sábado, 24 de marzo de 2018

Mensaje de Nuestra Señora Reina de la Paz a Edson Glauber

¡Paz a tu corazón y a tu familia!

Hijo mío, yo, tu Madre, estoy aquí para darte fuerza y valor. En mi Corazón Inmaculado podrás atraer las gracias necesarias para continuar, sin desanimarte nunca, tu misión a la que el Señor te ha llamado y preparado.

Dios tiene prisa, muchas almas están espiritualmente ciegas y se dirigen al abismo del infierno, por eso Dios te pide a ti y a todos los que creen en esta obra, que llevéis la cruz con amor, sabiendo sacrificaros y ofreceros por la conversión y la salvación del mundo pecador e ingrato.

Mientras tú y tus hermanos sepáis llevar la cruz con amor y paciencia muchas almas serán liberadas de las garras de Satanás y serán sanadas por el amor del Señor.

Los pecados son muchos, pero mucho más grande es el amor y la misericordia de Dios por la humanidad que aún no sabe estarle agradecida.

Reza, reza mucho, hijo mío, y haz que mis hijos recen y supliquen juntos las gracias y bendiciones del cielo para los pecadores, para que se arrepientan y se conviertan.

Muchos son los que se han desviado del camino del Señor y ya no creen, pero no te preocupes, pronto vendrán muchos más que creerán y harán lo que el Señor desea y verás las grandes cosas que Dios seguirá realizando, a través de mis apariciones y mensajes.

Rezad por aquellos que han perdido la luz y el brillo de sus almas, a causa de sus pecados. Estoy aquí para concederles mi amor y mis gracias, y este amor y estas gracias son para todos mis hijos que deseen hacer la voluntad del Señor, viviendo su camino de conversión unidos al amor de mi Divino Hijo.

Volved a vuestros hogares con la paz de Dios. Os bendigo a todos: en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Hoy, la Santísima Madre, me ha hecho comprender que ningún sufrimiento ni ninguna cruz debe impedirnos seguir luchando y sacrificándonos por la conversión de las almas, que son tan preciosas y valiosas para Dios. El Señor cuenta con nosotros y muchas veces nos permite experimentar la cruz, para que a través de ella, sabiéndola llevar con amor y paciencia, haya esperanza y luz para tantas almas cegadas por el demonio, que podrán ver el peligro que corren si continúan por el camino de las tinieblas y del pecado, y podrán arrepentirse y volver al camino santo del Señor. Llevar la cruz significa un compromiso de amor a Jesús. Llevar la cruz es permitir que Cristo cure y salve a muchas almas con su amor. Llevar la cruz es ayudar a muchas almas a resucitar de la vida del pecado a la vida de la gracia.