Mensajes para Marcos Tadeu Teixeira en Jacareí SP, Brasil

 

domingo, 16 de abril de 2017

Domingo de Pascua

 

(Sagrado Corazón): Queridos hijos míos, Yo, Jesús, me alegro de venir hoy en el día de mi Resurrección, de mi victoria sobre el pecado y la muerte para bendeciros una vez más con mi Madre y mi sierva Bernardita de Lourdes.

He vencido a la muerte, he vencido a la muerte por Mi muerte en la cruz y por Mi muerte en la cruz, por los méritos de Mi Pasión también vosotros podéis vencer a la muerte en vuestras vidas. Todo pecado puede ser vencido por vosotros porque ya ha sido vencido por Mí en la cruz.

Y si creéis verdaderamente en Mí, creed en Mi Palabra, guardad Mi Palabra y permaneced unidos a Mí por el amor, el amor filial y perfecto que debéis tener a Mi Padre del Cielo y también a Mí. Porque Yo estoy en el Padre y el Padre está en Mí, y así como el Padre os ha amado, Yo os he amado.

Sí, si tienes este amor perfecto, entonces, verdaderamente unido a Mí podrás vencerlo todo, vencer todos y cada uno de los pecados de tu vida.

Venid, pues, a Mí los que estáis cansados y abatidos bajo el peso de vuestros pecados, y Yo os aliviaré. Porque soy manso y humilde de corazón y tengo la fuerza para todo, tengo la gracia que te dará la victoria sobre todo pecado y todo mal en tu vida.

¡He vencido a la muerte! He vencido a la muerte y os he abierto las puertas del cielo y en esta obra mi Madre Santísima ha colaborado conmigo y por eso hoy mi Madre reina, triunfa conmigo. Y a quien crea en Mí, a quien ame a Mi Madre y venga a Mí por Mi Madre, no lo echaré al revés; lo revestiré de Mi gracia y lo haré victorioso como Yo sobre la muerte del pecado en el alma, sobre el pecado mismo, sobre el mal que hay en el mundo.

Yo he vencido a la muerte y por eso en mi Sagrado Corazón podéis encontrar todos los bienes, todas las gracias y toda la fuerza que necesitáis para ser santos.

Venid a Mi Sagrado Corazón que gime y llora de anhelo por vosotros. Venid a Mí, porque aquí, en este Corazón Divino, os cobijaré a todos, os amaré con Mi propia gracia y gloria. Y entonces podréis vencer todo pecado y todo mal en vuestras vidas, e incluso venceréis el pecado y el mal en las vidas de vuestros hermanos.

¡Mi Sagrado Corazón desfallece de anhelo por vosotros, hijos Míos! Venid a Mí, porque ya no puedo vivir sin vosotros.

Yo dirijo vuestra búsqueda con mi Madre. He recorrido el mundo entero con Mi Madre apareciéndome en muchos lugares y llamando a muchos de Nuestros hijos. Pero están abandonados y no se preocupan de Nos por nada.

Sí, Nuestros Corazones que tanto han amado a los hombres han sido pagados una y otra vez con desprecio e ingratitud. ¡Ah, hijos Míos! Puedo perdonar Mi desprecio e ingratitud hacia Mí, pero no perdonaré a Mi madre su desprecio e ingratitud.

Ay de aquel hombre que traspasó el Corazón de Mi Madre con su desprecio, con su desobediencia a Ella, sería mejor que no hubiera nacido. Los que hacen sufrir a Mi Madre y desprecian los Mensajes de Mi Madre ya están condenados.

Tened cuidado de no ser del número de estos desdichados hijos Míos, pues de lo contrario Mi Mano os alcanzará verdaderamente y también alcanzará la mano de Mi Padre. Y si ya es terrible caer en Mis manos imagina cómo no será terrible caer en las manos de Mi Padre, el Dios Justo, Santo y Vengativo.

Sí, cuidado que sois el número de ellos, más bien sed como Juan, amorosos con mi Madre, sed como nuestros Pastores de Fátima totalmente amorosos y obedientes con mi Madre.

Sed como mi sierva Bernadette, totalmente obediente, fiel y dócil con mi Madre. Sed como mi hijito Marcos, siempre fiel, siempre firme, siempre obediente incluso bajo la cruz, incluso derramando lágrimas durante toda su vida, pero siempre fiel a mi Madre.

