Mensajes de diversas orígenes
domingo, 4 de junio de 2023
La Santísima Trinidad me ha enviado a hablar al mundo entero...
Mensaje de Juan Pablo Ii al Grupo de Amor de la Santísima Trinidad en Oliveto Citra, Salerno, Italia, el día de la Santísima Trinidad

Hermanos y hermanas, soy Juan Pablo Ii, Karol, hoy es un gran día, la Santísima Trinidad me ha enviado para hablar al mundo entero, que tanto necesita ser guiado, os revelaré lo que Me confió, Lucía de Fátima, Su Santidad no fue reconocida, la Iglesia temía a Lucía porque llevaba el mensaje de la Santísima Virgen María, muy pronto Dios Padre Todopoderoso la exaltará insi eme al Secreto de Fátima, ha llegado el momento de que el mundo tome conciencia de lo que está a punto de afrontar, muy pronto la Iglesia ya no podrá esconderse, el gran discernimiento en ella ha comenzado, sed fuertes porque el mundo entero estará implicado, los de arriba del Vaticano siempre lo han manejado todo.
El ascenso de Bergoglio fue planeado mucho antes de que fuera elegido, prefirieron elegir a aquel que consintiera y aprobara sus errores, sus pecados, Él sabe todo esto, siempre lo ha sabido pero no ha hecho nada para oponerse, siempre han intentado silenciar a cualquiera que quisiera gritar la verdad, silenciaron a Albino Luciani, Él comprendió que el mal había entrado en el Vaticano, pronto saldrá la verdad, intentaron silenciarme incluso a Mí, aquel 13 de mayo, día del aniversario de la primera aparición de la Santísima Virgen María a los niños pastores de Fátima, pero la Virgen María me protegió, estuvo conmigo en todo momento, la vi a menudo, Ella me guió.
Hermanos, hermanas, no perdáis nunca la fe, pronto habrá mucha claridad, pero en este tiempo de gran confusión rezad.
Un día tuve una visión, vi a los cristianos siendo perseguidos, asesinados, vi las Iglesias vacías, de repente vi a la Santísima Virgen María poniendo el Santo Rosario en Mis manos, con esa visión comprendí la importancia del Santo Rosario. Recitadlo con fe, con amor, y afrontaréis las pruebas de la vida con la ayuda de la Virgen María. Hermanos, hermanas, me gusta tanto hablaros, os sigo guiando desde el Cielo, Mi misión nunca termina, Mi espíritu está cerca de todos los jóvenes del mundo, sed vosotros también jóvenes de corazón, sed tan puros como los jóvenes.
Os amo tanto, ahora debo partir, honrad siempre a la Santísima Trinidad. Os bendigo hermanos y hermanas, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
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