajes que le diste a mi Padre Carlos Tadeo?
Sí, gracias.
Quería preguntar a la Señora sobre San Celso que vino el domingo pasado. El que vino el domingo pasado es diferente del que vi otra vez. El que volví a ver era más joven y más pequeño y éste era un poco mayor y me dio la impresión de tener unos 23 ó 24 años.
¿Es el mismo o era otro?
¡Ah! ¡Entonces dijiste que era una sorpresa y que durante mucho tiempo quiso venir, que era mi nuevo amigo!
¿Y por qué nadie ha dicho nunca nada de él?
Ah sí, lo he entendido. Sí, ¡estoy muy contenta! Gracias».
(Sagrado Corazón): «Queridos hijos y hermanos Míos, Yo, Jesús, el Sagrado Corazón, me alegro de venir hoy en el 7º Aniversario Mensual de las Apariciones de Mi Madre y de Mi Sagrado Corazón Aquí para bendeciros hoy y deciros: Grande es el amor de Mi Padre Eterno por vosotros, pues os ha elegido para que estéis aquí, en este lugar sagrado que Nosotros mismos hemos elegido para que sea el trono y la fuente de Nuestras gracias para vosotros.
Grande es el amor de Mi Padre Eterno por vosotros, pues os ha dado la vida, os ha dado la existencia os ha llamado a la existencia, y así os ha hecho miembros de Su gran familia mediante el bautismo. Os sacó de la nada y os trajo a la existencia, para que Le conocierais, Me amarais, conocierais y amarais a Mi Espíritu, y fuerais partícipes de Nuestra felicidad y gloria eternas en el Cielo.
Grande es el amor de Mi Padre Eterno por vosotros, porque incluso cuando el ser humano traicionó Nuestro Amor, pecó contra Nosotros, Mi Padre Me envió a dar Su vida por vosotros en la cruz, para redimiros, salvaros y abriros las puertas del Cielo.
Grande es el amor de Mi Padre Eterno por vosotros, porque incluso después de que Yo hubiera regresado a Su seno en el Cielo, Él, junto Conmigo, envió a Nuestro Espíritu Santo para confortaros, fortaleceros, iluminaros y santificaros. Así sea siempre vuestra fuerza, vuestra vida y vuestra luz.
Grande es el amor de mi Padre Eterno por vosotros, porque envió aquí a mi Santísima Madre para revelaros su amor, para sacaros del camino del pecado, de la muerte, o bien de la ignorancia de Él y de su amor. Y aquí para formaros, alimentaros, enseñaros y hacer de vosotros verdaderos hijos de Él, verdaderos hermanos míos, verdaderos herederos del Cielo.
Sí, grande es el amor del Padre y grande es también el amor de Mi Sagrado Corazón por vosotros, hijos Míos y hermanos Míos. Oh, ¡cuánto os amo! No miro, no miro las inmensas heridas que ya Me habéis causado con vuestros pecados, sino que miro sólo el deseo de amarme, de serme fiel y de corresponder verdaderamente a Mi Gracia.
Por un acto de verdadero amor a Mí olvido años y años de ofensas, ingratitudes y pecados. E incluso estoy dispuesto a hacer locuras por el alma que vuelve a Mí con amor.
Quiero que comprendas que Yo soy el Amor y todo lo que quiero de ti es amor. Dame amor, para endulzar Mi Corazón que está sediento de amor.
Quiero un amor puro, quiero un amor sin mezcla de intereses o deseos humanos, quiero un amor dócil, maleable y obediente que se deje conducir, que se deje transformar completamente por Mí. En otras palabras, quiero un alma completamente entregada a Mi amor.
No tengas miedo de experimentar Mi Amor, porque todos los Santos que lo han experimentado han sido felices, ¡felices para siempre Conmigo y con Mi Madre del Cielo! Experimenta Mi Amor, experimenta el Amor de Mi Madre y verás cómo verdaderamente transformaré tu vida en un Cielo ya aquí en la Tierra. No digo que no tendréis sufrimientos, porque ni siquiera Mi Madre y Yo nos libramos de ellos.
