lunes, 28 de mayo de 2018

Llamada urgente de San Miguel a la Humanidad. Mensaje a Enoc.

Se Desencadenarán Los Acontecimientos De Este Fin De Los Tiempos.

Quien es como Dios, Quien es como Dios, Quien es como Dios.

Que la Paz del Altísimo esté con todos vosotros, hombres de buena voluntad.

Herencia de mi Padre, los días de la gran prueba se acercan y qué triste es saber que muy pocos pasarán por ellos.

Todo llegará de repente a la humanidad, los acontecimientos descritos para este final de los tiempos se desencadenarán uno tras otro, la inmensa mayoría por no estar preparada, se perderá al paso de la Justicia de Dios. Tribulación, Tribulación, este es el grito que pronto se oirá en toda la creación

Pobres de aquellos mortales que caminan por este mundo sin Dios y sin Ley porque la muerte eterna les sorprenderá; despertarán en la eternidad y será tarde; sus almas caerán al abismo y el fuego eterno las quemará para siempre.

¡Oh, humanidad pecadora, no queréis tomar conciencia, procedéis como caballos desbocados a causa del pecado y seréis sorprendidos por la justicia Divina sin estar preparados! Despertad oh humanidad ingrata, mirad que lo que está en juego es vuestra vida, no sigáis volviendo el hombro a Dios, porque de seguir como lo hacéis, ¡la muerte eterna será vuestra paga!

Todos los habitantes del Cielo están unidos a Nuestra Señora y Reina, alabando la Gloria de Dios e intercediendo por esta humanidad para que despierte, se convierta y vuelva al Amor del Altísimo. Comprended mortales que Dios no quiere vuestra muerte; volved cuanto antes al camino de la salvación, porque los días que están por venir son los de la Justicia.

Aprovechad estas últimas milésimas de Misericordia que aún os quedan antes de que todo se desate, para que estéis en paz con Él, y vuestras almas no se pierdan al paso de la tribulación que se aproxima.

Humanidad, os espera el horno de la purificación; mi Padre os va a poner a prueba y permitirá que los demonios os tienten, mortifiquen y torturen, porque necesita seleccionar a Su rebaño. Todos los que no pongan su fe y confianza en el Señor, se perderán; porque en esos días el reino de las tinieblas será trasladado a la tierra, sólo los que tengan una fe firme, pasarán la prueba.

Como Príncipe de la Milicia Celestial (Ejército). Te hago un llamamiento angustioso y urgente: Ladrones, estafadores, mentirosos, adúlteros, lujuriosos, fornicarios, impuros, homosexuales prostitutas, alcohólicos, drogadictos, asesinos, ocultistas en general, calumniadores, corruptos, idólatras y demás pecadores que vagan por este mundo sin Dios y sin Ley. Volved a Dios cuanto antes; reconciliaos con Él y apartaos del mal camino; reparad todos vuestros pecados, ¡para que no os lamentéis mañana al paso de la Justicia Divina!

Almas pecadoras, se os acaba el tiempo, de seguir así, ¡el Seol os espera!

Dejad vuestra maldad, siervos de las tinieblas; renunciad al pecado del ocultismo y no sigáis atando a vuestros hermanos con vuestras acciones detestables.

Mirad que lo que os espera en la eternidad es el infierno; ésta es la morada que vuestro amo ha preparado para vosotros, cuando partáis de este mundo. Os digo que vuestro infierno es el más atormentado de todos, ésta es la recompensa que vuestro amo os dará mañana por servirle en esta vida.

Despierta del engaño, pide perdón a Dios; renuncia a tu pecado y repara, repara, por todo el daño que has causado. Si os arrepentís de corazón, mi Padre os perdonará y vuestras almas no se perderán con la llegada del Aviso.

Semilla de mi Padre, reza por la Iglesia de Cristo aquí en la tierra, porque su Calvario está a punto de comenzar.

Nuestro Amado Hermano Jesús, será de nuevo crucificado en su Iglesia, por aquellos que un día le juraron lealtad y fidelidad. Uníos en oración a la Iglesia Triunfante, Purgante y Militante; pedid en todo momento la intercesión de Nuestra Señora y Reina, y la Nuestra.

No dejéis de rezar el Santo Rosario, pidiendo por la Iglesia, para que Ella pueda vencer las tinieblas y salir victoriosa en la prueba que está a punto de llegarle.

Reuníos, pues, en oración, ayuno y penitencia, herencia de mi Padre, para que vuestras almas se fortalezcan y vuestra fe permanezca firme al paso de los días de la gran prueba que se avecina.

Permaneced hermanos en la Paz del Altísimo.

Vuestro humilde Siervo y Hermano, Miguel Arcángel.

Dad a conocer mis mensajes a toda la humanidad, hombres de buena voluntad.