viernes, 8 de marzo de 2019

Viernes, 8 De Marzo De 2019

Mensaje de Dios Padre dado a la vidente Maureen Sweeney-Kyle en North Ridgeville, Usa

Una vez más, yo (Maureen) veo una Gran Llama que he llegado a conocer como el Corazón de Dios Padre. Dice: "Hijos, cada alma concebida tiene su ciudadanía en el Cielo. Como tal, vigilo a todas y cada una de las almas que creo. El libre albedrío, con demasiada frecuencia, destruye lo que creo. La mayoría de las almas que alcanzan la madurez no viven como ciudadanos del Cielo, sino como almas dedicadas a la vida terrenal. Se dedican a la existencia tangible».

"Mi Presencia a través de estos Mensajes* tiene por objeto reunir a cada alma con Mi Divina Voluntad. Así, unida a Mi Voluntad, el alma se da cuenta de sus deberes como ciudadana del Cielo. Ya no debe anteponer a Mí el amor a todos los aspectos mundanos de su vida. Debe amarme a Mí por encima de todo, permitiéndome, por tanto, el dominio sobre su corazón. Sólo a través de una relación así con su Creador, el hombre tendrá seguridad y paz perfectas en la tierra."

"Esta Verdad no puede comprometerse ni negociarse. Permanece a través de todos los tiempos. La decisión de cada alma de ponerme a Mí en el dominio de su corazón afecta al corazón del mundo. Tal como está ahora, la humanidad está cegada en cuanto a su papel en la posición que ocupa en el gobierno del corazón del mundo. Ve el poder en el dinero, la política, el consumismo y todo afecto mundano, pues Satanás le ha cegado. El hombre no vive de acuerdo con la Verdad de su poder sobre el corazón del mundo. No refleja su ciudadanía eterna que está en el Cielo».

«Esto debe invertirse si la humanidad quiere vivir en Mi Voluntad y ser recompensada con su ciudadanía eterna en el Cielo».

* Los Mensajes del Amor Santo y Divino en el Manantial y Santuario Maranatha.

Lee Efesios 2:19-22+.

Así que ya no sois extranjeros ni forasteros, sino conciudadanos de los santos y miembros de la familia de Dios, edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la piedra angular Cristo Jesús mismo, en quien todo el edificio está unido y va creciendo para ser un templo santo en el Señor; en quien vosotros también estáis edificados para morada de Dios en el Espíritu.