Mensajes de Jesús Buen Pastor a Enoc, Colombia
domingo, 5 de agosto de 2018
Llamada urgente de Dios Padre a la humanidad Mensaje a Enoc.
Dejad de pecar y de quebrantar Mis preceptos.

Hijos míos, Mi Paz sea con vosotros.
Yo soy vuestro Padre, Uno y Trino, Señor de señores, Dios de dioses; fuera de Mí, no hay más dioses. Soy el Creador de todo lo visible y lo invisible, el Alfa y la Omega, el Señor y Dios de todos los tiempos. Quiero que todos Mis hijos Me rindan adoración y culto en esta fecha; que toda Mi heredad, celebre en este día a nivel mundial mi fiesta. Que todo el mes de agosto se dedique a honrar Mi Nombre.
Pueblo Mío, Mi Herencia, todo ha comenzado a desatarse ahora, a medida que pasen los días, vuestra purificación aumentará. Hijos Míos, si os enviara Mi Justicia con todas sus tribulaciones, os aseguro que no la resistiríais; como Padre vuestro, no quiero vuestra muerte, sino que os purifiquéis para que mañana un resto de vosotros, sea Mi Pueblo fiel. Ya estáis en el tiempo de la purificación, pero os queda un largo camino para purificaros totalmente; os necesito fortalecidos en la fe, en el dolor y en el sufrimiento, para que podáis pasar la gran prueba que será el último reinado de mi adversario; donde sentiréis en cuerpo, alma y espíritu, la máxima purificación que os refinará para que brilléis con luz propia y podáis ser llamados Mi Pueblo elegido.
Os estoy purificando gradualmente, para que podáis fortaleceros en cuerpo, alma y espíritu, para que mañana salgáis victoriosos en los días de la gran prueba. Por intercesión de Mi Amada Hija María y Madre vuestra que, unida a todos los seres celestiales en alabanza, adoración e intercesión, clama misericordia por la humanidad, por eso me he abstenido de enviaros todo el rigor de Mi Santa Justicia. Comprended humanidad que Yo soy más Padre que Juez, no me complace la muerte del pecador. Pero veo con dolor de Padre cómo rompéis a diario Mis preceptos y cometéis injusticias con vuestros hermanos.
Siento gran tristeza al ver el pecado y la maldad caminando con la inmensa mayoría; Me duele ver la degradación moral, social y espiritual en la que ha caído esta generación, que hace de ésta la más perversa y pecadora de todas las que han existido (antes). Habéis convertido Mi Creación en una cloaca de maldad y pecado y clama justicia; Yo querría desatar sobre vosotros todo el rigor de Mi Justo castigo, pero me abstengo de hacerlo porque de hacerlo no habría supervivientes para ocupar mañana Mi Nueva Creación.
Pero antes os enviaré Mi Advertencia. Os aseguro que podríais contar con los dedos de las manos los que se salvarían: porque el pecado y la maldad de esta humanidad de estos últimos tiempos ha sobrepasado todos los límites. El código del Amor con el que crea todas las cosas y criaturas, el pecado y la maldad de esta generación lo han manchado. Como Padre de la creación y de las criaturas, nunca antes había visto tanta maldad y pecado por parte de mi criatura más amada, el hombre. La inteligencia con la que la doté se utiliza ahora al servicio del mal; Mi creación está siendo afectada por toda la maldad y el pecado de esta generación y corre el peligro de desaparecer. Si no te enviara el castigo, el hombre de hoy destruiría mi creación.
Te concedí la gracia del libre albedrío porque, como Padre, mi esencia es el Amor y la Misericordia más que Mi Justicia; esperaba que Mis criaturas hechas a Mi imagen y semejanza obraran también en el camino del bien. Pero no, habéis utilizado vuestro libre albedrío para caminar en el mal y actuar con injusticia y de seguir así, os vais a destruir a vosotros mismos. Os hablo como Padre, recapacitad hijos Míos, ¿cómo tengo que deciros que no quiero vuestra muerte? Dejad de pecar y de quebrantar Mis preceptos, si así lo hicierais, os aseguro que os perdonaré y tendré más Misericordia con vosotros que la que tuve con los habitantes de Nínive. A mayor pecado, mayor misericordia, si os convertís.
No te he enviado el castigo que mereces, porque soy fiel a Mi Palabra y espero, como Padre, agotar hasta la última milésima de Mi Misericordia. Comprende que te amo y quiero que vuelvas a Mí, como hizo el hijo pródigo. No quiero que me conozcáis como Juez, porque os aseguro que para Mi Justicia, ninguno de vosotros está libre de culpa. Mi Advertencia se acerca y es la última puerta abierta de Mi Misericordia. Espero que a medida que paséis por la eternidad despertéis de vuestro letargo y volváis al amor de Dios. De nuevo os digo criaturas, os amo y no quiero vuestra muerte, sino que viváis, para que podáis habitar mañana Mis Cielos Nuevos y Mi Tierra Nueva.
Vuestro Padre, Yahvé, Señor de la Creación. Hijos míos dejad que mis mensajes sean conocidos, por toda la humanidad.
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