Pero tendréis Nuestra gracia, que os consolará, os fortalecerá y os dará fuerza y luz para seguir adelante. Sí, Yo estaré con vosotros, dadme amor, dadme almas, dadme corazones, dadme vuestra vida. Y dejadme que imprima verdaderamente en ella el signo de mi gracia y de mi amor, realizando en vosotros prodigios para la salvación de muchas almas, incluida la vuestra, la de vuestras familias.
Entonces verdaderamente Mi Corazón obrará maravillas aquí en Brasil y en el mundo y finalmente triunfará con Mi Santísima Madre.
Amado hijo Carlos Tadeo, Mi Sagrado Corazón se alegra de verte hoy aquí Conmigo y con Mi Madre. No podéis imaginar la alegría que dais a mi Corazón y al Corazón de mi Madre viniendo aquí y estando aquí.
Sí, hoy en este Cenáculo lloramos de alegría y perdonamos multitud de pecados a causa de vuestro amor. El amor borra, cubre multitud de pecados. Tu amor borra innumerables pecados con los que los pecadores nos ofenden y entonces consigues el perdón y la misericordia para muchísimas almas de la tierra.
Amado hijo mío, ¡te quiero tanto y nunca te lo negaré! Te concederé todo lo que pidas por Mi amarga Pasión.
Tú, viste el sufrimiento de tu madre cuando estaba muy enferma y cerca de la muerte. Tu corazón sufrió amargamente, porque la viste sufrir tanto y no tenías cómo curarla, cómo liberarla de ese gran sufrimiento.
Sabes, pues, cuánto sufre un hijo que ve sufrir a su madre y no puede hacer nada. Entonces podréis comprender cuánto sufrí Yo clavado en la Cruz viendo a Mi Madre allí delante de Mí, sufriendo tanto y no pude hacer nada para liberarla de su dolor y sufrimiento. Al contrario, cuanto mayores eran Mis sufrimientos, mayores eran los dolores de Ella viéndome sufrir.
Este gran sufrimiento fue ofrecido por amor al Padre para la salvación de toda la humanidad. Puedes comprender entonces cuánto sufrí en aquella hora.
Por eso, hijo mío, nada te negaré cuando me pidas los méritos de aquel dolor en la cruz al ver sufrir a mi Madre sin que yo pueda hacer nada para consolarla y aliviarla. Todo lo que me pidas por este Mi Dolor que es voluntad del Padre te lo concederé.
Sí, hijo mío, en aquel momento en que estaba acosada por las mayores penas en cuerpo y alma, tú fuiste la pequeña gota de consuelo de mi amargo Corazón. Porque te vi en estos tiempos presentes amando a Mi Madre, consolando a Mi Madre, y entonces Mi Corazón pudo morir en paz, pues estaba segura de que todos Mis sufrimientos y mis penas en el futuro suscitarían un verdadero apóstol e hijo de Mi Madre.
Por esta razón, por el dolor que sufrí en aquel momento y al mismo tiempo por el consuelo que Me diste todo, te concederé que Me pidas este Mi Dolor en la Cruz.
Esto por el inmenso amor que os tengo, por el inmenso afecto que os tengo. Y para hacer verdaderos prodigios y confirmar así la misión que Mi Madre os dio para confirmar que Su palabra dada aquí a vosotros es cierta, sagrada y santa y debe ser respetada si no queréis enfrentaros a Mis Castigos.
Y así, verdaderamente todos verán que fue Ella quien te envió a hablar a las naciones junto con mi hijito Marcos y a preparar al mundo para mi Segunda Venida y el Triunfo de mi Madre.