Imitad a estos niños que Yo di como soles, como estrellas, como faros, como lámparas para el mundo: Nuestros Pastorcitos de Fátima, mi hija Bernadette y también mi hijito Marcos son lámparas, son lámparas que encendí para la Iglesia y para la humanidad en estos tiempos de densas y grandes tinieblas que lo oscurecen todo.

La violencia estalla por todas partes, las familias viven una vida pagana completamente alejada de Mí y ofendiéndome cada día. Los hijos son víctimas de sus propios padres, que ya no los educan para Mí, sino para el mundo, convirtiéndolos en verdaderos paganos y ateos.

Por eso, muchos jóvenes se pierden en los vicios, en el pecado, en las cosas del mundo, en los placeres, convirtiéndose así en víctimas de sus propios padres y en víctimas de esta sociedad que les niega la verdad, les niega el conocimiento de Dios y les niega Mi amor que podría salvarles.

Ah, hijos Míos que cuenta dura tendrán que dar los padres a Mí y a Mi Padre por no haber creado a sus hijos para Mí, por no haber guiado a sus hijos hacia Mí, han jugado con el sacramento del matrimonio mirándolo y tomándolo sólo como una fuente de disfrute de la vida y de los placeres.

Ah, no! Es mucho más que eso, está destinado a llevar a toda la humanidad, a toda la juventud, a todos los niños, a todas las generaciones a conocerme, amarme y darme gloria.

Sí, cuentas severas tendrán que darme aquellos padres que no hayan guiado a sus hijos hacia Mí. Y aquellos que aún puedan guiar a sus hijos tendrán que guiarlos porque Mi regreso es inminente y os pediré cuentas de todos los hijos que os he confiado para guiarlos hacia Mí y que se han perdido por vuestra culpa.

¡Oh, hijos Míos, Mi Corazón quiere ayudaros! Al ver la ruina, la calamidad en la que se encuentra esta humanidad y vuestras familias, vengo a ayudaros con Mi Madre.

Mi Madre y Yo estamos aquí para salvaros y ayudaros. Tomad, pues, las medicinas que Mi Madre y Yo os hemos traído y os ofrecemos aquí: el Santo Rosario, la penitencia, el Rosario, Trece, Setena, las Horas de Oración.

Por último, tomad estos remedios y aplicáoslos a vosotros mismos y a vuestras familias, para que entonces podáis salvaros antes de que sea demasiado tarde.

Mi Sagrado Corazón desde Paray-Le-Monial pidió a toda la humanidad a través de Mi hijita Margarita María Alacoque más amor a Mi Corazón, me disgusta, consuela a este Corazón que tanto ama a los hombres, pero por ellos sólo se paga con ingratitud, desprecio, indiferencia y pecados.

¡Ah hijos míos! Mi mensaje sigue siendo actual y vivo, consolad a Mi Corazón dándome por fin el amor filial, el verdadero amor que Yo deseo de vosotros aquí y que Mi Madre también os enseñó y os pidió aquí en Mi nombre.

¡Es el amor que Nos queremos! No me importan los defectos que tengáis. Puedo consumirlos en un instante como paja arrojada al fuego, lo que quiero es amor, los defectos los quemo todos en la llama del amor de Mi Corazón y de Mi Madre.

Quiero amor, porque el amor cubre multitud de defectos, el amor eleva, el amor purifica, el amor salva, el amor satisface a Mi Corazón. En una palabra: el amor lo es todo, el amor redime, el amor renueva, el amor hace vivir la vida.

Por tanto, dame amor para que Yo viva en ti y tú vivas en Mí. No he dicho que permanezcas siempre sin defectos, sino que he dicho que permanezcas en Mí. Si permanecéis en Mí, en Mi amor vuestros defectos los quemaré más rápido que la paja quemada en el fuego.

Ah, hijitos, ¡no temáis! Mi Corazón está aquí, estoy con vosotros, os amo. Soy Yo quien os he amado y os he llamado aquí. Sólo quiero amor de vosotros, dadme amor, dad amor a mi Madre y entonces no habrá nada más que darme y me lo habréis dado todo.

