martes, 25 de febrero de 2020

Martes 25 de Febrero de 2020

Mensaje de Dios Padre dado a la vidente Maureen Sweeney-Kyle en North Ridgeville, EE.UU.

Una vez más, yo (Maureen) veo una Gran Llama que he llegado a conocer como el Corazón de Dios Padre. Dice: "Hijos, una vez más, os recuerdo que el estado de vuestro corazón determinará la profundidad de la gracia que recibiréis el Domingo de la Divina Misericordia.* Si conseguís vaciar vuestro corazón de preocupaciones mundanas, recibiréis mucha gracia. Al igual que cada momento presente es único en lo que ofrece, cada oportunidad de sacrificio es única y nunca volverá a presentársete de la misma manera en las mismas circunstancias».

"El mejor sacrificio es aceptar Mi Voluntad en el momento presente. Sólo puedes hacerlo sacrificando tu libre albedrío. No sacrifiques lo que perjudicaría a tu bienestar físico, como el sustento diario. Ésa no es Mi Voluntad para ti. No dejes pasar sacrificios aparentemente pequeños e insignificantes. Las mejores oportunidades de sacrificio son las que sólo se ven entre Mí y vosotros».

"Así pues, te presento un desafío: la preparación de tu corazón para la llegada de Mi triple Bendición** el Domingo de la Divina Misericordia. Esta preparación es privada, sólo Yo la veo. Honraré tus mejores esfuerzos».

* Domingo 19 de abril de 2020, durante el Servicio Ecuménico de Oración de las 15.00 h en el Campo de los Corazones Unidos (Campo de la Victoria), en el lugar de la aparición de Maranatha Spring and Shrine, en 37137 Butternut Ridge Road, North Ridgeville, Ohio.

** Para más información sobre estas tres Bendiciones (Bendición de la Luz, Bendición Patriarcal y Bendición Apocalíptica), consulta: holylove.org/files/Divine_Mercy_2020_Triple_Blessing.pdf

Lee Gálatas 6:7-10+.

No os engañéis; Dios no se burla, pues todo lo que el hombre siembra, eso también segará. Porque el que siembra para su propia carne, de la carne segará corrupción; pero el que siembra para el Espíritu, del Espíritu segará vida eterna. Y no nos cansemos de hacer el bien, porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos. Así pues, según tengamos oportunidad, hagamos el bien a todos los hombres, y especialmente a los de la familia de la fe.