Sí, haré estas gracias para confirmar todo lo que decís en todos los Mensajes de mi Madre y míos que difundís. Y para confirmar también que te queremos junto a nuestro hijito Marcos preparando a las almas y al mundo para recibirme en gloria y así establecer en el mundo el Reino de nuestros Sagrados Corazones Unidos.
Sí, hijo mío, sigue adelante y no temas nada, no temas nada, porque verdaderamente al final Nuestros Corazones triunfarán a través de ti, a través de Nuestro hijito Marcos Tadeo.
Gracias por el consuelo que diste a mi Corazón doliente y al Corazón de mi Madre, sobre ti desciende ahora la abundancia de mis bendiciones divinas y también sobre todos vosotros, hijos míos, continuad rezando cada día el Rosario de la Misericordia Meditada.
Deseo que regaléis a 10 niños Nuestros 10 Rosarios de la Misericordia nº 51, 10 Rosarios de la Misericordia nº 52, 10 Rosarios de la Misericordia nº 53,10 Rosarios de la Misericordia nº 54.
Es necesario que Nuestros hijos conozcan estas meditaciones y Mensajes lo antes posible para responder «sí» a Nuestra llamada de amor.
A ti Mi amado hijo Carlos Tadeo y a todos vosotros os bendigo ahora desde Paray le Monial de Dozule de Jacareí».
(María Santísima): «Queridos hijos, hoy, cuando celebráis aquí otro Aniversario mensual de mis Apariciones, vengo una vez más a deciros: ¡Soy la Reina y la Mensajera de la Paz! Soy la Madre de Dios, soy la Reina del Santísimo Rosario.
A todo el que rece mi Rosario le concederé la gracia de la perseverancia en el amor de Dios, en las virtudes y en las buenas obras y la salvación eterna.
El alma que reza Mi Rosario se salva con certeza, el alma que desprecia Mi Rosario es arrojada al infierno sin ayuda de los demonios. Un solo Rosario rezado con amor borra muchos años de pecados, porque obtiene de Dios la gracia de la contrición para quien lo reza y la contrición lleva al alma a pedir perdón, el perdón lleva a la conversión y la conversión lleva a la salvación.
Sí, cuando rezáis el Rosario, hijos míos, una lluvia de misericordia cae del cielo sobre el mundo entero llenándolo e inundándolo con las aguas de la gracia de Dios. Muchos pecadores se conmueven, se convierten, se arrepienten, piden perdón a Dios, buscan la reconciliación y vuelven a los brazos del Padre.
Y vosotros que rezáis Mi Rosario por la conversión de los pecadores convirtiendo las almas de vuestros hermanos y hermanas, predestináis las almas de vosotros mismos al Paraíso.
Seguid rezando Mi Rosario cada día y no tengáis miedo de nada, porque al final Mi Corazón triunfará y conoceréis una era de felicidad y de paz duradera sobre toda la tierra.
Estáis en la última media hora del día de Dios. ¡No hay más tiempo que perder! No puedes seguir paralizado donde estás.
Ahora debéis trabajar más para salvar las almas de vuestros hermanos y hermanas que aún pueden salvarse y así llenaréis vuestras manos y vuestros corazones de frutos, de méritos para poder entrar en el Cielo.
Trabajad, pues, hijos míos, porque Satanás no descansa ni un minuto, persigue a las almas, provoca tentaciones en las almas para que renuncien al amor de Dios, Le desobedezcan, Le desprecien y busquen así disfrutar de los placeres del mundo que son mortales para las almas que los buscan.
Reza, reza mucho porque sólo a través de la oración podrás permanecer siempre firme y fiel a la gracia de Dios.
No tengáis miedo, porque Yo estaré siempre con vosotros y todo el que vela y reza puede estar seguro de la protección y amistad de la Madre de Jesús que soy Yo.
Convertíos sin demora, la Advertencia está muy cerca y también el Castigo.
