sábado, 13 de junio de 2009

La Santísima Madre habla a los peregrinos en el hueco de Heroldsbach a través de Su instrumento e hija Anne.

Queridísima Santísima Madre, te agradezco que aparezcas aquí, por hablarnos a todos, porque estamos en una necesidad extrema en este momento. Haz brillar Tu Poder Divino en nuestros corazones, en nuestros corazones abiertos, para que podamos recibir más fuerza para sobrevivir esta última fase de los últimos tiempos. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Nuestra Señora está hablando ahora: Yo, vuestra queridísima Madre, vuestra Mamá, estoy hablando en este momento a través de Mi instrumento dispuesto, obediente y humilde e hija Anne. Ella solo habla Mis palabras y está enteramente en la voluntad del Padre Celestial. Mis amados hijos, Mis fieles, Mis elegidos y Mi pequeño rebaño, vosotros que habéis seguido al Padre Celestial, vosotros que queréis caminar este camino pedregoso en total rendición y disponibilidad.

Mis amados, yo voy con vosotros en este difícil camino. Habéis sido elegidos para caminar este camino. No podéis dominar esto con vuestra propia fuerza, sino solo en el Poder Divino. He dejado que este Poder Divino fluya cada vez más en vuestros corazones a través de los mensajes del Cielo. Este profundo amor debería crecer aún más, para que tengáis la fuerza para continuar en el camino hacia el monte de Gólgota en esta fase final.

Mis amados, Mis hijos de María, Mis elegidos, y Mi pequeño rebaño, Mis fieles, ¡seguid adelante! Sed valientes, valientes, y no permitáis que os distraigan las fuerzas del mal. Ellos también quieren sacaros del camino. Estarán en gran número, porque los poderes diabólicos son ahora bastante poderosos. Las hostilidades se volverán más fuertes, Mis hijos. Vuestras enfermedades y también quejas aumentarán porque sois Mis elegidos y Mis hijos de María. Entonces mirad la cruz de vuestro Salvador. ¿No soportó Él la mayor carga por vosotros en la cruz? Él murió por todos vosotros y quiere que Lo consoléis en este tiempo porque sufre las mayores agonías conmigo.

Quiero y el Padre Celestial desea que sea elegida pronto como Coredeemptora, Mediadora de la Gracia y Abogada. Este dogma será proclamado pronto. Pero el Santo Padre, el representante de Cristo en la tierra, es obligado por sus obispos errantes a no proclamar este dogma. Ellos siguen los poderes del mal, los poderes masónicos.

Mis amados hijos, sois llamados a la última lucha. Luchad conmigo y no os canséis de superar esta última lucha. ¡Tened coraje! Fortaleceos en vuestra confianza en el Padre Celestial. Grandes huestes de ángeles serán colocadas a vuestro lado en este último tiempo. Pero os ruego, siempre invocadlos. Ellos os acompañarán en este camino. Nunca estaréis solos porque yo tomaré residencia en vuestros corazones y os protegeré. Sois los protegidos, porque queréis caminar este último camino con firmeza. Habéis decidido ir por este camino en disponibilidad. Él os hace muchas exigencias y exige muchos sacrificios. Si estáis dispuestos a hacer estos pesados sacrificios, estáis protegidos y nunca seréis abandonados en la fase final. Yo vengo a vuestros corazones con el Padre Celestial en la Trinidad. La Trinidad morará en vuestros corazones y vuestra queridísima Mamá os protegerá y cuidará.

Mis amados, tened coraje y no desesperéis. También os diré cómo serán los últimos pasos. Seguid los mensajes. Invocadlos cuando no los recibáis, porque son importantes para todos vosotros. ¡El gran evento se acerca! Antes de que este evento tenga lugar, el Padre Celestial ha permitido un espectáculo de almas para llamar a muchas más almas a la salvación.

Vosotros, Mis hijos, estáis listos para salvar almas y ya habéis hecho muchos sacrificios. Los sacrificios aumentarán, pero os fortaleceréis con las hostilidades. Decís que os estáis debilitando, no, os estáis fortaleciendo. Amad a los demás y estad vigilantes contra el enemigo del mal.

Si permanecéis en el Amor Divino, nada puede sucederles, pero si permanecéis en el Amor Humano, el enemigo del mal podrá acosarles y seducirles. Siempre alabéis y glorificad a la Trinidad, porque mucha gente se ha alejado como sabéis. Ya no creen en el Santísimo Sacramento de Mi Hijo. Adoradlo en la Santísima Trinidad, en el Santísimo Sacramento del Altar.

Mis amados, qué tan importante es para vosotros estar ahí para el cielo. Vivís en el mundo, pero no sois del mundo. Renunciad a todo lo terrenal y no guardéis nada para vosotros mismos. Vuestro egoísmo debe disminuir cada vez más y el Poder Divino debe fortalecerse en vosotros, porque es lo más grande venerar a la Trinidad y celebrar la Sagrada Fiesta de Sacrificio Tridentina con la mayor reverencia, porque solo en esta Fiesta de Sacrificio puede Jesús, Mi Hijo, transformarse en los sacerdotes. El otro es solo comunión en altares populares, donde Mi Hijo no puede estar presente porque no es venerado por los sacerdotes.

Tened coraje, Mis hijos, ¡a nadar contra la corriente! No nadéis con ellos, porque otras personas querrían sacaros del camino ahora, especialmente en esta fase. Entonces sed firmes y no permitáis que os atrapen las fuerzas del mal. Él es astuto y quiere alejaros en el último tiempo del único camino verdadero en la verdad, en la Verdad Divina.

Mis amados, ahora quiero bendeciros y fortaleceros y quiero bajar a todos los ángeles. Sed bendecidos, sed protegidos, sed amados y también sed enviados en la Trinidad, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Vivid el amor, porque el amor divino es lo más grande. Amén.

Gracias, queridísima Madre, por hablarnos, por fortalecernos aquí en el hueco para que podamos comenzar nuestro camino a casa en el Poder Divino. Amén.