miércoles, 17 de noviembre de 2010

Mensaje de San José.

Soy Guardián de la Fe y Protector de la Iglesia

Hijitos, que la paz de Dios esté con todos ustedes y que mi protección siempre los asista.

Mis hijos: Soy su Padre José, vengo a darles mi protección espiritual, para que permanezcan en la fe de Dios. Soy Guardián de la fe y Protector de la Iglesia. Mi Padre me ha concedido el gran honor de estar con ustedes, el rebaño de mi Hijo Jesús, para asistirlos y ayudarlos a pasar por su desierto. Yo, y mi Santa Esposa María, junto con nuestro amado Miguel, y las legiones de Ángeles y Arcángeles del Reino de mi Padre, serán sus guías y protectores, quienes les mostrarán el camino que deben seguir, para alcanzar el redil eterno de nuestro amado Hijo Jesús.

Hijitos; pidan mi poderosa intercesión al Padre Celestial; estoy entre ustedes, y quiero salvaguardar su fe, de los ataques y engaños del enemigo de su alma y sus agentes.

Vienen días, hijitos, de oscuridad en el espíritu; los ataques contra Dios, por parte de sus enemigos, aumentarán. Muchos perderán la fe; solo aquellos que perseveren en la fe de Dios y sus preceptos, alcanzarán la corona de la vida. Por lo tanto, hijitos, he venido a ayudarlos y a darles fuerza espiritual, para que puedan soportar estos días de oscuridad y confusión.

Cuando tengan ataques en la fe, digan: Oh Padre Adoptivo José; ven en mi ayuda y líbrame de caer en la duda y perder mi fe; sé mi escudo y protección, contra los ataques del enemigo de mi alma; te pido, bendito San José: En el Nombre del Padre +, en el Nombre del Hijo +, en el Nombre del Espíritu Santo + . + A través de tu Santa intercesión y la Santa intercesión de María Santísima. Amén.

Hijitos, no teman; si me hacen la Llama de la Humildad, les concederé este don, para que puedan cegar el orgullo de Satanás; tengo muchas gracias para darles, que les servirán como armadura espiritual, para estos tiempos; confíen en Dios y pongan su seguridad en Él. Que su fe sea como la casa construida sobre la roca; no se dejen engañar, pues parecerá que el mal triunfará sobre el bien, pero no será así; recuerden: La victoria es de su Dios, está escrito. Estoy entre ustedes; invóquenme con confianza, y vendré a defenderlos de los ataques del enemigo de su fe.

San José, guardián de la Fe, protégenos.

San José, protector de la Iglesia, protégenos.

San José, Patriarca de la Humildad, líbranos de ofender a Dios, que permanezcamos unidos a Él, como la rama a la vid. Que su protección, bendito San José, nos acompañe siempre en todos nuestros caminos y batallas espirituales. Amén.

Soy su Padre Adoptivo, José de Nazaret.

Hagan conocer mis mensajes a todos mis hijos y devotos.