Ah, hijos Míos, como los hombres que despreciaron Mis Mensajes, se sentirán verdaderamente angustiados cuando oigan el sonido de las trompetas que anuncian que el Señor manifestará finalmente Su Justicia y después Su Gloria.
Sí, cuando oigan esas trompetas, cuando oigan el sonido del viento, el rugido del mar y el estruendo de la tierra en continuas convulsiones, los hombres caerán como moscas muertas al suelo, sus rostros se pondrán amarillentos y a menudo pálidos al ver llegar el gran y temible día del Señor.
Y, por otra parte, qué brillantes y radiantes de alegría estarán los rostros de todos Mis hijos que han obedecido Mis Mensajes.
Cuando oigan los signos que anuncian la venida del Señor y el Triunfo de vuestra Madre celestial, se regocijarán de verdad, cantarán de alegría y sentirán una enorme y gran alegría interior.
No tendrán miedo porque en ese momento estarán visiblemente asistidos por los Ángeles y no tendrán miedo de nada porque nada les afectará.
Oh, como en ese momento, aquellos que Me obedecieron, que rezaron Mi Rosario exultarán y brillarán verdaderamente con la luz más hermosa que emanaré de Mi Corazón Inmaculado. Y brillarán como joyas preciosas a los ojos del Padre y de los Santos Ángeles.
Por tanto, hijitos, continuad por el camino que os he indicado.
La figura luminosa, mi figura que hice reflejar en los ojos de mi hijo Marcos el domingo pasado y que mi amada hija Rafaela os confirmó que era Mía. Es la señal que os doy de que verdaderamente he estado aquí durante 26 años amándoos y luchando por vosotros.
Y que todos aquellos que me obedezcan ahora al final serán recompensados y verdaderamente coronados por Mi hijo Jesús en el Cielo como llamas incesantes de amor y sus hijos más amados y bendecidos.
Gracias, amado hijo Carlos Tadeo, por haber venido hoy una vez más a consolarme, tu presencia aquí me ha llenado de gran alegría y ha sacado verdaderamente muchas espadas de dolor de Mi corazón doliente y sufriente.
Gracias hijito, porque cada vez que vienes aquí mi Corazón tiene cerradas las heridas que mis ingratos hijos hacen en él. En esos momentos no lloro, no sufro, ningún dolor atormenta Mi Corazón, las puertas del infierno se cierran, las del Cielo se abren y muchas gracias llueven, pasan a través de él para inundar el mundo entero y convertir a los pecadores.
Gracias hijo Mío, porque cada vez que vienes Mi Corazón Inmaculado exulta de alegría, las lágrimas bajan de Mis ojos, pero son lágrimas doradas de luz, de alegría, porque verdaderamente en este momento estoy consolada. Mi Corazón tiene cerradas sus heridas, curadas por vosotros con el bálsamo de Su Amor y verdaderamente en ese momento Yo la Reina del Rosario y la Madre de Jesús bendigo al mundo por vuestro amor.
Continuad Mis hijos rezando Mi Rosario cada día, regalad 5 Rosarios nº 256 a 5 de Mis hijos y regalad 8 Rosarios de la Llama de Amor nº 7 y 8 Rosarios de la Llama de Amor nº 8 a Mis hijos. Que recen estos Rosarios, para que a través de ellos Me conozcan, Me amen y finalmente reciban Mi Llama de Amor.
A todos con amor bendigo ahora a Fátima, Lourdes y Jacareí».
Mensaje Paritcular Al Hijo Más Amado De Carloss Tadeu
Revelación De Otro Dolor Secreto De Nuestra Señora
Amado hijo Carlos Tadeu, este es mi mensaje especial sólo para ti:
Hijo mío, cuánta alegría das a mi Inmaculado Corazón, cada día que pasa te amo más. No temas nada porque mi Corazón Inmaculado triunfará en tu vida y a través de ti en la vida de todos mis hijos, en esa querida tierra de Ibitira y en las ciudades que me rodean.
