Mensajes de diversas orígenes
lunes, 11 de marzo de 2024
Pronto Llegará el Aviso y Ruego que Este Último Acto de Misericordia, Sacuda Corazones y Conciencias
Mensaje de Nuestra Señora Reina a Gisella Cardia en Trevignano Romano, Italia, el 9 de marzo de 2024
Querida hija, gracias por acogerme en tu corazón.
Cuánto dolor siento en Mi corazón por la humanidad, que no escucha Mis palabras.
Sigo a tu lado, pues no quiero que se pierda ningún alma.
Muchos se han dejado seducir por las artimañas del demonio, atraídos por las falsas luces mundanas, pero para aquellos que en la tormenta han sido fieles a Dios, habrá la certeza de la salvación de sus almas.
Hija mía, levántate y lucha contra los que quieren destruir la Palabra Divina.
Mis ángeles, no te dejarán sola en la lucha. Amada hija, pronto llegará el Aviso y te ruego que este último acto de misericordia, sacuda los corazones y las conciencias. ¡No tengas miedo! Yo estoy contigo hija.
Qué grande es el dolor de la pasión. Yo lo experimenté junto a Mi Hijo, pero recuerda que después vino la Resurrección. Cada Promesa, cada Palabra será una certeza. Ahora os bendigo en el Nombre de la Santísima Trinidad.
Penitencia, ayuno, penitencia.
Breve reflexión
La amorosa súplica de nuestra dulcísima Madre debe despertar nuestros corazones y nuestras almas. Su corazón está afligido porque ya no escuchamos Sus palabras. Está afligido porque Ella no quiere que se pierda ninguno de Sus hijos.
Por desgracia, las luces «fascinantes» del mundo, que emanan del espíritu de las tinieblas: satanás, han cegado con astucia a tantos hermanos y hermanas. Pero sólo aquellos que se dejen iluminar por el verdadero espíritu de la Luz, que dentro de no muchos días recibiremos en el glorioso día de Pascua, llegarán a la salvación segura de sus almas, porque durante la tormenta permanecieron fieles a Dios.
Armémonos todos juntos con las armas de la oración para luchar contra el espíritu del Mal, que quiere destruir las enseñanzas de la Palabra de Jesús.
Permanezcamos todos juntos unidos en torno a María bajo la cruz, como hizo Juan, para recibir el último anhelo del Hijo de Dios, que nos dará la fuerza para vivir plenamente la pasión de nuestra vida, con la esperanza segura de que un día junto a Él resucitaremos a la vida verdadera.
Fuerza y valor, ¡adelante con Amor!
Origen: ➥ lareginadelrosario.org
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