Mensajes de diversas orígenes
domingo, 31 de diciembre de 2023
Hijos amados, abandonaos en mis brazos también como mi Niñito Jesús
Mensaje de Nuestra Señora a Angela en Zaro di Ischia, Italia del 26 de diciembre de 2023
Esta tarde apareció la Virgen María con un vestido rosado; estaba envuelta en un gran manto verde azulado. El manto era ancho, y el mismo manto cubría también Su cabeza. La Madre tenía al Niño Jesús en Sus brazos, envuelto en Su gran manto, recostado sobre Su pecho. La Virgen María, sobre Su cabeza había una corona de doce estrellas brillantes. Sus pies estaban descalzos y bajo Sus pies estaba el mundo. La Madre tenía una hermosa sonrisa, Jesús estaba despierto, emitiendo pequeños lamentos. La Virgen María y Jesús estaban envueltos en una gran luz. El Niño era hermoso, Sus manitas tocaban el rostro de la Virgen. La Madre estaba rodeada de muchos Ángeles que cantaban una dulce melodía.
Alabado sea Jesucristo
Queridos hijos, os amo, os amo inmensamente.
Hijos, alegraos Conmigo, orad Conmigo. Amados hijos, abandonaos también en Mis brazos como Mi pequeño niño Jesús. Abandonaos con confianza, hacedlo con amor y sencillez. Entregaos a Mí con extremo abandono y no temáis. Yo os amo y no os dejo solos.
Amados hijos, también hoy os pido oración por esta humanidad que se aleja cada vez más de Dios para seguir las falsas bellezas de esta tierra. Muchos se rebelan contra Dios y creen que pueden alcanzar la salvación por sí mismos.
Hijos míos, nadie puede salvarse sin Dios, sólo Dios salva.
Mis amados hijos, Mi corazón se desgarra de dolor al ver tanta maldad, pero me regocijo cuando veo que muchos están comprometidos y se esfuerzan por amar y buscar a Jesús.
Hijos míos, sed verdaderos testigos de Mi amor. Llevo mucho tiempo entre vosotros, pero muchos de vosotros aún no Me habéis aceptado.
Hijos, también hoy os pido que forméis Cenáculos de Oración. Que vuestros hogares sean pequeños hogares domésticos. Consagrad vuestras familias y vuestros hijos a Mi Corazón Inmaculado.
Hijos, sed pequeños como niños, sed sencillos y puros de corazón.
En ese momento, la Virgen María me pidió que rezara con Ella. Se arrodilló con el niño y empezamos a rezar juntos, rezamos durante mucho tiempo. De un modo especial rezamos por la Iglesia, no sólo por la Iglesia Universal, sino también por la Iglesia local.
Después de rezar, la Virgen reanudó su discurso.
Hijos míos, aprended a dar gracias a Dios por todo lo que os da, desgraciadamente sólo estáis acostumbrados a pedir, pero también es importante dar gracias y alabar a Dios.
Hijos míos, sed luz para los que aún viven en la oscuridad.
Por último, la Virgen bendijo a todos. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
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