No tengáis miedo, Yo os cuido, Mi Corazón Inmaculado está continuamente vuelto hacia vosotros y se da cuenta de todos vuestros dolores, de todas vuestras aflicciones, de todas las angustias de vuestro corazón. Estoy viva, tus oraciones llegan a oídos muy vivos, a un corazón muy vivo que vela continuamente por ti.
Sí hijo mío, antes incluso de que te levantes por la mañana ya estoy muy por delante de ti cubriendo tu camino, el camino diario que debes recorrer con muchas, muchas bendiciones. Y detrás de ti vienen tus Santos Protectores, tu Ángel de la Guarda y Mis Ángeles de Luz que te protegen, que te guardan y que nunca te abandonan.
Por eso, no debes temer nada, a veces tengo que permitir que haya algún sufrimiento o algún aburrimiento, porque esto es para tu santificación y para cumplir designios secretos del Señor. Pero, ten por seguro que cuanto más sufras en esta tierra, mayor grado de gloria tendrás en el Cielo y mayor número de almas de tu linaje y también de personas desconocidas salvarás.
Así que no tengas miedo, sé muy bien lo que permito y lo que no permito que te ocurra. Que sepas que mi mirada está siempre fija en ti, conozco todos tus pensamientos, sé todo lo que pasa por tu corazón incluso antes de que me lo digas.
Pero quiero que Me lo digas todo en la oración, porque esto es un signo de confianza, amor y fe del alma del hijo hacia Mí.
Quiero que Me hables siempre como un niño pequeño contándomelo todo y sin imaginar que Me aburres haciéndolo. Porque, no puedes imaginar la gran alegría que Me das contándome todo sobre ti, todo sobre tu vida.
En ese momento con la dulce confianza de la intimidad Contigo olvido todos Mis problemas, es decir, a Mis hijos ingratos que no paran de ofender a Dios, de despreciar Mi Amor y de ir por el camino de la perdición.
Olvido sus ofensas y en ese momento me siento feliz de tener un hijo que Me ama, que Me habla con amor, que confía en Mí y que siempre es más dócil y dependiente de Mí.
Sí hijita, haz siempre esto para darme alegría, para darme contento.
Quiero que este mes de julio sigas difundiendo el Rosario de Mis Lágrimas y también quiero que difundas el Rosario de Mi Inmaculada Concepción con mi vida grabada en él. Para que Mis hijos conozcan Mi vida y se enamoren de Mí y junto a ti caminen en la escuela de la verdadera imitación de Mi persona, de la imitación de María.
Hijo, escucha atentamente, escucha mis consejos y serás sabio. Nunca sigas el camino de los mundanos, no los mires, ni siquiera pienses en lo que hacen. Piensa siempre en los Santos y sigue siempre sus ejemplos, imita a todos aquellos que ya llevan más tiempo que tú en el camino de la virtud. Porque haciendo esto complacerás al Señor y atraerás hacia ti las miradas benévolas del Señor.
Santifica siempre más tu tiempo haciendo buenas obras para la gloria de Dios, para la salvación de las almas.
El Señor, el Padre Eterno, está muy complacido contigo. Ten en cuenta que en el último día 3 quiso permitir un gran castigo para un país de Asia que peca mucho y ofende mucho a Dios. Pero su fidelidad, su amor, sus oraciones cancelaron tal Castigo.
Mira! Tu vida salva a muchas almas que no conoces, pero que en el Cielo te reconocerán y te darán las gracias. Amando como te he enseñado, rezando como te he dicho, te conviertes en un misionero del mundo, puedes salvar almas de todo el mundo desde tu casa.
Así, cada vez más Satanás es humillado y vencido por ti. De hecho, quiero revelarte que cada Cenáculo que haces rompe un poco más el poder de Satanás.
