Mensajes de diversas orígenes
martes, 19 de marzo de 2024
Lloro Porque Muchos, Me Dan la Espalda a pesar de las Palabras de Mi Bendita Madre, Alejándose
Mensaje de Jesús a Gisella Cardia en Trevignano Romano, Italia, el 19 de marzo de 2024
Querida hija, gracias por acogerme en tu corazón y por doblar tus rodillas en oración.
Hermana mía, escribe lo que te digo: «No abandones la Cruz... Camino a la Vida Eterna».
¡Preparaos para esta Pascua especial! Lo que ocurrió el día de Mi Crucifixión sigue ocurriendo hoy. El odio contra Mí, ¡continúa de forma más fuerte! No pueden ver el mal que asola sus almas.
Digo a los que se consideran cristianos -pero se alejan de Mí cada día- que no se enfaden. ¡Abrid vuestros corazones de piedra! Apoyaos en Mis Santas Llagas, donde encontraréis consuelo.
No obstaculicéis Mis obras. ¡No estáis defendiendo vuestra Fe! Estáis dejando que Satanás sople su espíritu maligno sobre vosotros, llenándoos de odio, resentimiento y violencia. Sed amorosos con vuestro prójimo, pues está en juego la Vida Eterna.
Lloro porque muchos, Me dan la espalda a pesar de las palabras de Mi Santísima Madre, apartándose.
¡Yo os amo! Extenderé Mi Misericordia sobre vosotros, incluso sobre los que blasfeman. Pero os pido: «¡Volved a Mí, adoradme!». Yo soy el Único Mediador entre los hombres y Dios. Mi protección estará sobre esta generación, pero reconocedme, reconoced la Verdad y no temáis. Quiero reunir vuestras almas, daros la Vida Eterna, no la condenación eterna....
¡Seguidme bajo la cruz! ¡No Me dejéis solo!
¡Ahora os bendigo en el Nombre del Padre, en Mi Santísimo Nombre y del Espíritu Santo!
Breve Reflexión
Esta sentida súplica «desgarradora» nos llega del Hijo de Dios cuando se acerca la Semana Santa. Nos hace comprender con cuánto dolor y pesar, Jesús avanza hacia la Hora de Getsemaní.
Nos invita a no abandonar nunca la Cruz, como hizo Él. Sino a abrazarla y amarla, ¡pues sólo así podremos alcanzar la Vida Eterna!
Hoy, más que nunca, se está llevando a cabo, mediante el odio, una gran persecución contra Jesús y contra los que se esfuerzan en su vida cotidiana por dar testimonio de la Fe. Cuántos cristianos en todas las partes del mundo, cada día son masacrados y martirizados por odio a la Fe, precisamente porque intentan defender la Verdad transmitida por Jesús en el Evangelio.
A veces es triste ver a tantos hermanos y hermanas en la Fe, que se dejan «embelesar» por el aliento de Satanás, que emana incluso en los corazones de los más justos: odio, resentimiento y violencia. No olvidemos que ninguno de nosotros está exento de las tentaciones del Maligno. En cada uno de nosotros serpentea siempre el espíritu traidor de Judas, siempre dispuesto a «vender» de nuevo a Jesús para «complacer» los deseos del mundo.
Es muy conmovedor oír que Él llora por nosotros, porque no quiere nuestra condenación, sino la salvación eterna. La razón por la que se dejó crucificar es precisamente ésta, para que, mediante el sacrificio de Su Vida, todos pudiéramos ser redimidos y salvados.
Por eso, en estos últimos días previos a la Santa Pascua, no nos dejemos distraer por tantas cosas. Pero reconozcamos que sólo en Él, y para Él, tiene razón de ser nuestra vida, mediante la Adoración Eucarística silenciosa, a la que volvamos a comprometernos y revivamos en el Sepulcro que se instalará en nuestras comunidades parroquiales.
En este día solemne, encomendémonos con amor de hijos, a la paterna intercesión de San José, casto esposo de María y padre adoptivo de Jesús.
Buen viaje.
Origen: ➥ lareginadelrosario.org
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