Mensajes de diversas orígenes

 

sábado, 1 de julio de 2023

Profecía De 1995 Que Se Está Cumpliendo Ahora

Mensaje de Nuestro Señor a Valentina Papagna en Sidney, Australia, el 18 de junio de 2023

 

Durante la noche, estaba sufriendo mucho por las Santas Almas del Purgatorio, cuando de repente me encontré en el Cielo con nuestro Señor Jesús.

Estaba sentada delante de un estrado elevado sobre el que había una máquina de helados. Llevaba conmigo hojas de papel dobladas, que coloqué junto a la máquina. Algunos de los Mensajes que había recibido de nuestro Señor en 1995 estaban escritos en estas hojas de papel.

Detrás de esta máquina estaba nuestro Señor Jesús, que servía helados a dos señoras, ambas vestidas de blanco. Mientras esperaban a ser servidas por nuestro Señor, no paraban de hablar y hablar, y hablar y hablar. Dios mío, no paraban.

Vi cómo nuestro Señor servía a las dos señoras, dándoles a cada una una bola grande y muy generosa de helado en un cucurucho. Era como una combinación de sabor a vainilla y chocolate. Realmente apiló mucho helado; era abundante.

Dijeron: «¡Oh, gracias! Volveremos!»

Sonriendo, nuestro Señor les dijo: «Tomaos vuestro tiempo. Lamedlo despacio».

Me eché a reír, pues enseguida comprendí cuando les dijo que lo lamieran despacio, para que no volvieran tan deprisa.

Cuando las señoras se dieron la vuelta, cada una con su helado en la mano, un gran trozo voló directamente sobre los mensajes que yo había puesto en el atril.

Nuestro Señor sonrió y me dijo: «¡Es algo dulce!».

Comprendí que significaba que Su Santa Palabra es dulce.

Nuestro Señor Jesús bendijo los mensajes y luego dijo: «Dile a la gente que relea estos mensajes y refresque su memoria. Son cosas que tienen que cumplirse».

"Meditad sobre este mensaje (3-7-1995). La fecha no importa porque el mensaje aún no se ha cumplido, pero está ocurriendo. Estos son los signos de los tiempos en que vives, y son signos del Fin de los Tiempos. Experimentarás todo esto y todo esto tiene que cumplirse antes de Mi Venida. Todo esto se está desarrollando ahora, y sucederá».

Cuando las dos señoras se hubieron marchado, nuestro Señor se echó a reír. Me miró y dijo: «¡Qué charlatana!».

«¡Hablan, hablan, hablan! Hablan demasiado!»

Dijo: «Gastan su energía; tanto hablar».

«Qué gracioso», dije.

Entonces nuestro Señor hizo un comentario sobre la gente del mundo.

Dijo: «¡Eso es lo que hace la gente del mundo de hoy! Hablan y hablan y hablan y malgastan su energía en vez de rezar».

Comprendí que se habla demasiado, sobre todo en el gobierno, en las noticias y en todo tipo de anuncios. Intentan confundir a la gente con todo tipo de información, que es basura, para que la gente no vea la verdad. Les sobrecargan con noticias basura.

Me quedé muy sorprendido, pues no sabía que en el Cielo se hablara tanto.

Estas dos almas llegaron al Cielo hace muy poco, y nuestro Señor les estaba sirviendo. Me mostró que Él es Quien sirve a todos, alimentándoles con helado del Cielo.

Sin embargo, las almas del Purgatorio no hablan tanto porque están sufriendo y se preocupan por su propia salvación.

Mensaje del 3 de julio de 1995 (Publicado de nuevo a petición de nuestro Señor)

Apareció un ángel diciendo: «Ven, te mostraré lo que sucederá en un futuro muy próximo. La persecución de las iglesias». Se me mostraron tres iglesias. En una de ellas, vi a la gente que esperaba el comienzo de la Misa, pero como la Misa no empezaba, la gente estaba confusa y conferenciaba ansiosamente entre sí. Vi el altar alrededor del cual estaban sentadas seis señoras. Un sacerdote estaba sentado en medio de ellas, hablando y riendo con ellas de forma desenfadada.

Pregunté al ángel: «¿Quiénes son esas señoras?». Me contestó: «Son las ministras de la Eucaristía. Entraron por la fuerza en la iglesia hace mucho tiempo. Los sacerdotes ya no se preocupan de hacer nada en la iglesia y se lo dejan todo a estas señoras. El diablo da todo el poder a estas señoras».

La gente entró en pánico. No hubo misa, sólo una lectura, todos sentados. Una de las damas ministras del altar dijo: «Ya no es necesaria la Misa, ni la Santa Comunión». El Tabernáculo fue completamente retirado de la iglesia. Continuaron: «No hay por qué preocuparse. Jesús está en tu corazón; no hace falta que lo recibas; eso está pasado de moda. Vivimos en el mundo moderno».

En el altar vi una botella de vino y un Cáliz. Sin ninguna ceremonia, las señoras tendieron el Cáliz y dijeron: «Podéis seguir recibiendo el vino si queréis». Pero la gente no fue a recibirlo. Las señoras ministras bebieron ellas mismas el vino mientras hablaban y reían entre ellas. Entre la gente, muchos lloraban por lo que estaba ocurriendo. Empezaron a salir de la iglesia vacíos e insatisfechos. Me sacaron de la iglesia y me llevaron a un lado, donde vi a esas ministras bebiendo el vino entre ellas, burlándose de la Preciosa Sangre de Jesús. Algunas se lo daban a sus propias amigas para que lo tomaran y bebieran con la comida. Las oí decir: «¿Por qué hemos de dar este vino a toda la gente cuando podemos beberlo todo nosotras?».

Lloré y lloré ante lo que veía. Le dije al ángel: «¿Por qué permite Nuestro Señor que suceda esto? Esto es lo peor que puede ocurrir». El ángel me dijo: «La tierra se secará; no habrá más Eucaristía. También las almas se secarán. Ve ahora, recibe mientras puedas. Di a la gente lo precioso que es el Cuerpo del Señor. Recíbanlo y aprécienlo mientras aún puedan, porque el tiempo está muy cerca para que sucedan todos estos acontecimientos.»

Origen: ➥ valentina-sydneyseer.com.au

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