Mensajes a Ana en Mellatz/Goettingen, Alemania
sábado, 8 de febrero de 2014
Cenáculo.
Nuestra Señora habla después del Cenáculo y de la Santa Misa Sacrificial Tridentina según Pío V en la Capilla de la Casa de la Gloria en Mellatz a través de su instrumento y de su hija Ana.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo Amén. Hoy, en el Cenáculo, este espacio sagrado, donde se celebra diariamente la Santa Fiesta del Sacrificio, está iluminado. La Santísima Madre, con la Corona de las Doce Estrellas, está bañada en una luz resplandeciente, al igual que los cuatro evangelistas.
Nuestra Señora dirá: Yo, vuestra Madre Celestial, os hablo, Mis amados hijos, en esta fiesta del Cenáculo. Hablo ahora en este momento a través de Mi dispuesta, obediente y humilde instrumento e hija Ana, que está enteramente en la voluntad del Padre Celestial, repitiendo hoy sólo palabras que vienen de Mí.
Mi amado pequeño rebaño, hoy habéis entrado en la Sala de Pentecostés. A vosotros, mis amados creyentes de cerca y de lejos, se os manifiesta la verdad a través de Mí, vuestra amada Madre Celestial con Su Corazón Inmaculado. Quiero estrecharos a todos contra mi Corazón Inmaculado porque necesitáis experimentar la protección de todo el Cielo. Habéis entrado en el Cenáculo, donde podéis conocer y vivir la verdad plena.
Muchos de Mis hijos sacerdotes aún no están preparados para celebrar la Santa Fiesta del Sacrificio en el verdadero rito Tridentino según Pío V. Creedme, Mis amados hijos de María, no pasará mucho tiempo antes de que el mundo entero quiera celebrar esta Santa Fiesta del Sacrificio en el verdadero Rito Tridentino. La distribución está progresando rápidamente. En la Iglesia modernista pronto sólo quedará un pequeñísimo resto, que pertenecerá al mal. El mal volverá siempre a este remanente del modernismo, y los que sigan permaneciendo allí y celebrando la comunión de la comida estarán rodeados de maldad. En sus corazones habrá inquietud y agitación y nunca la serenidad que entrará en sus corazones a través de la Santa Fiesta del Sacrificio.
Vosotros, Mis amados hijos, que yacéis en la verdad plena, estaréis rodeados de Mis corrientes de gracia, pues Yo soy la gran Mediadora de la gracia, la Corredentora y la Reina del Mundo. Os estrecharé a Mi Corazón Inmaculado, y sobre todo a estos hijos de los sacerdotes que Me obedecen. Yo, la Madre Celestial, conduciré a todos a Mi Padre Celestial y los sacrificaré a Él. Él los guiará y los conducirá, y nunca caerán en el mal.
Todavía os esperan muchas tentaciones, pero las superaréis porque estáis bajo mi protección. Estad vigilantes, porque el malvado sigue caminando. A veces crees que no le reconoces porque utiliza su astucia. Yo te guiaré porque estás y permaneces en la verdad plena, y también vives esta verdad. Esto es muy importante en esta última fase, en la que el Padre Celestial pronto pondrá fin al mal. Él sigue reinando. Todavía tiene la sartén por el mango, pero verás con qué rapidez el Padre Celestial lo destruirá todo como ha predicho.
Grandes tormentas, grandes borrascas barrerán estas tierras, que el Padre Celestial destruirá. En un momento esto sucederá. Él es el Todopoderoso y el Padre Celestial Todopoderoso en la Trinidad.
Todavía hay mucha gente que cree: "No puede ocurrirme nada, porque este acontecimiento, que el Padre Celestial predice, está tan lejos que ni siquiera lo experimentaré. Como he vivido hasta ahora, podré seguir viviendo. ¡No, hijos míos! No es así. Qué pronto acabará todo y qué pronto estaréis ante la silla del juez.
¿Y vosotros, Mis amados hijos sacerdotes? ¿Os mantendréis firmes o seguiréis queriendo vivir en este caos o os convertiréis? Depende de vuestra propia voluntad. Si no os convertís del todo, tampoco experimentaréis la protección del cielo, porque entonces permaneceréis en el caos.
Este falso profeta difundirá tanto la incredulidad y el descreimiento que la gente ya no sabrá dónde se encuentra la verdad. Pero los creyentes, que ya no saben una cosa y se deciden por la verdad plena, se volverán hacia mi Corazón Inmaculado. Ellos son los afortunados, y un día heredarán el paraíso. Y para esto vivís, mis amados creyentes, es decir, para la eternidad y no para este momento en la tierra donde podéis disfrutar de todo.
Mirad a Mi amado rebaño pequeño, ¿no han durado 10 años? Este año hará 10 años que Mi amada mensajera recibió los mensajes y vivió la verdad plena con su pequeño y amado rebaño y se le permitió experimentar la protección plena del cielo.
Ahora están en la casa de la gloria, en la casa del Padre Celestial. Viven la unidad y el amor. Allí todo estará preparado para el gran día de Mi venida con Mi amado Hijo Jesucristo, que aparecerá Conmigo en todo el firmamento. Los que no crean y no quieran adorar serán arrojados al abismo eterno por el santo arcángel Miguel.
Creed y confiad tan profundamente que nada os pueda suceder, que os volváis una y otra vez a mi Corazón Inmaculado, porque allí encontraréis paz y seguridad. Os amo a todos y quiero protegeros de este gran acontecimiento. Sobre todo, quiero salvar vuestros corazones y entregárselos al Padre Celestial.
Y así, en este momento, vuestra Madre Celestial con todos los ángeles y santos de la Trinidad os bendice en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. ¡Permanece fiel a todo el cielo y vive el amor! Cree más profundamente y regocíjate en la verdadera felicidad de la vida. Amén.
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