domingo, 30 de marzo de 2025

Todo Parecerá Igual y Todo Se Invertirá. Querías la Inversión Que Viene del Maligno, así que Recibirás a cambio la Inversión de Todos los Elementos

Mensaje de Nuestro Señor Jesucristo y Nuestra Señora Reina a Cristina en Francia el 23 de marzo de 2025

El Señor - Hija, el tiempo de la desolación llegará porque Mis hijos no escuchan Mi Palabra de Vida. Ríndete a Mi Voluntad y vivirás, haz Mi Voluntad y tendrás vida en abundancia dentro de ti, vida que es gozo en Mi Presencia. Los acontecimientos se acercan y la naturaleza entra en pánico, sólo ella oye el silbido que traerá la desolación a los hombres.

Quisisteis vivir sin Mí, vuestro Creador, creísteis que podíais cuidar de vosotros mismos, garantizar vuestro propio futuro, y perdisteis el camino. Construisteis vuestras moradas sobre el orgullo y os dejasteis engañar por aquel que destruye las almas para conducirlas a la condenación eterna. Os abrí la puerta de Mi Corazón y muchos de vosotros no la atravesasteis, ¡por orgullo, por presunción! Ahora todos los vientos que os rodean entrarán en pánico y soplarán en todas direcciones. Habrá una gran perturbación en la naturaleza, porque no la respetabais ni la amabais, sino que la habéis sacudido y ella os devolverá lo que le habéis infligido. Los árboles dejarán de dar fruto, las estaciones se alterarán, se invertirán; los vientos soplarán tempestades, las lluvias se volverán torrenciales y las aguas se saldrán de su cauce; el sol entrará en pánico en su curso y se producirá una colisión entre planetas.

No habéis respetado Mi Ley ni escuchado Mis mandamientos, por lo que habéis entrado en la época en que la naturaleza se rebelará contra el hombre y ya no dará frutos para él. El sol se moverá de su eje, habrá una colisión entre los planetas. Todo se invertirá. Los árboles ya no darán buenos frutos ni el trigo sus espigas. Todo tendrá el mismo aspecto y todo se invertirá. El mal será glorificado y lo que es bueno y bueno será expulsado, entonces la naturaleza se rebelará contra el hombre y surgirán tormentas y mareas que se invertirán. Habéis elegido, muchos y la mayoría, el camino del mal, por lo que estaréis rodeados de todo tipo de destrucción. Los planetas chocarán, causando grandes trastornos a la Tierra y a otros planetas.

La mayoría de vosotros me habéis avergonzado y expulsado de vuestros corazones a Mí, el Creador del universo, y os habéis burlado de Mis preceptos de vida, aplastándolos y pisoteándolos. Recibiréis a cambio como alimento lo que habéis sembrado, y el trigo ya no dará sus espigas, los árboles sus frutos, los animales su leche; el agua de los manantiales y de los ríos escaseará y las olas del mar se tragarán la tierra. Queríais la inversión que proviene del Maligno, así que recibiréis a cambio la inversión de todos los elementos. Os habéis burlado del Amor, os habéis burlado del Amor que Yo soy, y la tormenta del Mal que ha invadido vuestros hogares os arrastrará al infierno.

Una vez más os digo: volved a Mí y os libraré del infierno de la Muerte, del infierno de los sentidos, del infierno de la negación. No caigáis en las trampas del Maligno, no sigáis sus mil caminos de tentación y volved a Mí en abstinencia. Yo estoy siempre esperando para tomaros en Mis brazos, para llevaros a Mi Cielo de Gloria y liberaros de las tentaciones destructoras. Hijos, cuando haya un gran ruido y un gran empujón, todo el universo se pondrá patas arriba. Aparecerán desiertos donde había frondosos vergeles. Ya no reconoceréis la faz de la Tierra y los supervivientes estarán perdidos y desorientados. El mal, que fructificó en el corazón del hombre porque éste lo acogió, convertirá la faz de la Tierra en un desierto y las tierras antes exuberantes se volverán áridas y los ríos abandonarán sus cauces y las aguas invadirán las tierras antes secas. Se producirá una gran agitación y una gran convulsión. Si los hombres continúan en su capacidad de abrazar al Mal y servirle, entonces recibirán a cambio la parte del Mal, y ¡ay de aquellos que pacten con él!

Llamo a Mis hijos, a todos los hijos de la Tierra que deseen seguirme y servirme, a que entren en Mis atrios y vengan a arrodillarse en Mi Santa Presencia; llamo a Mis hijos al amor y Mi amor les dará a cambio el fruto de la Vida. Llamo a la santidad a todos los que Me siguen y les libraré de las trampas del infierno. Hijos, es hora de levantarse, de ponerse la armadura del guerrero contra el Adversario, una coraza que no es de cuero ni de metal, sino de oración, porque sólo la oración os librará de los continuos y repetidos ataques del Maligno que quiere derrotar a Mis hijos para arrastrarlos a la Gehenna. Hijos, no os convirtáis en Judas, no escuchéis a los buenos oradores y sus discursos, sino entrad en el silencio de vuestros corazones y orad sin cesar. Rezad y, en silencio, lejos del mundo, venid a Mí y Yo os transportaré a Mis tierras de leche y miel. Hijos, os estoy esperando. Espero a todos Mis hijos para alimentarlos con la miel de Mi Palabra y el néctar de Mi Corazón. Llamo Conmigo a Mi Santa Madre, vuestra Madre María, para que esté a vuestro lado y os muestre el camino del silencio y de la perseverancia. En el silencio, Ella te educará y te mostrará el camino a seguir. Escuchad Sus consejos, ponedlos en práctica, sólo Ella ahuyentará al Diablo y sólo Ella lo aplastará con Su talón.

Tened confianza, hijos de Nuestros Dos Corazones Unidos, y recorreréis el camino de la Vida y encontraréis la Vida eterna en Nuestra Casa. Hijos, os estoy esperando, os estoy llamando, escuchad Mi llamada que resuena en vuestros corazones y en vuestros oídos y, por el camino, con Nosotros caminaréis y seréis liberados. Sí, hijos, entraréis en el nuevo Hogar, palma en mano¹, y con Nosotros viviréis en la Eternidad que es Nuestra. Rezad, hijos, rezad y se os mostrará el camino. Tened confianza, permaneced confiados y confiadnos vuestras vidas. Escuchad sólo la voz del Corazón que lleva la semilla dentro de vosotros, y con la semilla de la vida seréis alimentados. Entrad en confianza, construid una casa, y Nuestra Casa en vosotros descenderá para traer Su miel y el Agua viva de Nuestros Corazones.

En la leche de Mi Palabra, alimentaos y entraréis en la Morada. Pero rezad, hijos, rezad y la oración os dará fuerza y os conducirá a la Antorcha de amor que soy Yo y, como vencedores, entraréis en los atrios del Cielo, acogidos por vuestros ángeles, los guardianes de vuestros corazones. Rezad y velad, velad y rezad y la tentación de la desesperación no os abrumará. Aprended, hijos, a construir dentro de vosotros las alas del amor y el Amor os traerá a cambio las suyas para que juntos, hombre y Dios, lleguéis a ser Uno, como el Padre y Yo somos Uno. Escuchad Mi llamada de amor que os trae alas, las alas de la esperanza, las alas de la liberación.

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