Mensajes de diversas orígenes

 

miércoles, 26 de marzo de 2025

Hijos míos, no seáis reacios, dejad las cosas vanas y dedicaos a vuestro Padre Celestial

Mensaje de la Inmaculada Madre María y de Nuestro Señor Jesucristo a Angélica en Vicenza, Italia, el 22 de marzo de 2025

 

Queridos hijos, la Inmaculada Madre María, Madre de todos los Pueblos, Madre de Dios, Madre de la Iglesia, Reina de los Ángeles, Rescatadora de los Pecadores y Madre Misericordiosa de todos los hijos de la tierra, he aquí, hijos, también hoy Ella viene a vosotros para amaros, bendeciros y acompañaros a las Cosas de Dios que muchos de vosotros habéis descuidado.

Hace un momento pasaba ante el trono y Dios Padre dijo: «¡Eh, Mujer, Ven a Mí!» y fui hacia Él. Me dijo: «¡Diles a Mis Hijos de la Tierra que no me gusta que me dejen sola! Creé a Mis Hijos Para Oírlos Luego Toda Mi Vida, Para Que No Hubiera Silencio A Mi Alrededor, ¡Formé Una Gran Familia!»

¡Esto es lo que me dijo el Padre!

Hijos míos, no seáis reacios, dejad las cosas vanas y dedicaos a vuestro Padre Celestial.

Siempre estáis insatisfechos con la vida y, sin embargo, esta vida la manejáis vosotros mismos.

¿Por qué nunca sois felices? Yo os lo digo. No sois felices porque, en todo lo que hacéis, siempre falta la unción de Dios, queréis hacer mil cosas, os esforzáis por hacer cosas aunque no queráis. Dejad de dedicaros a la familia que también es una cosa importante, dejad de hacer la unión, que también es importante sobre todo en este tiempo, este tiempo tan duro, tan hosco donde todo es lo contrario de todo. Ya no hay nada, razonamos sólo según los intereses, incluso los conflictos se han convertido en intereses pero no olvidéis que, por esto, responderéis ante Dios Padre Celestial.

«¡Limpiad vuestras almas y sobre todo vuestras manos manchadas de sangre!» Me dirijo a los poderosos que creen que sus manos están limpias pero son las manos más sucias de todas porque, aunque no utilicen las armas directamente, han sido pensadas y puestas en su lugar.

¡Parad, parad, que pronto llegará el juicio Divino!

Alabad al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.

Hijos, la Madre María os ha visto a todos y os ha amado a todos desde lo más profundo de Su Corazón.

Yo os bendigo.

¡Rezad, Rezad, Rezad!

Nuestra Señora Estaba Vestida De Blanco Con Un Manto Celestial, En Su Cabeza Llevaba La Corona De Doce Estrellas, Y Bajo Sus Pies Había Tinieblas.

Origen: ➥ www.MadonnaDellaRoccia.com

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