Deseo que recéis la Hora de mi Sagrado Corazón nº 33 durante nueve días seguidos todavía este mes de abril, para que conozcáis mejor mi gran amor por vosotros y el océano de ternura que es mi Corazón Divino para todos vosotros.

A todos bendigo amorosamente y especialmente a ti Marcos, el más obediente y entregado de los siervos de mi Madre y de mi Sagrado Corazón. Bendigo a Mis esclavos de amor, especialmente a Mis dos hijos que hoy se han convertido en postulantes de la Orden que fundé con Mi Madre en el Sagrario de la Iglesia donde Mi Madre se os apareció por primera vez.

Sí, hoy veo realizada una vez más mi voluntad y el sueño Divino de mi Corazón, de dar a mi Madre Santísima una compañía de santos, de soldados valientes que luchen por ella y por el triunfo de su Corazón y de mi Corazón en toda la humanidad con mi amado hijo Marcos.

A mis esclavos de amor y también a ti, mi amado hijo Carlos Tadeo, a quien di a mi hijo Marcos para que fuera la imagen perfecta de mi Padre, para que fuera para él una manifestación del amor y del afecto de mi Padre y también de mi propio afecto, el afecto de mi Corazón divino.

A ti que eres también mi consuelo, mi esperanza, a ti que eres la alegría de mi Corazón coronado de espinas por los pecados del mundo. A ti que eres el consuelo de Mi Madre, Mi regalo vivo de amor que creé para dar alegría, gusto, honor y gloria a Mi Madre.

Te bendigo amorosamente a ti y a todos los de Paray-le-Monial, Dozule y Jacareí».

(María Santísima): «¡Hijos míos, soy la Madre gozosa de la Resurrección, soy la Señora de la Gloria, soy el Corredor victorioso de la humanidad!

Yo soy el Corredor victorioso de la humanidad y hoy en el día de la resurrección de mi hijo Jesús con Él también vencí al demonio, al pecado y a la muerte abriendo para todos vosotros con mi hijo las puertas del Paraíso cerradas por Adán y Eva. Reparando el pecado de Nuestros primeros padres y al mismo tiempo abriendo para vosotros la nueva vida de la gracia, la nueva ley del amor para la salvación de toda la humanidad.

Yo soy el Corredor Victorioso de la humanidad, porque con mis sufrimientos unidos a los de mi divino hijo en el Calvario y durante toda mi vida he colaborado eficazmente con mi hijo en la obra de vuestra redención. Y en Mí y en mi hijo Dios recrea ya todas las cosas.

Eva, la primera mujer, se arruinó al amarse a sí misma más que a Dios, al despreciar lo que Dios le había dicho, lo que Dios le había prohibido hacer.

En Mí la mujer es recreada, en Mí toda la creación es recreada y en Mí en Mi pureza Inmaculada, en Mi gloria, en Mi luz inmaculada de santidad y poder toda la humanidad es recreada y renace para amar, servir y glorificar a su Creador con Cristo Jesús, en Cristo Jesús y por Cristo Jesús.

Sí, Yo soy el Corredor Victorioso de la humanidad y en Mí la Santísima Trinidad encuentra finalmente la mayor y más perfecta correspondencia a Su amor, la plena docilidad a Sus mandatos, la perfecta obediencia que le fue negada por Nuestros primeros padres desobedientes.

Finalmente en Mí y en Mi hijo resucitado la Santísima Trinidad recibe toda la gloria, toda la adoración, toda la correspondencia y toda la satisfacción que siempre esperó recibir del género humano, pero que nunca recibió porque estaba distanciada y desconectada de su Creador por el pecado.

En Mí y en Mi hijo Jesús comienza hoy la nueva Ley de la Gracia, la nueva creación de Dios. Por eso Yo soy el Corredor Victorioso de la humanidad y en Mí cada pecador puede renacer a la gracia de Dios.

En Mí los pecadores encuentran toda la gracia que necesitan para convertirse también en nuevas criaturas para amar, glorificar, alabar y adorar a Dios.

Venid, pues, a Mí pecadores, hijitos míos y Yo, vuestro Corredor Victorioso, os daré todas las gracias para que también vosotros os convirtáis en criaturas nuevas para dar con Cristo y Conmigo al Padre todo honor, toda gloria, toda alabanza, todo amor y toda adoración.