Un día habrás hecho muchos Cenáculos y también mi hijo Marcos, su poder también se romperá completamente y entonces mi Corazón Inmaculado brillará con poder. Y entonces, finalmente, Mi Llama de Amor renovará el mundo entero y Yo seré la vencedora de la batalla contra el dragón infernal.
Y entonces, Yo, María la Mensajera de la Paz, la Señora de Todos los Pueblos, y el Corredor bendeciremos al mundo, y mi bendición lo transformará finalmente en el Jardín del Cielo que ya está aquí en la Tierra.
Hijo mío, no te desanimes nunca, ¡adelante!
También deseo que tomes 200 medallas de Mi esposo San José para que se las des a Mis hijos que no las tienen y si las tienen, que se las lleven a sus amigos y familiares que no las tienen.
Mi esposo José quiere hacer grandes agradecimientos a través de Su Medalla que darás, así que una vez más confirmaremos que fuimos Nosotros quienes te enviamos a hablar en Nuestro nombre con Nuestro hijo Marcos a las naciones.
Ve hijo Mío, Mi Angelito de amor, Mi Benjamín siempre estará contigo y nunca te dejaré.
Tu Madre te envía para decirte que está muy contenta contigo. También te dice que te pide perdón por haberte castigado una vez cuando eras niño. En aquel momento estaba nerviosa y acabó castigándote a ti, que no te lo merecías.
Te dice que te ama con todo su corazón y que aquí en el Cielo reza junto con los Ángeles y sus santos protectores todo el tiempo por ti.
Adelante mi Caballero del Rosario, adelante con el hijo que te di, junto con él serás una fuerza invencible de oración, conversión y salvación de las almas. Y así, finalmente mi Corazón Inmaculado triunfará.
Hijo mío, un día que estaba en Egipto con mi hijo Jesús y con mi esposo José, un hombre que nos vio vio que éramos forasteros y en su corazón decidió llamar a las autoridades. Vinieron a nuestra pobre casa. Mi marido José se defendió como pudo explicándoles que estábamos allí en Egipto huyendo de una hambruna en Israel.
Y entonces, aquellos soldados afortunadamente por Mi intercesión, por la oración de Mi hijo Jesús creyeron la palabra de Mi marido José y se marcharon.
En aquel momento mi esposo José no mintió, porque realmente habíamos escapado de la hambruna de amor en Palestina.
Sí, en Belén no fuimos recibidos con amor, Herodes nos negó su amor y nos persiguió y, aparte de mi prima Isabel, Zacarías y unas pocas almas santas, sólo recibimos indiferencia, desprecio e ingratitud de otras personas. Así que huimos de aquella falta de amor en Tierra Santa y fuimos a refugiarnos allí, en Egipto.
En aquel momento de gran aflicción, el Padre Eterno nos mostró en visión haciendo Mis Cenáculos y con vuestras oraciones consolando a Mi Corazón Inmaculado, consolando a José, consolando a Mi hijo Jesús.
Así que soportamos con paciencia esa gran humillación y aflicción ofreciendo al Padre Eterno por ti ese sufrimiento y por todos los que se salvarían a través de ti, de los Cenáculos que haces por Mí.
Por eso, hijo Mío, alégrate porque en aquel momento de gran dolor fuiste la gota de consuelo, de aliento para Nuestros Tres Corazones Dolorosos y por ti tuvimos la fuerza de ofrecer aquel pequeño martirio al Padre.
Alégrate, consoladora de Nuestros Corazones, porque cada aliento tuyo es un acto continuo de amor que sube a Nuestros Corazones, que cierra Nuestras heridas y pone en su lugar las más bellas Rosas Místicas de amor y consuelo.
A ti bendigo con amor ahora desde Fátima, Lourdes y Jacareí».
(Marcos): «Queridísima Madre del Cielo, ¿tú y el Señor Jesús podéis tocar estos rosarios, cruces, cuadros que hicimos para la protección de vuestros hijos?
Sí, está bien, ¿sólo el suyo? Está bien».
Orígenes:
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