Mensajes de diversas orígenes
lunes, 5 de agosto de 2024
¡Libertad y Penitencia!
Mensaje de Nuestro Señor y Dios Jesucristo a la Hermana Beghe en Bélgica el 29 de junio de 2024
Hijos míos,
Yo Soy vuestro Maestro, vuestro Dios, el Todopoderoso, y nada ocurre sin Mi permiso. Di a Francia un rey y permití que el Maligno lo eliminara.
Di a Mi santa Iglesia católica guías buenos y santos, pero el demonio quiso atacarla y la dejé libre para hacerlo.
¿Qué es esta libertad que concedo al Mal y que destruye Mi Obra?
Es esta misma libertad que concedí a Adán y Eva para hacer el bien, para permanecer unidos y fieles a Mí, pero pecaron gravemente, aunque dijeron que Me amaban.
Así es como, paso a paso, el mal ha arraigado en las almas y Yo no quito esta libertad que he dado a las criaturas, desde los ángeles hasta el animal más pequeño, y que consiste en la naturaleza misma de su ser.
Así pues, la libertad de Lucifer era total, la libertad de Adán y Eva era total y en la medida de su libertad, la libertad de todo animal es total, pero también en la medida de su libertad.
Quien puede lo más puede lo menos, dice un refrán, pero quien puede lo menos no puede lo más.
Sólo Dios, Yo Mismo, puedo hacerlo todo y he dado al mundo Mi Amor; tal es la clave de esta libertad dada al mundo por el Amor y el Poder.
El hombre puede amarme y aún más desde Mi Encarnación porque conoce al Sujeto de su amor: Dios que, en Jesucristo, se encarnó, participó de Su humanidad, se hizo uno entre los Suyos y le restituyó por Su Amor a su gran estado de hijo adoptivo de Dios.
Adán y Eva perdieron esta adopción, Jesucristo se la devolvió.
Sí, Adán y Eva están actualmente en el Cielo, en Mi presencia, porque se arrepintieron amargamente de su culpa.
La desaparición del paraíso terrenal invadido por los demonios debido a su caída fue su gran penitencia y la aceptaron humildemente y con total sumisión a Dios, en quien mantuvieron su confianza y amor.
Su larga estancia en el «Limbo de los Justos», en compañía de sus piadosos descendientes, fue su purgatorio tras una vida santa y penitente.
Sí, Adán y Eva fueron grandes penitentes y, como todos los penitentes que siguieron Mi Redención, fueron acogidos con felicidad y gran afecto en la feliz y luminosa Eternidad.
¡Mis queridos hijos!
Os Quiero A Todos Como Vuestros Primeros Padres En Mi Cielo, Por Eso «Sed Buenos, Sed Penitentes Y: Si La Tierra Está En Manos De Los Demonios, Que Esto No Sea Causa De Temor Para Vosotros.
Sino que sea más bien un medio de reparar vuestros pecados particulares con dulzura, el abandono de vosotros mismos al Poder divino que todo lo ve, todo lo sabe y todo lo oye.
Os He Prometido Mi Protección: Así que tened confianza, sed fervientes y piadosos, ¡y aportad vuestra compasión siempre que podáis!
Tu caridad será tu salvación, tu bondad hacia el prójimo, incluso el más ignorante de las cosas divinas y de la piedad, abogará en tu favor en la hora del Gran Juicio.
Hijos míos, los acontecimientos venideros se acumularán y todos os veréis afectados.
No dejéis que os asuste, no dejéis que os perturbe.
La penitencia es una prueba y los santos la vivieron con serenidad, en la confianza en Dios y en la sumisión total a Mi divina Providencia.
Ten fe, ten mucha confianza en tu Hermano Mayor que sacrificó todo de sí mismo para salvarte, Él es tu Guía, tu Líder, tu Salvador y no cambia.
Te amo, te guío, te protejo, estoy contigo.
Bendito sea Dios, amado tanto como puedas amarle a Él y a tu prójimo como a ti mismo por Mi Amor.
Te bendigo en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Que así sea.
Tu Redentor
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