Yo soy el Corredor Victorioso de la humanidad y en Mí en Mi victoria con Mi hijo Jesús hoy, Satanás el orgulloso enemigo del Señor y Mío es finalmente humillado, aplastado y derrotado.

El enemigo ya está derrotado y ya sabe y conoce que está reducido a la esclavitud eterna, al tormento eterno. Y en Mí ya está asegurada la victoria del Señor y también está asegurada la victoria de todos Mis hijos que permanezcan unidos a Mi hijo Jesús y a Mí por los lazos del amor verdadero y perfecto.

En Mí ya podréis contemplar a la humanidad liberada de todo mal, amiga de Dios, unida a Dios y partícipe de Su felicidad y gloria eternas. En Mi hijo resucitado ya podréis contemplar a la humanidad perfectamente liberada de todo mal, victoriosa del pecado, del infierno, de la muerte y perfectamente partícipe de la plena comunión y gloria de Dios.

Por eso, hijitos, hoy, en el día de mi gran victoria con mi hijo, os invito a todos a uniros más estrechamente a mí, expandiendo vuestros corazones hacia mi Llama de Amor y dejando que esta Llama crezca en vuestros corazones hasta la plenitud. Para que el resplandor, la gloria y la victoria de mi hijo Jesús y mi victoria brillen en cada uno de vosotros y hagan brillar la gloria de mi Santísima Trinidad en el mundo entero venciendo a las tinieblas y estableciendo en el mundo el reino del amor, de la gracia, de la paz, de la salvación.

Es el pecado el que impide que la victoria de Mi hijo y Mi victoria se manifiesten en vosotros. Conviértete, abandona el pecado y la victoria de Cristo resucitado y Mi victoria brillará en ti y en ti esta victoria se reflejará en todos Mis hijos que aún están en las tinieblas del pecado y también en ellos brillará finalmente la gloria de la victoria de Jesús resucitado y también Mi victoria.

¡Os amo a todos! Sí, os amo a todos y os guardo a todos en mi manto con amor.

Rezad este mes de abril durante 6 días seguidos el Rosario Meditado que habéis rezado hoy hecho por Mi hijito Marcos para vosotros. Para que crezcáis más en el conocimiento de la oración de Dios y en el conocimiento de Mis Glorias.

Y así, hacer brillar Mi Gloria en el mundo entero como lo ha hecho Mi hijo Marcos.

A todos bendigo con Amor y os pido que continuéis rezando Mi Rosario cada día.

Bendigo a Mis esclavos de amor, Mi hijito Marcos, el más obediente y entregado de Mis hijos y también a ti Mi amado hijo Carlos Tadeo Mi consolador y motivo de alegría de Mi Inmaculado Corazón.

Bendigo a Fátima, Montichiari y Jacareí».

(Santa Bernadette): «Amado hermano Carlos Tadeo, hoy te bendigo con amor, vengo en el día de mi Fiesta, el día de mi nacimiento en el Cielo, de mi muerte terrena a decirte: Te amo, te amo con un amor sin límites.

Te amo con un amor sin límites y por eso te guardo, te protejo, te defiendo y te libero siempre de todo mal. También defiendo y defiendo a todos los que te aman, a todos los que te comprenden y te ayudan en la misión que la Inmaculada te ha encomendado: ser el padre espiritual de nuestro amado Marcos. Y también ser un instrumento, un mensajero, su portavoz en la amada tierra de Bahía para conducir a todos esos hijos que la Madre de Dios tanto ama y yo también a la conversión, a la salvación y finalmente a la unión perfecta en la gloria con Dios.

Os amo con amor sin límites y por eso cada día ofrezco a la Santísima Trinidad los méritos de todo lo que he sufrido en la tierra, de todos mis dolores, persecuciones, enfermedades, calumnias, de todo. Para traeros nuevas gracias de la Santísima Trinidad, a vosotros, para que tengáis verdaderamente un gran grado de gloria en el Cielo, porque la morada celestial ya os ha sido dada por nuestro amado Marcos.

Y en este punto quiero decirte, amado hermano, ¡qué feliz eres! Recibí de la Madre de Dios la promesa del Cielo en la tercera Aparición en la Gruta de Massabielle en Lourdes. Ella me dio esta gracia y yo no pude dársela a nadie, ni siquiera se la di a mi padre y a mi madre.

