Mensajes de Jesús Buen Pastor a Enoc, Colombia
lunes, 6 de diciembre de 2010
Yo Estoy Llamando a la Puerta: ¡Ábreme!

Mis hijos, la paz mía sea con ustedes.
Mis hijos; aprendan a vivir con mi misericordia; acepten todo con amor y humildad, porque están llegando los días en que tendrán que rogar e implorar al cielo, para que les dé su pan de cada día.
Los días de su purificación están llamando a la puerta. ¡Oh, pobre humanidad, cuando despierten de su letargo espiritual será tarde!
Hijos de Adán, la noche los alcanzará desprevenidos; recuerden que la noche es justicia; ustedes continúan en su vida diaria, y no han pensado: El Hijo del Hombre está llamando a la puerta, para que lo dejen entrar.
Yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré en su casa y cenaré con él, y él conmigo (Apocalipsis 3:20). ¡Oh, cuánto me duele ver a tantos, tantos, vagando sin Dios y sin ley, porque cuando lleguen los días de mi justicia, serán los primeros en caer! ¡Oh, mi tierra, prepárate para el luto, porque muchos caerán en tus entrañas…! Qué dolor, qué desolación, cuánto habría querido que todo fuera diferente; pero no, me cansé de llamar a sus puertas y no hubo respuesta alguna. Muchos me dieron la espalda, otros se rieron de mí, y hubo otros, la inmensa mayoría que no creyó.
Muy pronto el Ángel de la muerte lamentará la creación. ¿Qué esperan para cambiar, qué esperan para rogar perdón? He aquí, todavía queda un poco de misericordia; no dejen que se agote; vengan a mí, con un corazón contrito y humilde; dejen sus malos caminos y su mala conducta; enderecen su camino de inmediato; cumplan mis preceptos y tomen de nuevo el camino que los conducirá a su salvación. No continúen viviendo en pecado, porque el pecado los conducirá a la muerte.
Recuerden que Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida; recuerden que Yo soy la Misericordia; que quiero dártela, si te apartas de tus malos caminos. Escúchenme: No quiero tu muerte; despierten inmediatamente, porque el lugar donde terminarán sus almas es tormento y dolor; dolor y más tormento por toda la eternidad. Por eso, no me complazco en verlos morir, estoy llamando a la puerta de sus corazones, quien me deje entrar cenaré con él, y le haré beber del agua de la Vida Eterna.
Ábreme; soy Yo su maestro quien llama a la puerta. No me hagan esperar. Yo soy su salvación y su vida. Yo soy el camino que los conducirá a las puertas de mi Nueva Creación. Ábreme y déjenme pasar; quiero conversar con ustedes mis ovejas rebeldes; solo les pido un poco de su tiempo, para darles mi amor y mi salvación.
Quien llama a la puerta es su Padre: Jesús en el Sacramento, el Buen Pastor de todos los tiempos.
Mis hijos; hagan conocer mis mensajes a todas las naciones.
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