Mensajes de diversas orígenes
miércoles, 26 de marzo de 2025
La Tierra Nueva albergará a los hombres con el corazón rendido a Mi Corazón
Mensaje de Nuestro Señor Jesucristo y de Nuestra Señora Reina a Cristina en Francia el 18 de marzo de 2025

El Señor - Cuando ya no oigáis el canto de los pájaros, sabréis que se acerca el tiempo de la desolación. Mis siervos fieles, los encantadores de los árboles, ya no evocarán la alegría de Mi Corazón, porque habrá desaparecido bajo la espesa nube de apostasía que sigue creciendo.
Moisés, que dividió las aguas con su cayado, vendrá en una noche de oscura tristeza a dividir las aguas de sus corazones para que se dispersen y se purifiquen las iniquidades que siguen creciendo. El sol ya no dará su calor ni su claridad, las nubes se acumularán sobre el pueblo abatido. Habrá gritos por todas partes y será la desolación de un pueblo y de pueblos que han perdido su esplendor y han asumido la miseria al olvidar, al rechazar Mi Palabra de Vida, en aras de bienes sin sentido que perecerán en las llamas. Será el gran Fuego de Purificación, pero también estará el fuego que destruye, el de los hombres que, por su orgullo, traen la peste al mundo. ¡Oh orgullo engañoso que destruye, pero que también romperá al niño que jugó con él! El honor se convertirá en deshonor, la multitud ya no aplaudirá, sino que gritará insultos y maldiciones. El hombre, todos los hombres, en esta lucha angustiosa, perderán lo que les queda de honor y sólo serán gritos e insultos lo que habitará en los corazones y ensuciará los adoquines. Entonces aparecerá la Bestia y los sepultará bajo su dominio y su rayo.
Los niños silenciosos, con aspecto de ovejas, se acercarán al Fuego de Mi Corazón que les acogerá bajo Su cáliz y les librará de los últimos momentos de dolor. Lejos de las Tinieblas, les transportaré a Mi Cielo de Gloria, cobijándoles en Mi Sagrado Corazón y alimentándoles con Mi Palabra de amor. Sí, hijos, habrá un pequeño resto, pequeño, pero que por Mí y Conmigo vendrá a morar en los atrios de Mi Corazón, y Yo pondré en sus ojos la Llama de Mi mirada que les iluminará y les dará vida. Entonces sus ojos se abrirán y, en un impulso de inmenso amor, glorificarán Mi Nombre y reconocerán que Aquel que Soy les ha traído a la vida y les ha salvado de las manos del Impostor. Así, la vida reanudará su curso, pero la nueva Tierra albergará a hombres con corazones rendidos a Mi Corazón.
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