Tú, en cambio, recibiste un hijo de la Madre de Dios y ¡qué hijo! Y lo primero que hizo este hijo fue darte lo más precioso que nadie puede dar a otra persona: el Cielo, la salvación eterna. La gracia más grande de todas, que porque todos los hijos de Dios rezan, sufren, luchan en esta vida para merecer llegar un día al Cielo.

Sí, te dio esta salvación, esta hermosa morada porque te ama mucho. Y en esto debes ver el gran amor de la Madre de Dios por ti, porque al darte este hijo con una gran llama de amor por ti, así ha demostrado cuánto te ama, cuánto te honra, cuánto te quiere, cuánto te desea, cuán precioso y valioso eres para ella.

Sí, de todos los seres humanos tú eres el que después de los Videntes puede decirse el más feliz de todos los hombres de la tierra, porque la Santísima Virgen no ha amado a nadie después de los Videntes como a ti, como a ti.

Por eso, amado hermano, alégrate y da gracias a la Madre de Dios y al Señor que te han mirado con tanto amor, misericordia, benevolencia y también afecto, amor sin límites.

Con este amor te he amado, te amo sin límites, y por ello seguiré derramando sobre ti grandes y copiosas gracias.

Continúa leyendo el libro Imitación de María, Imitación de Cristo, y procura leer también Mi vida para que puedas conocerme e imitarme mejor aunque sólo sea durante cinco minutos al día, según te lo permitan tus tareas y obligaciones. Y te prometo que te enseñaré de verdad y te conduciré en poco tiempo a una gran santidad y perfección.

Te amo con amor sin límites y te digo amado hermano: No mires ni a la derecha, ni a la izquierda, ni atrás. Haz como yo, mira sólo a la Inmaculada, mira sólo a ella el Sol, la Estrella, la Luna luminosa que el Señor te dio para conducirte y guiarte.

Amad a la Inmaculada sin límites, imitadme en esto, porque cuanto más améis a la Inmaculada más amaréis a Jesús bendito fruto de su vientre y más os amará Jesús.

Así que he ganado un gran favor en el Corazón de Jesús por amar mucho a la Inmaculada y por esto Jesús Me amó mucho a Mí.

Id y repetid siempre a todos que los Mensajes de la Madre de Dios son el Evangelio repetido, recordado por la Madre de Dios. Son las verdades eternas recordadas por Ella y que tanto Mi vida como la de los Pastorcitos de Fátima son el Mensaje de la oración y de la penitencia como el del Evangelio traducido en obras, para que todos puedan ver, comprender y practicar.

Así ayudaréis perfecta y eficazmente a todos Nuestros hermanos y hermanas a alcanzar la salvación.

Te amo con amor sin límites y por ello, Mi amado hermano, siempre que reces Mi Rosario vendré a ti y pondré sobre ti un manto místico verde de Mi protección y también de gracias espirituales de la fuente del Santuario de Lourdes.

Recibirás estas gracias a distancia como si estuvieras allí bebiendo de la Fuente de Lourdes, la fuente que es la figura del Corazón Inmaculado de María, fuente de gracia.

Y estas gracias, amado hermano, también se concederán a través de ti espiritualmente a todos aquellos que te reciban con la Virgen Peregrina en sus hogares.

Por tanto, quiero que extiendas tus manos a las personas de cada cenáculo y transmitas con una breve oración las gracias espirituales de la Fuente de Lourdes, el Corazón Inmaculado de María, y te prometo que en ese momento se derramarán muchas bendiciones sobre todos.

A todos bendigo amorosamente y especialmente a vosotros a quienes amo sin límites desde Lourdes, Nevers y Jacareí».

(Marcos): «Amada Madre del Cielo, Señor nuestro y Santa Bernadette ¿puedes tocar estos rosarios que hemos hecho para tus hijos?

Sí, entendí, sólo tres. Sí.

Hasta pronto, mi Señor y mi Dios. Hasta pronto, Madre mía, mi amor. Hasta pronto querida Santa Bernadette, amor de mi corazón, amor del cielo. Vuelve pronto, ¿sí?

¡Ah! pasado mañana, ¡sí! Se lo diré».

Orígenes:

➥ MensageiraDaPaz.org

➥ www.AvisosDoCeu.com.br

➥ www.AparicoesDeJacarei.com.br

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