lunes, 13 de mayo de 2013

La Santísima Madre habla en la noche de expiación sobre

0.05 de la mañana en la capilla de la casa en Göttingen por tu herramienta e hija Anne.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Durante esta adoración ante el Santísimo Sacramento esta noche, la Noche de Expiación de Heroldsbach, Nuestra Señora dirá: Yo, tu Madre más querida, hablo ahora y en este momento a través de Mi instrumento obediente y humilde e hija Anne, que está enteramente en la voluntad del Padre Celestial y repite solo palabras del cielo, hoy palabras de Mí, la Madre Celestial.

Mis amados peregrinos de cerca y de lejos en Heroldsbach y también en los lugares de culto, Mi amado rebaño y seguidores, hoy te he instruido para que ores por muchas almas de sacerdotes, porque Yo soy la Reina de los sacerdotes. También debes orar y expiar por el Santo Padre anterior, al que el Padre Celestial llama Su Benedetto, también por los Cardenales de la Curia, por los Arzobispos y Obispos y por los sacerdotes. Has asumido esta expiación a través de mucha oración y sacrificio. Ha sido fructífero para muchos sacerdotes, pero lamentablemente la Curia y también el Santo Padre anterior no están listos para arrepentirse. Pero tú has expiado por ellos, y la expiación no se pierde, Mis amados hijos, Mis hijos de María.

Cuánto debe sufrir el Padre Celestial en la Trinidad. Cuánto Mi Hijo debe sufrir en ti, Mi pequeña alma de expiación. Y sin embargo quiero encargarte, continúa expiando y continúa orando.

Llegará el momento en que el Padre Celestial, tu Padre en el cielo, deje que Su evento llegue y lleve Su Plan Celestial a cumplimiento. Cree y confía en que tu expiación es muy importante para la Iglesia en este tiempo de crisis. No dejes de orar. Los rosarios que oras a diario son importantes para estos sacerdotes apóstatas. Se necesita mucha paciencia de tu parte para continuar expiando, aunque sientas que estos sacerdotes no están dispuestos a arrepentirse. Continúan cometiendo muchas iniquidades y sacrilegios, como ves. Y sin embargo tu expiación no permanece en vano.

Amor, Mis hijos, debe dejarte avanzar, - Amor Divino. Y en este amor puedes amar a todos, incluso a aquellos que están afligidos con muchas faltas. El amor debe permearte porque pronto celebrarás la fiesta de Pentecostés y el Espíritu Santo fluirá a través de ti, porque Yo, tu Madre, dejaré que estos rayos de amor fluyan en tus corazones, y ellos iluminarán tus corazones. La oscuridad dará paso a muchos, aunque no lo sepas, pero sucederá, porque en la fiesta de Pentecostés se verterán gracias especiales.

Te amo y te agradezco por estas muchas horas de expiación que has soportado en oración y sacrificio. Te amo en la Trinidad y te bendigo por el poder del Espíritu Santo, por el amor de Dios Padre y del Hijo en el Santísimo Sacramento del Altar. Te bendigo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Bendito y alabado sea el Santísimo Sacramento del Altar desde ahora hasta la eternidad. Amén.